Opositor Yair Lapid pide pausa de 60 días para diálogo sobre reforma judicial en Israel
"Hay que impedir una situación en el que la legislación cause daños económicos y de seguridad", ha afirmado Lapid.
El líder opositor y ex primer ministro de Israel Yair Lapid ha reclamado este miércoles al Gobierno que pause durante 60 días los procedimientos parlamentarios para sacar adelante la controvertida reforma del aparato judicial de cara a dar margen a un diálogo, en medio de las críticas y las manifestaciones contra los planes gubernamentales sobre este punto.
Lapid, que el martes se reunió con el presidente del país, Isaac Herzog, ha resaltado que «el punto de inicio» para el diálogo sería que el Ejecutivo anuncie una suspensión de los procedimientos antes de presentar la reforma a votación. Así, ha defendido que esto «permitiría al presidente encabezar el proceso» de diálogo.
«Hemos estado esperando 74 años», ha señalado en su cuenta en la red social Twitter, en referencia a los años pasados desde la fundación del Estado de Israel. «No pasará nada si se tarda unas pocas semanas más, a través de las cuales podremos salvar al pueblo israelí de una crisis terrible», ha sostenido el líder de Yesh Atid.
Lapid ha manifestado que «durante esos 60 días, el presidente establecerá un equipo profesional encabezado por él mismo que liderará el debate nacional» y ha añadido que también deben pronunciarse al respecto «expertos en Derecho Constitucional», así como el gobernador del Banco de Israel, el jefe del Tesoro y los jefes de los aparatos de seguridad.
«Hay que impedir una situación en el que la legislación cause daños económicos y de seguridad», ha afirmado Lapid, que ha manifestado que, tras estas consultas, arrancaría un proceso de diálogo con los miembros de la coalición gubernamental y la oposición para analizar las propuestas.
Posteriormente, las conclusiones «serán presentadas al público israelí para que las considera», mientras que los contactos entre Gobierno y oposición continuarían para alcanzar «una reforma real y pactada que no desmantele la democracia y la separación de poderes, sino que las fortalezca».
«Así es como debe funcionar un procedimiento ante un tema tan serio, en contraste con la postura precipitada, irresponsable, sesgada y destructiva en marcha en estos momentos en la Knesset. He dicho muchas veces que no hay sistema en el que no haya nada que arreglar o mejorar, incluido el sistema legal, pero si se quiere corregir, hay que hacerlo por la vía correcta», ha argumentado.
Por último, ha defendido la figura de Herzog, al que ha descrito como «el presidente elegido con una mayoría más amplia en la historia del Parlamento, aceptado por ambas partes y un jurista talentoso», y ha abogado por «continuar a partir de este punto como una única nación, una sociedad y un pueblo con diferencias de opinión pero que busca un bien común».
«También podemos no continuar si este Gobierno desmantela con sus propias manos la idea de unidad en Israel. Causaría así una herida que no podría sanar y la disolución de la vida común», ha advertido, antes de reiterar su llamamiento a favor de «un proceso adecuado, transparente y profesional» encabezado por Herzog.
Durante la jornada, la coalición gubernamental ha revelado un posible cambio de táctica al aplazar una votación en la Knesset sobre algunos puntos clave de la legislación, lo que ha sido interpretado como un giro en medio de los llamamientos a un diálogo con la oposición, según ha informado el diario ‘The Times of Israel’.
Entre estos proyectos figuran uno que impediría al Tribunal Supremo bloquear el regreso del líder del ultraortodoxo Shas, Aryeh Deri, a su puesto al frente de los ministerios de Interior y Sanidad, de los que fue descalificado por la corte a causa de la condena contra él por fraude, así como otro para introducir una cláusula que permitiría al Parlamento volver a redactar leyes tumbadas por el tribunal.
Sin embargo, el ministro de Justicia, Yariv Levin, y el presidente del comité parlamentario de Constitución, Ley y Justicia, Simcha Rothman, han sostenido que el aplazamiento se debe a la retirada de propuestas privadas por decisión de sus autores, antes de incidir en que no son parte del paquete discutido en la Knesset. «La legislación sobre la reforma judicial continúa sin pausa», han zanjado.
Herzog pidió el domingo al Gobierno, integrado por varios partidos ultraderechistas y ultraortodoxos, suspender la tramitación parlamentaria de la reforma judicial y abrir un amplio debate nacional para lograr un consenso. De esta forma, dijo que «esta no es una disputa política» sino que «estamos al borde de un derrumbe constitucional y social».
La propuesta, planteada por el ministro de Justicia, Yariv Levin, y respaldada por Netanyahu, daría al Gobierno control total sobre el nombramiento de jueces, incluidos los del Tribunal Supremo, y limitaría en gran medida la capacidad del tribunal de anular legislación que viole la Constitución, al tiempo que permitiría al Parlamento modificar leyes que consiga anular con una mayoría simple de 61 de los 120 diputados. (Europa Press)