Tres mujeres se rebelan contra siglos de opresión en el nuevo estreno de La Pieza Oscura

Obra ganadora de la Muestra de Dramaturgia a cargo de Marcelo Leonart.

Entre el 9 de marzo y el 2 de abril se presenta en la sala Patricio Bunster del Centro Cultural Matucana 100, con funciones de jueves a domingo- la obra Tú no eres, hermana, un conejo corriendo desesperado por el campo chileno, escrita y dirigida por Marcelo Leonart para su compañía La Pieza Oscura.

El texto, ganador de la XIX Muestra de Dramaturgia Nacional, narra el encuentro de tres mujeres, de diferentes siglos, unidas por un anhelo común: rebelarse en contra de las injusticias que, desde siempre, han padecido los más débiles a lo largo de la historia de Chile.

Protagonizado por Macarena Fuentes, Francisca Márquez y Roxana Naranjo, el montaje, una co-producción con Espacio Checoslovaquia, se sumerge en lo más profundo del siglo XIX para hablar, en definitiva, de nuestra época actual.

Año 1879. Filomena (Macarena Fuentes), una de las sirvientas de un opulento latifundio en pleno campo chileno, casi una esclava, se encuentra en estado de shock. El hijo de sus patrones, un joven soldado de 16 años, emprenderá un largo viaje hacia el norte de Chile: la Guerra del Pacífico está comenzando y se necesitan refuerzos. Su partida ha desatado el caos y la violencia. Rosaura (Francisca Márquez), otra sirvienta del siglo XIX trata de calmar a Filomena y restaurar el orden con los golpes de su huasca. Adelaida (Roxana Naranjo), por su parte, una mujer del siglo XXI viene huyendo de una crisis personal, existencial, social y económica, en un mundo que se cae a pedazos, lleno de abusos y de incendios. ¿Podrá consolar a sus hermanas de antaño? El escenario ha cambiado muy poco, casi nada. Las tres corren como conejos desesperados por el campo chileno.

El director y dramaturgo Marcelo Leonart (Noche Mapuche; Proyecto Diablo; La casa de los monstruos; No me digas que al futuro se lo traga la oscuridad) escribió Tú no eres, hermana, un conejo corriendo desesperado por el campo chileno en un arrebato febril en agosto de 2019. Tardó solo diez días en terminarlo.

“Cuando fue seleccionada en la XIX Muestra de Dramaturgia Nacional, había ocurrido un estallido social y la ‘premiación’ se efectuó casi en secreto en las dependencias del Ministerio de las Culturas, ante una ministra que fue emplazada por los artistas con heridas oculares y ante los que guardó un inexplicable silencio. La obra, dijeron los que la habían leído, parecía escrita a partir del estallido y no anunciándolo. Pero la verdad es que una obra como esta solo podría haber sido escrita teniendo conciencia de que el historial de abusos ante los débiles es una situación sempiterna en la historia de Chile y, tal vez ,del mundo”, cuenta Leonart.

El montaje, que se presentó en una breve temporada de cuatro funciones en Espacio Checoslovaquia en enero pasado, debuta oficialmente en la Sala Patricio Bunster del Centro Cultural M100 en un mes donde las mujeres son protagonistas. “Cuando la escribí quise buscar a un personaje de nuestra época, en medio de una crisis existencial, emocional, social y económica, que viajara a un punto de la historia de Chile con el afán de consolarse y, de alguna manera, contener a alguien que estuviera en peores condiciones que la suya”, agrega el director y dramaturgo.

Protagonizada por Macarena Fuentes, Francisca Márquez y Roxana Naranjo, la obra, una co-producción con Espacio Checoslovaquia, se sumerge en lo más profundo del siglo XIX para hablar, en definitiva, de nuestra época actual. “Pensé en el siglo XIX chileno. Ese Chile precario, dibujado de heroico por la Guerra del Pacífico, pero lejos de las glorias que nos venden como las glorias de la patria. Pensé en el campo. Pensé en los latifundios. Pensé en un inquilino de ese campo chileno como lo más bajo de la pirámide. Pero luego pensé: ¿sería un inquilino lo más bajo de la pirámide, el ser humano más débil al que consolar y contener? Y mi respuesta fue no. Mi personaje sería una sirvienta, casi una esclava, sometida económica, laboral y sexualmente por los patrones del campo chileno. Una mujer en estado de shock, que huye desesperada porque, aún en el siglo XIX, ha encontrado la manera de decir basta”, explica Leonart.

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El Periodista