Países árabes y musulmanes tildan de «provocación» visita de Ben Gvir a Explanada de las Mezquitas

Netanyahu habría aplazado un viaje oficial a EAU ante las críticas internacionales, según un medio israelí.

Varios países árabes y musulmanes han criticado este martes la visita a la Explanada de las Mezquitas por parte del nuevo ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, líder del partido ultraderechista Otzma Yehudit, que han descrito como una provocación.

El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit, ha dicho en un comunicado que condena «en los términos más firmes» la visita y la «profanación de la mezquita de Al Aqsa». Así, ha dicho que se trata de «una provocación y un desprecio a los sentimientos religiosos» de los musulmanes.

Ha afirmado que «esta flagrante incursión llega en el contexto del inicio de la aplicación de un programa extremista y de asentamientos por parte del Gobierno de (el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu)» y ha advertido de que «supone un gran peligro» para la situación «en Jerusalén y el resto de los territorios (palestinos) ocupados».

Abul Gheit ha hecho hincapié en que «el Gobierno de Netanyahu tiene toda la responsabilidad en el acto de Ben Gvir y en las prácticas extremistas», antes de agregar que podría tener «repercusiones para la paz mundial».

En esta línea se ha expresado la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), que ha criticado «firmemente» la «incursión del extremista israelí Ben Gvir en el complejo de la mezquita de Al Aqsa, con la protección de las Fuerzas de Defensa de Israel».

En este sentido, ha dicho que este acto «va contra los sentimientos de los musulmanes y es una violación flagrante de las resoluciones internacionales relevantes». «La OCI hace totalmente responsables a las Fuerzas de Defensa de Israel –el Ejército israelí– de las repercusiones de la continuada y diaria agresión de Israel contra Jerusalén, incluidos su pueblo y sus lugares santos», ha manifestado.

«La OCI pide a la comunidad internacional que asuma su responsabilidad a la hora de detener estas violaciones israelíes, que podrían desatar un conflicto religioso, extremismo e inestabilidad en la región», ha dicho a través de una serie de mensajes en su cuenta en la red social Twitter.

El Gobierno de Arabia Saudí ha criticado también la visita de Ben Gvir y ha alertado que «las prácticas de las autoridades de ocupación israelí socavan los esfuerzos de paz y contradicen los principios y normas internacionales sobre los lugares sagrados».

El Ministerio de Exteriores saudí ha señalado en un comunicado en su cuenta en la red social Twitter que apoya «todos los esfuerzos destinados a poner fin a la ocupación y lograr una solución justa y exhaustiva» para lograr «el establecimiento de un Estado palestino independiente en las fronteras de 1967 y con Jerusalén Este como capital».

A las críticas se ha sumado Emiratos Árabes Unidos (EAU), que ha dicho que «condena firmemente la irrupción de un ministro israelí en el patio de la mezquita de Al Aqsa bajo la protección de las fuerzas de Israel».

El Ministerio de Exteriores emiratí ha reclamado «una protección total de la mezquita de Al Aqsa» y «el fin de las graves y provocativas violaciones que tienen lugar allí», al tiempo que ha pedido respetar el papel de custodio de Jordania.

Por ello, ha solicitado a Israel que «asuma la responsabilidad a la hora de reducir las tensiones y la inestabilidad en la región» y ha mostrado su rechazo a «las prácticas ilegales que amenazan la solución de dos estados y el establecimiento de un Estado palestino en las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como capital».

Según las informaciones recogidas por la cadena de televisión israelí Channel 12, Netanyahu ha cancelado una visita oficial que tenía previsto realizar en los próximos días a EAU, una decisión adoptada poco después de la visita de Ben Gvir y ante las críticas internacionales.

Turquía ha cargado además contra Ben Gvir por su «acto provocativo» y ha pedido a Israel «que actúe de forma responsable para evitar este tipo de provocaciones, que violan el estatus y la santidad de los lugares santos en Jerusalén y aumentan las tensiones en la región».

NETANYAHU SALE AL PASO DE LAS CRÍTICAS
La visita de Ben Gvir a la Explanada de las Mezquitas ha sido criticada también por Estados Unidos y Francia, que han pedido mantener el ‘statu quo’, así como por la Autoridad Palestina, que ha alertado del peligro de este tipo de acciones.

Poco antes, Jordania, que ejerce de custodio del lugar, ha afirmado que la visita de Ben Gvir «supone una violación inaceptable» de la «situación histórica y legal en Jerusalén y sus lugares santos», antes de reseñar que el Gobierno israelí «tiene toda la responsabilidad de las consecuencias» que puedan derivar de las acciones del líder de Otzma Yehudit.

Ante las críticas, Netanyahu ha recalcado su compromiso con el mantenimiento del ‘statu quo’ en la Explanada de las Mezquitas. Así, ha indicado que trabajará para «proteger estrictamente el ‘statu quo’ en el Monte del Templo –nombre con el que los judíos conocen el lugar–, sin cambios», según el diario ‘The Times of Israel’.

Israel se hizo con el control de la Explanada de las Mezquitas y el resto de la Ciudad Vieja de Jerusalén durante la Guerra de los Seis Días (1967). Sin embargo, permitió que Jordania siguiera manteniendo la autoridad religiosa en el lugar y, según el acuerdo de paz, reconoció el «papel especial» de Jordania sobre «los lugares santos musulmanes en Jerusalén».

Israel considera Jerusalén como su capital «indivisible», si bien el estatus de la ciudad está pendiente de un acuerdo de paz con las autoridades palestinas, que reclaman Jerusalén Este como capital de un Estado en las fronteras de 1967 en el marco de una solución de dos estados respaldada por la comunidad internacional, que apela igualmente a que no se realicen cambios al ‘statu quo’.

El ‘statu quo’ en la Explanada de las Mezquitas impide a los judíos rezar en la Explanada de las Mezquitas y les autoriza únicamente visitar el lugar en horarios predeterminados y que lo recorran a través de una ruta fijada, acompañados por policías que deben vigilar que los fieles no recen o que introduzcan banderas israelíes u objetos religiosos judíos. (Europa Press)

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