Subterráneo de ex Hospital Militar es declarado Monumento Histórico por violaciones a los DDHH ocurridas en el lugar durante la dictadura
Ceremonia fue presidida por las ministras de Interior, Salud y de las Culturas.
Un hito para la historia de la salud pública chilena se vivió esta mañana en el Hospital Metropolitano, el primer recinto declarado Monumento Nacional, en categoría de Monumento Histórico del Sitio de Memoria Centro Clandestino de Detención Subterráneo del Ex Hospital Militar.
En dicho establecimiento la sección de logística y de inteligencia del Comandos de Acción Jurisdiccional de la Seguridad Interior (CAJSI) dependiente del comandante de los Institutos Militares, se instaló en el subterráneo del sector de informática del establecimiento de salud. Se estima que como centro de detención estuvo operativo entre los años 1973 y 1974.
La declaratoria fue solicitada al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) en 2017 por Ximena Canales Fernández, usuaria del Programa de Reparación y Atención Integral en Salud (PRAIS), quien a través de su testimonio acreditó la existencia de un centro clandestino de detención y tortura al interior del hospital. Ese relato fue el que dio vida al trabajo de recopilación de información impulsado por el Ministerio de Salud junto al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
La ceremonia de reconocimiento contó con la presencia de las ministras de Salud, Dra. Ximena Aguilera, Interior, Carolina Tohá, y de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Julieta Brodsky; los subsecretarios de Salud Pública, Cristóbal Cuadrado, Redes Asistenciales, Fernando Araos, de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Andrea Gutiérrez, y Derechos Humanos, Haydee Oberreuter; Ximena Canales, usuaria PRAIS; la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Alejandra Jiménez; la directora del Hospital Metropolitano, Dra. Margarita Samamé; directores de Servicios de Salud ; agrupaciones de usuarios PRAIS; y, gremios de la salud.
La apertura de la actividad estuvo a cargo de la Dra., Margarita Samamé, quien reflexionó sobre lo que representa un servicio de salud, “es difícil pensar que un hospital pueda ser un centro de detención ya que por definición debe ser un centro donde se busca recuperar la salud de las personas».
A su intervención, le siguieron las palabras de la ministra de Salud, Ximena Aguilera, quien recalcó que “esta fecha es un momento para la memoria, para que nunca más en el país ocurran estos hechos…es un homenaje a la labor que han desarrollado los familiares de ejecutados políticos y las víctimas de los Derechos Humanos, gracias a cuya valentía, tesón y testimonio se ha podido preservar la memoria de las víctimas y presentar sus casos a la justicia”.
Posteriormente, fue el turno de la señora Ximena Canales, quien, con voz entrecortada, revivió en su alocución los hechos dolorosos que marcaron su vida y la de su familia. Rememoró el momento de la detención, ella -de tan solo 7 años- junto a su hermano -de 8 años- fueron trasladados hacia el lugar junto a su padre. Recordó cómo hasta el día de hoy la acompaña la imagen que ella presenció del hombre que fue asesinado, cómo ese episodio se detuvo en su vida y su mente lo dejó salir hace solo 16 años. “Dedico este momento a ese hombre que vi morir…esta ceremonia reivindica el valor de la vida, los Derechos Humanos en su esencia, y en mi caso particular el respeto por el derecho de los niños que fuimos víctimas junto a nuestros padres y el daño generacional que le heredamos a nuestros hijos tan inocentes como nosotros».
A esta estremecedora historia, le siguieron las palabras de la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, quién dijo “es difícil hablar después de lo que hemos escuchado”. “Es importante estar aquí, en este lugar que por años se ha ignorado como un sitio de violación a los Derechos Humanos. No todas las personas reconocen al ex Hospital Militar como un espacio de torturas o tienen conocimiento de los crímenes de lesa humanidad que ocurrieron aquí y que son parte del dolor que llevamos como país. Hoy queremos rescatar la memoria de las víctimas de este lugar bajo la dictadura y a la vez nos hacemos cargo de la deuda histórica en Derechos Humanos, por lo mismo como gobierno estamos enfocados en trabajar en las medidas necesarias para que todo el horror que aconteció en Chile no se repita nunca más”.
Luego, fue el turno de la ministra del Interior, Carolina Tohá, quien recordó a su padre, José Tohá. “Cuando llegamos en el auto y me bajé, tomé conciencia de que la última vez que entré a este recinto fue el 6 de febrero de 1974, era el día del cumpleaños de mi padre, en que nos autorizaron a visitarlo. El murió el 15 de marzo de ese mismo año, 5 semanas después. Había entrado a este recinto unas semanas antes provenientes de la Isla Dawson donde estaba en un campo de concentración. Mientras estuvo acá era sacado periódicamente y trasladado a recintos de la FACH, donde era sometido a interrogatorios y a torturas, algunas de esas salidas duraron varios días y mi madre no recibía ninguna información de donde estaba él, en su desesperación logró alguna vez que Augusto Pinochet la recibiera, que se mostró totalmente escandalizado por esta situación y a los pocos días volvió al recinto. Cuando volvió en algunas de las últimas veces que mi madre lo pudo ver, le dijo que él sabía que lo iban a matar y le dijo que cuando estaba ahí acostado que lo humillaban y hacían mofa de él. No es lo que uno espera que suceda en un hospital. Cuando mi padre finalmente murió, autoridades de este recinto le dijeron ´bueno, algo habrá hecho´, ese es el punto al que llegó Chile en esa etapa y mi padre murió en medio de calumnias y en medio de razones falsas sobre su muerte, que el tiempo se ha encargado de esclarecer…reconocer sitios de memoria y que varios de ellos tengan categoría de Monumento Nacional, cuando lo hacemos, sin duda, hacemos un acto de reparación, no lo quiero decir en abstracto, yo personalmente siento un reparación de que este lugar sea reconocido como un lugar especial, Ximena, lo siente, lo acaba de contar».
El Sitio de Memoria cuenta museografía que fue elaborada por el Museo de la Memoria y divide este lugar en en tres momentos: el primero es una aproximación al lugar en sí mismo; el segundo da a conocer testimonios y biografías de las víctimas; mientras que el último es una propuesta contemplativa y experiencial respecto a los métodos de tortura empleados en dictadura.
«Como Museo es muy relevante estar presente y acompañar este tipo de procesos, es parte de nuestra misión institucional, dignificar a las víctimas de las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura y visibilizando las memorias para el Nunca Más”, finalizó Maria Luisa Ortiz, jefa de Colecciones e Investigación del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.