Chinches rojos y la falta de una ley de arbolado

Por Jadille Mussa, Académica Arquitectura del Paisaje, UCEN

No es extraño que los mencionados “chinches rojos” vayan poblando cada vez más la Región Metropolitana e incluso otras zonas del país como Valparaíso, Coquimbo y O’Higgins. Pero no es sólo por la cantidad de huevos que pone, como se ha dicho. Los árboles presentes en nuestras ciudades tienen mucho que ver.

Estos insectos, también conocidos como “chinches del Arce”, se alimentan de las semillas que caen de este tipo de árbol, especie muy presente en nuestro país.

El Arce es una especie nativa de México, pero está presente de forma silvestre en EEUU y Canadá (Hoffmann, 1998a; Chanes 2006) además está ampliamente distribuida en todo el mundo. En Chile es una de las especies más comunes utilizadas para la arborización urbana especialmente el S. XX, y se encuentra a lo largo de todo el país. De acuerdo a la Guía de árboles urbanos de Chile CONAF, se señala que los Arces siempre han sido una especie que ha requerido de muchos cuidados y tratamientos sanitarios en forma constante, ya que es atacado por una gran diversidad de insectos, tanto nativos como introducidos al país. Entre ellos, los “chinches rojos”.

Su rápida proliferación requiere de cuidados domésticos urgentes. Es importante no descuidarse porque pueden entrar a las viviendas, por lo que es recomendable extraer las semillas de los Arces, unas sámaras que caen como remolino, utilizar insecticidas ecológicos como lavazas de jabón potásico y/o tinturas de ruda y botar las semillas para que no sigan germinando.

Pero esta plaga también requiere de políticas públicas. Es imprescindible que exista una Ley de Arbolado Urbano (que continúa discutiéndose en el Congreso), y elegir especies adecuadas con criterios de especialistas para arborizar la ciudad, y que ayuden a disminuir el calentamiento global (crisis climática) y sean adecuadas para tener ciudades sustentables y resilientes, tal como se menciona en los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS 11 y que hoy estamos muy lejos de cumplir.

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El Periodista