López Obrador ofrece asilo o nacionalidad a opositores de Nicaragua

"La nacionalidad no se puede perder por decreto", ha reconocido López Obrador, que ha ofrecido "asilo, nacionalidad, lo que ellos quieran", a todos aquellos afectados por las últimas medidas del régimen nicaragüense.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha ofrecido asilo este miércoles a los opositores nicaragüenses perseguidos por el Gobierno de Daniel Ortega, aunque ha evitado condenar de manera clara la represión emprendida por este régimen contra la disidencia.

López Obrador, que el martes evitó en rueda de prensa pronunciarse al respecto alegando que era momento de «desayunar», ha explicado en una nueva comparecencia ante los medios que su Gobierno siempre ha tratado estos temas con discreción y, como muestra, ha exhibido una carta enviada en diciembre a Ortega y en la que México se ofrecía a acoger a una disidente nicaragüense presa, Dora María Téllez.

La presión sobre el mandatario mexicano ha crecido en las últimas semanas a raíz del destierro de más de 220 presos políticos de Nicaragua y de que la Asamblea Nacional de este país reformase la Constitución para poder dejar sin nacionalidad a los «traidores a la patria» –medida que ya afecta a más de 300 personas–.

«La nacionalidad no se puede perder por decreto», ha reconocido López Obrador, que ha ofrecido «asilo, nacionalidad, lo que ellos quieran», a todos aquellos afectados por las últimas medidas del régimen nicaragüense. «La instrucción es que todos los que quieran estar en nuestro país tienen las puertas abiertas y son bien recibidos», ha afirmado.

López Obrador ha apelado a razones humanitarias y no políticas y, en la carta de diciembre, ya quedaba claro que México nunca se prestaría a «ser usado» en «campañas contra Nicaragua y su Gobierno», dando a entender que en ningún caso habría una crítica frontal contra Ortega y todo lo que representa el actual oficialismo sandinista.

El presidente mexicano ha apostado por el «diálogo» para resolver cualquier disputa, en una línea de no injerencia que también aplica en otros casos y que le ha valido críticas, por ejemplo, por su posicionamiento en relación a la guerra en Ucrania, donde ha condenado el envío de armas para ayudar a las tropas locales frente a Rusia. (Europa Press)

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El Periodista