A 50 años del Golpe: ¿La sociología en cuidados intensivos?
Por los doctores Bosco González, María Emilia Tijoux y Dasten Julian.
Una de las cuestiones que ha caracterizado a la disciplina sociológica desde sus momentos fundacionales, es su íntima relación con las crisis, transformaciones y procesos de transición, tal como los que constituyeron el desarrollo de las sociedades modernas.
En la actualidad y coincidiendo con las tendencias que han caracterizado las dos primeras décadas del siglo XXI es posible advertir que el modelo de desarrollo Neoliberal muestra señales claras de agotamiento y crisis, las cuales no dialogan con propuestas de desarrollo en lo nacional y regional que ofrezcan nuevos horizontes de sentido para la sociedad.
Por ello, resulta importante advertir que, generalmente, en tiempos de beligerancia y cambio ha sido precisamente, entre otras disciplinas, la sociología quien ha organizado, sistematizado y construido cuerpos de ideas, políticas y programas de desarrollo capaces de orientar el devenir en tiempos de incertidumbre.
Pensamos por lo tanto, que es fundamental hacer un balance a 50 años del Golpe Militar, evento histórico que clausuró el despliegue de un Estado garante de derechos sociales y que a su vez cercenó la existencia social de la sociología en Chile.
El Golpe Cívico Militar y el desmantelamiento de la sociología en Chile
Una de las medidas inmediatas tomadas por el régimen ilegítimo instaurado por la junta militar y los civiles que participaron fue el cierre programado de la carrera de sociología a lo largo de todo el país a través de cuestionables decretos y procedimientos, los cuales se acompañaron de un proceso de jibarización del Estado contextualizado en una contrarrevolución neoliberal.
En este contexto, cómo ocurrió con miles de chilenos, no solo se atentó contra la disciplina sociológica, también se ejercicio violencia y aniquilamiento sobre los cuerpos de nuestros colegas, entre quienes podemos mencionar a Lumi Videla, Claudio Jimeno, Eduardo Ziede, Washington Cid, Mauricio Jorquera, Aldo Pérez, Iván Pérez, Jaime Robotham, Carlos Salcedo, Claudio Thauby y Luis Valenzuela, o los 17 alumnos de dicha carrera de la Universidad de Concepción. Todos ellos fueron estudiantes de sociología torturados, asesinados, presos políticos/detenidos- desaparecidos en dictadura.
ESTADO: EL CAMPO DE LO SOCIAL Y LA CONTRARREVOLUCIÓN NEOLIBERAL
En la actualidad, con una marcada hegemonía neoliberal en la administración del Estado, la configuración del campo laboral y la profundización del Estado subsidiario, podemos apreciar una tendencia significativa a la pérdida de gravitación de la sociología.
El modelo de desarrollo Neoliberal, sostenido a condición de la jibarización del Estado no modificó su tendencia en las primeras décadas de administración democrática.
La incorporación de «lo social» a partir del 2011 y Octubre 2019.
Si bien la incorporación de una preocupación relativa por los profundos problemas sociales comenzó a desplegarse a partir del año 2011 con las protestas estudiantiles que se generalizaron a otros sectores de la población, fue el denominado estallido social de octubre (2019) el que puso en evidencia el profundo desamparo y desprotección social a la cual han estado expuestas las grandes mayorías. A lo señalado se le suma una profunda crisis de legitimidad de las instituciones.
La crisis social, evidente y descarnada, se profundizó con el advenimiento de la Pandemia y de alguna forma se ha intentado encauzar políticamente en un proceso constituyente que aún sigue abierto sin una salida clara para la población en general, pareciera ser que el proceso tomó una distancia significativa de la opinión pública y las vidas de las amplias mayorías sociales que se movilizaron en Octubre.
La salud de la sociología y la crisis del cuerpo social
Ante el sistemático proceso de repliegue del Estado y la sintomatología generalizada derivada de este, es posible advertir que el quehacer de la disciplina sociológica está en un relativo riesgo. Lo social no constituye un problema central de las instituciones y las relaciones sociales se encuentran sometidas al imperio absoluto del mercado, mientras que la opinión pública, cada vez más privada que pública, se ha convertido en un espacio organizado por la techne de las comunicaciones, ante lo cual el campo sociológico pierde fertilidad, toda vez que el vínculo social entre las personas y las instituciones pareciera desvanecerse.
Si bien existe una cantidad importante de colegas distribuidos en el Estado y el sector privado, es importante indicar que la incorporación de las nuevas generaciones al campo laboral se ha tornado significativamente complejo, lo que a su vez se observa con generaciones anteriores.
El autoempleo, la contratación de profesionales en condición de «honorarios» para el Estado (incluyendo universidades), la construcción de empresas individuales de prestación de servicios (ahora sujetos a I.V.A), el desarrollo de carreras académicas que se integran por proyecto, y una disminución sostenida de las matrículas a nivel nacional para el desarrollo formativo y resguardo de las futuras generaciones, de desempeño disciplinario, constituyen la gran sinfonía en la que corresponde evaluar el estado de salud de la Sociología.
En este contexto, y a 50 años de aquel dramático momento en la historia de nuestro país, en el cual se clausuró por la fuerza y de manera sistemática el desarrollo de la disciplina, parece ser que nos encontramos en un punto de inflexión para la sociología que nos obliga a preguntarnos por el estado de salud de la disciplina. Dice Marx en el 18 Brumario de Napoleón Bonaparte que la historia se repite dos veces, una vez como tragedia y otra como comedia.
Colegio de Sociólogos y Sociólogas de Chile