La ovación que recibió “La Memoria Infinita”, de Maite Alberdi, en su estreno en el Festival Internacional de Cine de Berlín fue la primera señal de la excepcional recepción del público. El documental finalmente ganó el segundo lugar en el Premio del Público que cada año entrega el certamen alemán clase A.
La película suma así otro hito de aclamación dentro de su recorrido internacional tras obtener el Gran Premio del Jurado a Mejor Documental en la reciente edición de Sundance.
La Berlinale acogió la premiere europea de “La memoria infinita” en la sección Panorama, una de las más relevantes dentro del certamen. Los programadores la incluyeron este año en la competencia, a pesar de no ser una premiere mundial como tradicionalmente se requiere en el festival, por considerarla una pieza imperdible.
OPINIONES DE EXPERTOS
Además de ser un éxito de festivales y de público, la película de 82 minutos siguió cosechando críticas y comentarios positivos en la prensa especializada.
Los medios en Berlín escribieron diversas apreciaciones, tales como: “La Memoria Infinita es, ante todo, un homenaje al poder del amor” (Tagesspiegel). El prestigioso medio Variety destacó también: “La Memoria Infinita de Maite Alberdi (…) se centra menos en los estragos cotidianos de vivir con Alzheimer, y más en el concepto desordenado y transitorio de la memoria misma”.
Maite Alberdi, quien también debutó en el festival europeo, estuvo acompañada de la ex ministra y actriz Paulina Urrutia, figura protagónica del documental junto a su esposo Augusto Góngora. También se hizo presente el productor Juan de Dios Larraín, quien lidera la mundialmente conocida empresa Fabula.
UN POCO DE LA HISTORIA
“La Memoria Infinita”, una coproducción entre Micromundo y Fabula, acompaña al destacado periodista Augusto Góngora y se adentra en su relación con la ex Ministra y actriz Paulina Urrutia, con la que llevan 25 años juntos.
Hace ocho años, al periodista le diagnosticaron la enfermedad de Alzheimer y, desde entonces, su esposa se ha convertido en su cuidadora. Como uno de los comentaristas culturales y presentadores de televisión más destacados de Chile, Augusto no es ajeno a la construcción de un archivo de memoria. Ahora convierte ese trabajo en su propia vida, tratando de aferrarse a su identidad.