Investigadores afirman haber rejuvenecido y prolongado la vida de ratones ancianos con reprogramación genética
Se administró sistémicamente en ratones de 124 semanas de edad (el equivalente a 77 años humanos), consiguiendo doblar la esperanza de vida, aumentando un 7 por ciento en valor absoluto.
Investigadores de la compañía norteamericana Rejuvenate Bio acaban de prepublicar un trabajo en el que afirman haber prolongado la esperanza de vida de ratones de edad avanzada y revertido los cambios relacionados con la edad gracias a una terapia génica que consiste en introducir tres genes de los conocidos como factores Yamanaka o OSK, particularmente activos en las células embrionarias.
Los resultados, que aún no han sido revisados por otras personas expertas (certificado por una revisión por pares), podrían demostrar que este tipo de intervenciones terapéuticas beneficiarán a la población mundial que envejece cada vez más.
El envejecimiento es un proceso complejo que se caracteriza mejor como la desregulación crónica de los procesos celulares que conduce al deterioro de la función de los tejidos y órganos. Si bien el envejecimiento actualmente no se puede prevenir, su impacto en la vida útil y la salud en los ancianos puede minimizarse potencialmente mediante intervenciones que apuntan a que estos procesos celulares vuelvan a funcionar de manera óptima.
Se administró sistémicamente en ratones de 124 semanas de edad (el equivalente a 77 años humanos), consiguiendo doblar la esperanza de vida, aumentando un 7 por ciento en valor absoluto. Además, observaron una mejora significativa en las puntuaciones de fragilidad, lo que indica que se pudo mejorar la vida útil y aumentarla. Además, en los queratinocitos humanos que expresan OSK exógeno, observaron marcadores epigenéticos significativos de reversión de la edad, lo que sugiere una nueva regulación potencial de las redes genéticas a un estado más joven y potencialmente más saludable.
El envejecimiento se asocia con una mayor susceptibilidad a los resultados de salud adversos que los médicos pueden capturar utilizando un índice de fragilidad (FI), donde las personas se califican en función de un subconjunto de déficits de salud relacionados con la edad. Las puntuaciones compuestas altas reflejan un estado frágil y una mayor susceptibilidad a los malos resultados de salud.
Se puede usar un índice similar en ratones para evaluar el envejecimiento y los efectos de las intervenciones de envejecimiento. Los investigadores observaron reducción significativa en el FI de 7,5 puntos para los ratones de control tratados con doxiciclina a 6 puntos para los ratones TRE- OSK, lo que sugiere que el aumento de la vida útil se correlacionó con una mejor salud general de los animales.
En conjunto, los datos de ratones y queratinocitos sugieren que la terapia génica mediada por AAV que administra OSK aumenta la vida útil en ratones con parámetros de salud mejorados y revierte los biomarcadores del envejecimiento en células humanas.
«El resultado es muy llamativo y parece refrendar el potencial rejuvenecedor de esta estrategia. Pese a ello, la aplicación real de este descubrimiento es muy lejana y debe ser tomada únicamente como un paso más en la investigación en esta línea», señala a SMC España Manuel Collado, director del Laboratorio de Senescencia Celular, Cáncer y Envejecimiento del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS).
A su juicio, «hay que tener en cuenta también que el trabajo ha sido realizado por una empresa biotecnológica con evidentes intereses económicos en esta área de investigación y sabemos que eso condiciona la validez de los resultados frecuentemente. En este caso, además, dada la enorme competencia que ha lanzado a la carrera a varias compañías que persiguen esta misma promesa de rejuvenecimiento, parece que la rapidez por intentar mostrarse como los primeros en conseguirlo no ha permitido una experimentación y análisis suficientemente prolijos».