Blonde: esa Marilyn que nadie se atreve a mirar a los ojos
Por Miguel Reyes Almarza, periodista e investigador en pensamiento crítico
★★★★☆ (4 sobre 5)
¡Show must go on! Es sin duda la arenga máxima del mundo del espectáculo, no importando el costo que, por tal imperativo, deba pagar la persona que está bajo el reflector en aquel instante. Los espectadores esperan deseosos los brillos deslumbrantes de la academia y los “obreros” del mundo cinematográfico se esmeran en construir los andamiajes que permiten mantener la magia, esa que nos ayuda a olvidar la realidad detrás de una sonrisa perfecta, un lunar correctamente ubicado, un cuerpo soñado o simplemente una historia de dolor.
Detrás de esa gran puesta en escena es que los actores desarrollan un alter ego que muchas veces termina por ocultar la persona que lleva la pasión detrás del personaje. Norma Jeane Mortenson no escapó a tal ignominia. Nacida pelirroja y con seis dedos en su pie izquierdo, de una infancia dolorosa pasó a ser el ícono sexual -evitemos el eufemismo de sexy- de toda su generación y lugar común para los años venideros acerca de la esquiva relación entre belleza e inteligencia.
Norma Jeane quería estudiar, Marilyn debía provocar deseo. En esa falsa bifurcación es que se desenvuelve su vida o su carrera, que a larga y en contra de su voluntad pasa a ser lo mismo.
Blonde (2022) la cinta del director australiano Andrew Dominik, de escaso impacto en la industria hasta ahora, llega para convertirse en aquello que pone pies arriba, no solo el criterio de los realizadores audiovisuales, sino también a la candidez que observan las grandes audiencias a la hora de exprimir el jugo de sus estrellas. Pagamos una entrada -o una cuenta de streaming- para evadir el sufrimiento y la realidad, no obstante, en esta obra, aquello se vuelve contra nosotros en un lenguaje pocas veces explorado por el mainstream.
El uso del color y el blanco y negro, como elementos que describen, no solo el tiempo del relato sino las emotividades que lo circundan, así como de los distintos formatos de visualización -la película pasa del 4:3 al 16:9 en total concordancia con la intimidad o lo majestuoso del argumento- otorgan una visualización vigorosa y de montaje fecundo. Más aún cuando detrás de esas casi tres horas de proyección el guion se mantiene dinámico en un cuasi monólogo de la protagonista.
Es Ana de Armas (Premio mejor actriz, UAA, 2022, “No time to die”) quien se hace cargo de encarnar -literalmente- a la rubia debilidad del séptimo arte, catapultándose directamente, no solo a su mejor trabajo como actriz, sino que al podio de lo más excelso en lo que a performance actoral se refiere. Definitivamente Marilyn, Norma Jeane y Ana de Armas, terminan fundidas peligrosamente en un solo cuerpo, los movimientos y gesticulaciones además de la forma de hablar de Monroe, son recuperados de forma excepcional; difícilmente otra actriz pudo llegar a tal nivel de mímesis, sumando a esto la tensión dramática dirigida casi exclusivamente sobre ella, donde no es solo la protagonista, sino el eje de toda la acción y por qué no decirlo del éxito de la película.
De Armas se expone al máximo, en cuerpo -literal- y alma -por cliché que suene- dándole forma a Norma Jeane, esa Marilyn que nadie quería, que no era útil y menos deseada, que fue engañada y menospreciada una y mil veces, siendo la víctima más elocuente del machismo que rodea el mundo de los sueños en la pantalla grande. Más allá de una perfecta imitación es una actriz en total uso de sus facultades expresivas para engañarnos durante horas haciéndonos pensar que es Marilyn la que vemos, no la misma de siempre, ya que la novela en que se basa el filme “Blonde” (2020) de Joyce Carol Oates, se toma todas las licencias permitidas para recrear a la persona detrás de las cámaras, inferencias directas e indirectas que construyen los momentos perdidos de Monroe, no malgastando ni un ápice de razonabilidad en su cometido.
No es una biopic de aquellas que abundan en la televisión paga, tampoco la exaltación gratuita de una heroína inmaculada, es la historia de Norma Jeane -Marilyn Monroe para los fanáticos- una mujer despreciada para el mundo que le tocó vivir, por ser mujer, inteligente y bella y una alerta para la peligrosa necesidad de exposición de las generaciones contemporáneas. Podemos seguir mirando al costado o buscar a la persona detrás del personaje mirándola directamente a los ojos.
Disponible en Netflix.