Aliados presionan a Bolsonaro para que reconozca cuanto antes su derrota frente a Lula
Tras conocer los resultados, se ha encerrado en sí mismo y no se ha manifestado a través de RRSS y ni siquiera ha conversado como ha hecho casi cada día a lo largo de su mandato con el grupo de incondicionales que le suele esperar a las puertas del Palacio del Planalto.
Más de medio día después de que Luiz Inácio Lula da Silva saliese vencedor en las elecciones de Brasil, el ya presidente saliente, Jair Bolsonaro, continúa sin reconocer los resultados, mientras que algunos de sus ministros, como el de Asuntos Exteriores, Carlos França, están presionando para que se manifieste públicamente, como ya han hecho otros líderes internacionales.
Abatido y lacónico se ha mostrado este lunes un Bolsonaro que en la noche del domingo se negó a hablar con sus aliados una vez se conoció su derrota por algo más de dos millones de votos frente a Lula, que con su triunfo además reafirma el viraje hacia la izquierda del continente latinoamericano, según informaciones de ‘O Globo’.
Tras conocer los resultados, Bolsonaro se ha encerrado en sí mismo y no se ha manifestado a través de redes sociales y ni siquiera ha conversado como ha hecho casi cada día a lo largo de su mandato con el grupo de incondicionales que le suele esperar a las puertas del Palacio del Planalto.
Además de França entre quienes le han presionado para que reconozca cuanto antes la victoria de Lula y con ello «salvar» algo de su ya maltrecho crédito político está el exministro de Defensa, el general Walter Braga Netto, quien aspira a ser su vicepresidente en estas elecciones, y el ministro de Comunicaciones, Fábio Faria.
Sus aliados le han pedido a Bolsonaro que declare públicamente su agradecimiento a los más de 58 millones de brasileños que han votado por él este domingo y como no se descarta que pueda presentarse a las elecciones de 2016, le han recalcado la necesidad de reconocer el resultado cuanto antes.
Este domingo Lula da Silva volvió a ser elegido presidente de Brasil tras imponerse en unas ajustadas y convulsas elecciones con el 50,9 por ciento de los votos, por delante así de Bolsonaro que se quedó con el 49,1 por ciento.