China levanta parcialmente restricciones contra coronavirus tras protestas

China ha registrado en la última jornada más de 37.600 contagios, con la provincia de Cantón como una de las más afectadas del país.

Las autoridades de China han levantado parcialmente las restricciones contra el coronavirus impuestas en varias zonas de las ciudades de Cantón y Zhengzhou a pesar del alto número de contagios y tras las fuertes protestas registradas en diversos puntos del país precisamente contra la política de ‘COVID cero’ del Gobierno.

Algunos distritos de la ciudad de Cantón, que se encuentra en el sur del país, se podrán beneficiar del levantamiento de algunas de las medidas más restrictivas contra la COVID-19, tal y como han informado las autoridades locales, que han hablado de un inminente levantamiento de los confinamientos.

«Los confinamientos, en caso de establecerse, deben ser levantados rápidamente y deben llegar a su fin cuando sea necesario para minimizar los inconvenientes ocasionados para la población», ha señalado la subdirectora de la comisión de sanidad de Cantón, Zhang Yi, en declaraciones al diario ‘South China Morning Post’.

Las autoridades han comenzado así a dar su brazo a torcer ante las crecientes protestas, que se han extendido a raíz del incendio registrado la semana pasada en la región de Xinjiang, en el noroeste del país, donde murieron diez personas ante la tardía intervención de los bomberos precisamente debido a las medidas de control sanitario.

A medida que avanzan las protestas contra esta política del Gobierno, la ciudad, que cuenta con 19 millones de habitantes, solo someterá a test a aquellas personas que hayan estado en contacto estrecho con un contagiado y dejará de realizar estas pruebas en masa, como hasta ahora.

En los distritos de Baiyun, Liwan y Panyu, todas las áreas que se encontraban hasta ahora bajo «medidas de control temporal» han sido declaradas de «bajo riesgo», tal y como ha explicado Zhang. Los residentes de Baiyun se encontraban sometidos a medidas de confinamiento desde el 21 de noviembre.

No obstante, las autoridades han recalcado que el levantamiento de restricciones no implica dejar de lado medidas de prevención frente al coronavirus y han instado a los residentes a seguir usando mascarilla y evitar aglomeraciones y reuniones.

La decisión de levantar parcialmente algunas de estas medidas se ha producido después de una reunión del grupo de trabajo sobre la COVID-19 a nivel provincial. El gobernador de Cantón, Wang Weizhong, ha destacado en la importancia de retirar los confinamientos «En el momento propicio» y ha pasado a apoyar las medidas de aislamiento a nivel local (vivienda a vivienda) para minimizar el impacto del brote en vez de establecer confinamientos generalizados.

EL CASO DE ZHENGZHOU
En la ciudad de Zhengzhou, donde se encuentra la planta de ensamblaje de teléfonos del gigante tecnológico estadounidense Apple, las autoridades también sopesan retirar parte de las medidas establecidas, especialmente las relacionadas con el confinamiento.

Las autoridades locales ya anunciaron previamente que levantarían estas medidas en sus principales zonas urbanas a medida que los casos aumentaban, pero emitieron un listado de las viviendas con mayor riesgo de contagio que serían declaradas de alto riesgo por el Gobierno.

Esta última decisión ha sido tomada después de que las autoridades sanitarias chinas emitieran una orden en la que solicitaban a las autoridades locales evitar grandes restricciones a la hora de contener el virus tras las fuertes protestas.

A partir de este miércoles, la ciudad retirará sus conocidos «controles de movilidad», el confinamiento ‘de facto’ que rige en la ciudad, para reemplazarlo con «medidas normales frente a la COVID-19», según un comunicado de las autoridades. Así, las empresas podrán reanudar sus operaciones de forma ordinaria y la población que residen en las zonas de mayor riesgo no tendrán que someterse a test siempre y cuando no abandonen sus viviendas.

Pekín, por su parte, ha pedido a las autoridades locales que se adhieran a una nueva ‘hora de ruta’ para controlar el brote, un documento en el que alerta del peligro de realizar test en masa y extender los confinamientos.

A principios de noviembre, Apple se vio en la tesitura de advertir a sus clientes de que los tiempos de espera para recibir los nuevos modelos de iPhone se incrementarían como consecuencia del impacto que las restricciones impuestas para contener la COVID-19 en el gigante asiático.

Desde entonces, Zhengzhou ha tratado de ajustar estas restricciones a medida que aumenta la tensión con la empresa, que se encuentra en la zona de alto riesgo de contagio de la ciudad. La propia planta ha registrado protestas tras casi un mes de duras restricciones, que han obstaculizado en gran medida la producción.

China ha registrado en la última jornada más de 37.600 contagios, con la provincia de Cantón como una de las más afectadas del país. Sin embargo, los ciudadanos siguen saliendo a la calle para protestar por los estrictos controles y exigir una mayor libertad.(Europa Press)

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El Periodista