Vaticano declara «inmoral» expropiación de bienes a indígenas en conquista de América, África y Asia
"Gracias a la ayuda de los indígenas, la Iglesia ha adquirido una mayor conciencia de sus sufrimientos, pasados y presentes, debidos a la expropiación de sus tierras (...) y a las políticas de políticas de asimilación, promovidas por las autoridades gubernamentales de la época.
El Vaticano reconoce en un documento que muchos cristianos cometieron «actos perversos contra los indígenas» y que las bulas papales del siglo XV que concedían a los soberanos colonizadores los bienes de los pueblos originarios «son documentos políticos, instrumentalizados para actos inmorales» que en ningún caso forman parte del magisterio de la Iglesia católica.
En un documento conjunto de los Dicasterios para la Cultura y el Desarrollo Humano Integral hecho público este jueves 30 de marzo, el Vaticano deplora la doctrina del descubrimiento, un concepto del derecho internacional usado por los colonizadores europeos respecto a las tierras ‘descubiertas’ durante sus exploraciones para justificar la apropiación de territorios y ejercer dominio sobre los pueblos indígenas de las regiones de América, Asia y África, y ha manifestado que «no forma parte de la enseñanza de la Iglesia católica».
A este respecto, el Vaticano afirma que «el concepto jurídico de ‘descubrimiento’ fue debatido por las potencias coloniales desde el siglo XVI y encontró una expresión particular en la jurisprudencia decimonónica de los tribunales de diversos países, según la cual el descubrimiento de tierras por colonos otorgaba a los colonos el derecho exclusivo de extinguir, por compra o conquista, el título o la posesión de esas tierras por los pueblos indígenas».
De este modo, sale al paso de las acusaciones de algunos estudiosos que afirman que esta doctrina» se basa en varios documentos pontificios, en particular las bulas de Nicolás V ‘Dum Diversas’ (1452) y ‘Romanus Pontifex’ (1455), y la de Alejandro VI ‘Inter Caetera’ (1493).
Para el Vaticano, la «investigación histórica» ha demostrado claramente «que los documentos papales en cuestión, escritos en un periodo histórico concreto y relacionados con cuestiones políticas, nunca se consideraron expresiones de la fe católica». Con todo, reconoce que estas bulas papales «no reflejaban adecuadamente la igual dignidad y los derechos de los pueblos indígenas».
No obstante, el Vaticano añade que «el contenido de estos documentos fue manipulado con fines políticos por las potencias coloniales competidoras para justificar actos inmorales contra los pueblos indígenas, a veces llevados a cabo sin la oposición de las autoridades eclesiásticas».
«Es justo, por tanto, que los dos Dicasterios de la Santa Sede afirmen, reconocer estos errores, reconocer los terribles efectos de las políticas de asimilación y el dolor experimentado por los pueblos indígenas, y pedir perdón», añade.
El documento sale a la luz ocho meses después del viaje del Papa a Canadá, en el que pidió perdón por la terrible experiencia en los internados, muchos de ellos católicos, donde se practicaba una estrategia de asimilación forzosa de la cultura europea y donde se han destapado episodios de violencia, castigos y abusos sexuales.
«Gracias a la ayuda de los indígenas, la Iglesia ha adquirido una mayor conciencia de sus sufrimientos, pasados y presentes, debidos a la expropiación de sus tierras (…) y a las políticas de políticas de asimilación, promovidas por las autoridades gubernamentales de la época, encaminadas a eliminar sus culturas», agrega.
En cualquier caso, se hace hincapié en que a lo largo de lo largo de la historia «los Papas han condenado los actos de violencia, opresión, injusticia social injusticia social y esclavitud, incluidos los cometidos contra los pueblos indígenas». Por ejemplo, el Vaticano especifica que ya en 1537, Pablo III declaró solemnemente que los indígenas no debían ser esclavizados ni despojados de sus bienes.
Igualmente, se refiere a los «numerosos ejemplos» de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos que «han dado su vida en defensa de la dignidad de esos pueblos», aunque no obvia que «muchos cristianos han cometido actos perversos contra los pueblos indígenas».
Así, cita las «numerosas y reiteradas» declaraciones de la Iglesia y de los Papas en favor de los derechos de los pueblos indígenas, empezando por la contenida en la Bula ‘Sublimis Deus’ de Pablo III (1537), que declaró que los pueblos indígenas «no deben en modo alguno ser privados de su libertad ni de la posesión de sus bienes, aunque no sean de fe cristiana; y que pueden y deben , gozar libre y legítimamente de su libertad y de la posesión de sus bienes; ni serán en modo alguno reducidos a la esclavitud; si ocurriera lo contrario, será nulo y no tendrá ningún efecto». (Europa Press)