Mujeres emprendedoras: «Creo que por mi naturaleza, siempre estaré buscando nuevos desafíos»
"'Emprender' es un desafío maravilloso, que no está exento de dificultades y en ocasiones de fracasos, pero sobre todo debe asumirse como una gran responsabilidad, ya que puede tener costos tanto personales como familiares", dice Karin Goecke quien hoy lidera dos proyectos: Giftpack y Asesorías a Pymes.
“La verdad desde que decidí emprender, de eso hace más de 12 años, he impulsado varios proyectos. Recientemente cerré el más antiguo, PartyCity, un centro de eventos infantiles muy exitoso que después de superar la pandemia decidí que era hora de comenzar de nuevo, y asumir nuevos desafíos” cuenta con pasión, Karin Goecke Álvarez, quien lidera dos emprendimientos.
El primero, Giftpack , es un ecommerce que creó junto a su cuñada en plena pandemia. “Nació como una idea para regalos de hombres, escasos de encontrar en cuarentena, y que luego derivó en una página web especializada preferentemente en productos para parrilla, máquinas de schop de uso doméstico (bajo nuestra marca “Goschop”), y accesorios complementarios, importados directamente por nosotros, a precios convenientes y con despacho a todo Chile”.
El segundo emprendimiento de Karin es Asesorías a Pymes, donde aprovecha la experiencia de sus incursiones anteriores para ayudar a quienes deciden lanzarse por su cuenta.
«Luego de cerrar el centro de eventos infantiles, me di cuenta de la experiencia que había ganado en todos esos años, experiencia que podía ser un aporte para otras emprendedoras que se estaban iniciando en este difícil camino de la independencia o que necesitasen hacer crecer su negocio. Fue así, y casi de forma casual que vendiendo algunos muebles y materiales de mi antigua empresa, conocí a una joven mamá que estaba comenzando con una casa de cumpleaños en el mismo sector, y cuya gran motivación era poder generar nuevos ingresos para hacer frente a los gastos de la enfermedad de su pequeño hijo de un año. Comencé a trabajar con ella traspasándole todos mis conocimientos, lo que me ayudó a darme cuenta del real sentido que había tenido el ser emprendedora todos esos años, y por lo que le estoy eternamente agradecida».
Aquí Karin asesora a pymes de distintos rubros, lo que le ha permitido conocer a mujeres diversas, creativas y trabajadoras, dice. «Cada emprendimiento es un mundo distinto, con necesidades diferentes, y es muy gratificante aportar a que esos sueños se concreten y sean exitosos. Actualmente trabajo para 5 pequeñas empresas, y he ido formando alianzas colaborativas con publicistas, diseñadores, coach y community manager que me apoyan en temas digitales», señala.
¿Cómo y por qué te decidiste a comenzar?
Creo firmemente que todas las mujeres nacemos con la inquietud de emprender, y que en algún momento de la vida y por algún motivo, esta cualidad se gatilla. En mi experiencia, este gatillante puede ser por necesidad u oportunidad, pero siempre una mujer será capaz de crear y sacar adelante sus sueños. En mi caso se conjugaron ambos motivos; la necesidad de estar cerca de mis hijos, sin dejar de trabajar, y por otro, la oportunidad que ví observando las necesidades de mi entorno. Todos los proyectos que he llevado a cabo han tenido el mismo motor.
Los primeros obstáculos
Cuenta que los comienzos no fueron fáciles, especialmente en su primer emprendimiento, donde lo más complejo fue encontrar un lugar idóneo y ajustado al presupuesto que tenía. En esa búsqueda estuvo 6 meses y, cuando creía que ya no lo conseguiría, encontró un terreno que cumplía con las características que andaba buscando. «Si bien, en los proyectos que impulsé posteriormente, también se me presentaron obstáculos, la experiencia anterior me sirvió para manejar la ansiedad, y tener la certeza que las cosas aunque cuesten, van a resultar si eres perseverante. Lo más complejo a mi parecer es la puesta en marcha, los trámites de iniciación de actividades, temas de registros de marcas, permisos, patentes, no siempre son fáciles de concretar ni de entender, y creo estas son las razones por las cuales muchas ideas no se concretan», asegura.
Karin nos confía que su entorno siempre la apoyó y le brindó la confianza que muchas veces se necesita para dar el primer paso, aunque también le hicieron saber los riesgos y aprehensiones que tenían respecto al costo de oportunidad que había al abandonar un trabajo con un sueldo estable, versus la incertidumbre de un emprendimiento que nadie podía asegurarle iba a andar bien. «Con el pasar de los años agradezco ambas cosas, y creo que para comenzar es tan necesario contar con el apoyo de tu entorno, como también estar consciente de los riesgos y analizar los pro y los contra que esto conlleva. A veces hay momentos que es mejor esperar o volver a evaluar para encontrar el momento oportuno, y la idea adecuada. ‘Emprender’ es un desafío maravilloso, que no está exento de dificultades y en ocasiones de fracasos, pero sobre todo debe asumirse como una gran responsabilidad, ya que puede tener costos tanto personales como familiares».
Por este apoyo y compañía, dice que al comparar con otras experiencias, se siente «privilegiada». «Esta ventaja, dice, también se transforma en una gran responsabilidad, y el temor al fracaso siempre estuvo presente. Al menos en mi caso, yo no solo arriesgaba un patrimonio propio, sino un esfuerzo familiar, lo que implicaba mayor presión».
¿Quiénes realmente te ayudaron en un comienzo?
Sin duda la persona que más me apoyó fue mi marido, y a pesar de la presión que me autoimpuse no fue menor, la decisión fue tomada en conjunto como un proyecto familiar, y en todo momento el riesgo lo sumimos en conjunto, aunque fuese yo quien lo liderara. En lo técnico, además de mi marido y mi familia cercana, me ayudaron amigos y amigas tanto con experiencias personales, como en orientaciones en ámbitos legales, financieros, etc. Cada vez que he comenzado un nuevo emprendimiento, realizo reuniones con amigos y lo someto al análisis y críticas que pudieran tener al respecto.
¿Piensas que emprender es más difícil para una mujer?
En este sentido no creo que el “género” sea un discriminador, la complejidad de emprender en mi parecer, se debe más a aspectos del entorno y desarrollo de cualidades personales. Lo que sí creo que es mas complejo en el caso de las mujeres emprendedoras, es compatibilizar los “tiempos”, sobre todo para las que somos mamás, ya que muchas veces se quiere hacer todo, y asumes labores que si estuvieras en un trabajo “formal” no las harías, y eso es un error. Por lo general, las exigencias para una mujer emprendedora son mucho más que para una que trabaja en una oficina y con un horario establecido. El querer estar “en todas” a veces juega en contra, ser emprendedora NO siempre implica que debes ser tú la que siempre vaya al médico con los niños, la que vaya a todas las reuniones de colegio, o la que haga las compras del supermercado, y eso es algo que tanto el entorno familiar y a uno mismo le cuesta delimitar. A las mujeres emprendedoras no nos sobra tiempo, sobre todo en los primeros años donde la curva de aprendizaje es más demandante.
¿Has recibido apoyo del Estado o de organizaciones privadas?
Para la pandemia recibí un crédito del estado de fácil aprobación y de bajo interés. Otro beneficio fue el participar de capacitaciones gratuitas on line, a través de Sercotec.
¿Cuál ha sido el mayor éxito de tu emprendimiento hasta ahora?
El ser emprendedora me ha dado muchas satisfacciones, una de ellas es que luego de 12 años pude rentabilizar una propiedad que actualmente puedo arrendar lo que me permitió poder cambiar de giro y dedicarme a nuevos desafíos acorde con mis nuevas inquietudes.
El éxito de mi empresa puede evaluarse en distintos ámbitos;
1.- En lo personal, me permitió compatibilizar la maternidad con el trabajo, estar cerca de mis hijos y con el tiempo organizar mis horarios. Sin duda fue un beneficio que valoro mucho, y hoy que ya tengo un hijo en la universidad y otra en tercero medio, estoy segura que todos los esfuerzos valieron la pena.
2.- Mi primer gran éxito fue que al cabo de un mes logré tener números azules lo que creo es un gran mérito para cualquier negocio. Esto me dio fuerzas para seguir adelante con más confianza y con más ganas. Al cabo del segundo año las ventas ya se habían duplicado, tanto así que al tercer año pude hacer una sucursal y financiarla con las propias utilidades. En esto la clave siempre fue separar las cuentas personales del negocio, ser cauta y previsora me sirvió mucho, sobre todo en tiempos de pandemia en que tuve que cerrar las puertas durante varios meses.
3.- Tomado en cuenta una visión muy personal, creo que el éxito de todo emprendimiento debe darse también en la medida que puedas ser un aporte para otros. En este sentido fue muy gratificante poder aportar con un espacio de felicidad para instituciones y eventos benéficos que así lo requerían, eso es un éxito para el alma. Actualmente el valor de mi negocio se traduce en poder hacer lo que me gusta traspasando mi experiencia como ingeniero comercial y como emprendedora a otras mujeres que decidieron llevar a cabo sus sueños.
Estaré buscando nuevos desafíos
«Creo que por mi naturaleza, siempre estaré buscando nuevos desafíos, y para el futuro solo quiero poder contar con una tranquilidad económica que me permita seguir generando nuevos proyectos y ayudando a otros a lograrlo. Para mi el gran desafío es ser siempre un ‘aporte, traspasar la barrera de lo individual y poder hacer lo que a uno le gusta.
Mi ambición actual y por la cual estoy trabajando, es poder formar una empresa con profesionales multidisciplinarias para apoyar a mujeres en el camino de la independencia y la autorrealización» señala cuando le consultamos cómo se ve el futuro.
Respecto a qué consejo le daría a otras mujeres para que emprendieran como ella, Karin es enfática y se explaya:
«Es reconocido que en el ámbito laboral las mujeres debemos sortear mas obstáculos que los hombres, sin embargo, en el camino del emprendimiento el único límite para crecer somos nosotras mismas. Si creemos en nuestro potencial, no tendremos que demostrarle a nadie de “que estamos hechas” para poder avanzar. Por lo mismo, creo que es muy importante descubrir el motor que nos impulsa a emprender. Reconociendo esta motivación es más fácil echar a andar nuestros sueños y luchar por lo que queremos. Emprender es comenzar algo nuevo, y todo comienzo requiere de trabajo, esfuerzo y constancia. Los inicios siempre son mas complejos, lo importante es que si has hecho una evaluación adecuada y estás convencida que lo que vas a hacer es algo que te motiva, entonces estás en el camino correcto.
En este sentido es clave que tu entorno familiar asuma contigo el desafío, y te apoye reconociendo que estás comenzando un nuevo trabajo, tan importante como el que tenías anteriormente, haya sido como dependiente o en las labores del hogar. Deben comprender que tendrás que dejar de hacer algunas cosas para que tu negocio alcance el éxito esperado, y que el emprender NO implica multiplicarse ni “hacerlas todas”.
En lo práctico, y tomando en cuenta el mundo del emprendedor post pandemia, antes de “lanzarte” es importante tener en cuenta;
– Las evaluaciones y proyecciones que hagas deben ser realistas, no “enamorarse ciegamente” de tu idea. Buscar las debilidades y tratar de reconocer las amenazas, son pasos claves para anticiparse a los obstáculos y estar preparados. En mi caso particular me sirvió mucho socializar la idea con personas con experiencia en el mundo del emprendimiento.
– Para liderar un proyecto debes conocer cada parte del proceso, es como un hijo, al que debes acompañar a dar sus primeros pasos antes de “soltarlo” y verlo crecer.
– El éxito de los negocios está en la escalabilidad, y para conseguirlo hoy en día es clave entrar al mundo digital y buscar la colaboración con otros emprendedores».
Este reportaje, que integra una serie de entrevistas a mujeres emprendedoras, cuenta con el apoyo del Fondo de Medios de Comunicación Social 2022 del Gobierno Regional Metropolitano de Santiago y el Ministerio Secretaría General de Gobierno.