De acuerdo a estimaciones de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), a partir del Índice nominal de Ventas Diarias del Comercio Minorista del Banco Central, el sector habría tenido una caída en torno a un 15% real en 12 meses durante el mes de octubre pasado, acumulando un retroceso del 3,5% en lo que va de 2022.
El Índice de Actividad del Comercio minorista del INE, cuya cifra de octubre será publicada el 30 de este mes, debiera reportar un resultado similar.
El indicador muestra una marcada tendencia de desaceleración desde mayo de 2021, la cual se intensificó en los últimos cuatro meses, mostrando caídas de 2 dígitos consecutivamente.
La brecha entre las ventas nominales y las reales se ha ampliado, considerando los anormales niveles inflacionarios que enfrenta nuestra economía.
Esta tendencia se da dentro de un contexto de desaceleración en el consumo global, afectado por la reducción de subsidios estatales a los hogares, un fuerte brote inflacionario y la reacción al alza en las tasas de interés de política monetaria en gran parte del mundo.
En el caso de Chile, tanto la expansión del año pasado como la contracción de este año han sido más intensas, debido al exceso de gasto que estimuló el retiro masivo de fondos de pensiones, generando un boom de consumo en 2021, seguido de una inflación histórica en 2022 y las fuertes caídas en las ventas minoristas que observamos en los últimos meses.
De este modo, la expansión chilena del año pasado fue una de las más agresivas a nivel global, tal como la contracción actual es una de las más severas.
En Estados Unidos, las ventas tuvieron su primera caída real en los últimos 2 años, producto principalmente del factor inflacionario, si bien esta fue marginal (-0,2%). En vísperas del inicio de Black Friday 2022, las expectativas se moderan y anticipan una contracción en torno al 1% comparada con el año anterior. Pese a ello, entre enero y octubre de este año las ventas acumulan un avance en torno al 2%.
China, que habitualmente muestra cifras favorables entre septiembre y octubre, debido a los extensos feriados y alta actividad económica estacional, mostró variaciones negativas en ambos meses, afectadas por débiles expectativas de los consumidores y las restricciones a la movilidad de la política cero COVID. La contracción real de octubre alcanzó a un 2,9% en 12 meses y el acumulado del año un -1,7%.
En Reino Unido, donde las autoridades recientemente reconocieron que su economía se encuentra en recesión, las ventas cayeron un 6% real en octubre, marcando el octavo mes consecutivo de retrocesos, en medio de un empeoramiento de las ante anuncios de aumentos de impuestos y una sesgo más austero esperado para del gasto fiscal, con el objeto de equilibrar las finanzas públicas. En lo que va del año las ventas minoristas anotan una caída del 2,3% anual.
En Argentina, en tanto, las ventas del comercio cayeron un 3,2% real, afectadas por niveles inflacionarios que se acercan al 90%. En el año, no obstante, las ventas acumulan un crecimiento cercano al 2% real.
En lo que va del año, el crecimiento minorista acumula aproximadamente una caída 3,5% y se encamina a cerrar el año con una variación negativa cercana al 3%.
Las categorías más afectadas siguen siendo bienes durables, como tecnología, electrónica y equipamiento y mejoramiento de hogar, productos altamente sensibles a los ingresos de los hogares.
El rubro alimenticio, que se había mostrado más estable, pasó a zona roja en los últimos meses y ya se encuentra cayendo a tasas anualizadas de dos dígitos. En el caso de vestuario, calzado y accesorios, el acumulado anual sigue siendo positivo, pero en el margen las ventas también caen a dos dígitos en 12 meses.
Las cifras de octubre continúan ratificando lo mencionado en informes previos, donde se advierte que, si bien el ajuste de las ventas durante el primer semestre ocurrió a un ritmo menor que lo esperado por el Banco Central, a partir de mediados de año está avanzando a gran velocidad. Esto plantea un gran desafío a la política monetaria, ya que sus efectos sobre la demanda están siendo severos y se extenderán por varios trimestres, arriesgando una contracción de la demanda más intensa que la esperada.
En los próximos meses las ventas deberían seguir cayendo, aunque a tasas decrecientes, y 2022 podría cerrar el año con una contracción en torno al 5% real (sin considerar la categoría automotriz).