Michelle Bachelet en lanzamiento de libro: “Como país, nos hace bien volver la mirada sobre nuestro pasado con honestidad”
La expresidenta participó esta tarde en el lanzamiento del libro “Profesión soldado. Apuntes de un general del Ejército de Chile”, de Guillermo Pickering. En su intervención afirmó que “Chile necesita conocer esta historia, nuestra historia. Como país, nos hace bien volver la mirada sobre nuestro pasado con honestidad.
La exmandataria recalcó que el lanzamiento de la publicación ocurre a pocos días de iniciarse un año que tendrá numerosas conmemoraciones por el aniversario número 50 del golpe militar.
Asimismo, explicó que iniciaremos un nuevo proceso para tener una constitución que logre un amplio respaldo y dé forma a un pacto social para las próximas décadas. “Este año tendremos la oportunidad de aprender del pasado para una mejor democracia y para resguardar los derechos humanos a todo evento. Chile se encuentra en un momento de decisiones de fondo. Si el pasado nos distanció, el futuro debe reunirnos”, afirmó.
Respecto al libro de Pickering, destacó que con estos “apuntes” se propuso “ayudar a desentrañar la verdad de una etapa conflictiva y difícil, para que esta se escurra límpida y serena por el cauce de la historia de Chile”.“Las fuerzas armadas no pueden ser divisibles, no pueden pertenecer a los intereses de unos pocos. Pertenecen a todo Chile. Son apolíticas”, resaltó.
Manifestó que “el nuevo texto constitucional nos debe permitir recuperar nuestra tradición republicana de apolitismo de las fuerzas armadas, reafirmar su carácter no deliberante, pero además profundizar los mecanismos de transparencia, control y sujeción civil. Debe consagrar con radical fuerza la vigencia de los derechos humanos como mínimo ético de nuestra sociedad para asegurar libertad y dignidad”.
Al final de su intervención concluyó que “Chile es una construcción incesante. Los aprendizajes, los avances, los pendientes, se reencuentran en la posibilidad de no repetir, de enmendar, de reencantar. Sepamos valorar lo vivido, demos cabida a la transmisión, trabajemos con humildad para acompañarnos unos a otros hacia un destino común”.
Notas Michelle Bachelet Jeria
Lanzamiento libro “Profesión soldado. Apuntes de un general del Ejército de Chile”
Santiago, 20.12.22
Amigas y amigos:
Cuando recibí la invitación a presentar el libro de memorias del general Guillermo Pickering Vásquez, no tuve dudas en aceptar. Porque sabía la importancia de estar presente: Chile necesita conocer esta historia, nuestra historia. Como país, nos hace bien volver la mirada sobre nuestro pasado con honestidad.
El libro que hoy presentamos es una contribución en esta dirección.
Quien hizo de la lealtad el fundamento de su trayectoria desde soldado a general, nos comparte su mirada sobre el país y la institución que nunca dejó de servir, el Ejército de Chile. Al hacerlo, nos invita a pensar en un futuro compartido sobre bases sólidas, las que sólo pueden construirse si logramos aprender de nuestros conflictos y errores.
Quiero destacar que esta publicación ocurre a pocos días de iniciarse un año que tendrá muchas conmemoraciones por el aniversario número 50 del golpe militar. Estaremos convocados a un sano ejercicio de integrar lecciones para una buena convivencia y para no repetir tanto dolor.
Pero además este año iniciaremos un nuevo proceso para tener una constitución que logre un amplio respaldo y dé forma a un pacto social para las próximas décadas. Tenemos la oportunidad de poner en común la mayor cantidad de acuerdos y definir los marcos que necesitamos para los retos que están y los que vendrán.
En otras palabras, este año tendremos la oportunidad de aprender del pasado para una mejor democracia y para resguardar los derechos humanos a todo evento. Chile se encuentra en un momento de decisiones de fondo. Si el pasado nos distanció, el futuro debe reunirnos.
En ese esfuerzo, el valor y papel asignado a nuestras fuerzas armadas será central para el país que queremos ser. Es precisamente lo que llevó al general Pickering a anotar con sencillez, pero con mucho rigor, sus notas. Con estos “apuntes” se propuso “ayudar a desentrañar la verdad de una etapa conflictiva y difícil, para que esta se escurra límpida y serena por el cauce de la historia de Chile”.
También nos permitió conocer sus propias inquietudes y su profundo amor por la institución a la que dedicaría la vida, desde sus primeros años en un cuartel de artillería en Traiguén.
Como alguien que creció en bases aéreas, entiendo que exista un lazo imborrable con las instituciones de la defensa cuando se convive en un ambiente de fraternidad y respeto. Entiendo del mismo modo, el dolor que produce ver los quiebres que se fueron sucediendo en nuestras fuerzas armadas.
El libro del general Guillermo Pickering Vásquez es en gran parte esa crónica. La crónica sobre la progresiva ruptura de afectos y de principios que eran parte del juramento a la bandera. Valiente en el Tanquetazo, valiente al momento de renunciar, este soldado vivió hasta el final con pesar por el derrumbe del Ejército.
Es muy revelador que en este trayecto se destaque las enseñanzas y las conversaciones con maestros, con colegas, con superiores, y por supuesto con el general René Schneider y con el general Carlos Prats.
Porque la historia nunca es solamente individual. El compañerismo y las batalles codo a codo permiten navegarla. Las tensiones que trajo la política a las filas del Ejército llevaron al autor a valorar la fuerza y la coherencia de quienes nunca abandonaron el camino del profesionalismo y el constitucionalismo. Encontró a sus pares.
Encontró “hombres sencillos, modestos, a quienes el destino y sus capacidades personales elevaron a lugares destacadísimos, vulnerando con ello sus naturales temperamentos”. También encontró un amparo para seguir defendiendo la soberanía nacional y la integridad territorial como profesional hasta que le fue posible.
Esto daría origen a lo que conoce hasta hoy como la Doctrina Schneider: un intento por explicitar lo que ya estaba claramente escrito en el orden constitucional y que ya era imperativo para todo soldado de Chile. El “Tacnazo” de octubre 1969 fue solo el primero de muchos hechos que pondrían a prueba este mandato.
Garantizar que el Ejército sea una institución apolítica, no deliberante y obediente al poder civil, respetuosa de la constitución y de las leyes de la República, resuena hoy con la misma claridad que en el testimonio de vida de Schneider. El general Pickering dice con tono visionario:
“La Doctrina Schneider fue una reiteración de principios que adquirió carácter de histórica y que será una y otra vez recordada y analizada, tanto por sus repercusiones inmediatas en el ambiente nacional de entonces como por sus secuelas futuras. No nos cabe duda de que será básica en la cimentación de la posición de las Fuerzas Armadas en la futura vida democrática de Chile” (p.66).
El autor habla del “deber de conciencia cívica” cuando decidió entregar su visión después de presentar su renuncia. Debemos agradecer que haya decidido hacerlo; que nos deje un registro incuestionable sobre las voces de la lealtad con la República de Chile. La suya, la de los generales mártires, la de cientos de soldados que no abandonaron el puesto de honor.
¿Por qué resuenan estas reflexiones hoy? ¿Por qué suenan lo profesional y lo constitucional como algo más que una discusión del mundo castrense? Porque son la base del contrato de Chile con su ejército. El profesionalismo y la tutela civil, 50 años después, tienen el valor de la esencia democrática.
Las fuerzas armadas no pueden ser divisibles, no pueden pertenecer a los intereses de unos pocos. Pertenecen a todo Chile. Son apolíticas.
En palabras del general Pickering: “la participación en la política contingente solo puede acarrear nefastas consecuencias para las fuerzas armadas y, en último término, para el país”.
El nuevo texto constitucional nos debe permitir recuperar nuestra tradición republicana de apolitismo de las fuerzas armadas, reafirmar su carácter no deliberante, pero además profundizar los mecanismos de transparencia, control y sujeción civil. Debe consagrar con radical fuerza la vigencia de los derechos humanos como mínimo ético de nuestra sociedad para asegurar libertad y dignidad.
Chile es una construcción incesante. Los aprendizajes, los avances, los pendientes, se reencuentran en la posibilidad de no repetir, de enmendar, de reencantar. Sepamos valorar lo vivido, demos cabida a la transmisión, trabajemos con humildad para acompañarnos unos a otros hacia un destino común.
Y como país agradezcamos en forma póstuma al general Guillermo Pickering Vásquez, por haber cumplido fielmente el juramento a la bandera. Él juró por su honor de soldado acatar la constitución, leyes y autoridades de la República. Él juró amar y defender con la vida la Bandera de su Patria, símbolo de esta tierra nuestra y expresión de libertad, justicia y democracia. Y cumplió.
Muchas gracias.