La superficie de Marte alberga ya más de siete toneladas de basura procedente de medio siglo de exploración robótica del planeta rojo.
El cálculo ha sido obtenido por Cagri Kilic, investigador Postdoctoral en Robótica de la Universidad de West Virginia, a partir del análisis de los 18 objetos hechos por humanos con destino a Marte en 14 misiones separadas, según datos de la Oficina del Espacio Exterior de Naciones Unidas.
Cuando se suma la masa de todas las naves espaciales que se han enviado alguna vez a Marte, se obtiene alrededor de 9.979 kilos. Restando el peso de la naves actualmente operativas en la superficie, que es de 2.860 kilos, se obtiene un total de 7.119 kilos de desechos humanos en Marte.
Los desechos en Marte provienen de tres fuentes principales: hardware desechado, naves espaciales inactivas y naves espaciales estrelladas.
Cada misión a la superficie marciana requiere un módulo que proteja la nave espacial. Este módulo incluye un escudo térmico para cuando la nave atraviese la atmósfera del planeta y un paracaídas y hardware de aterrizaje para que pueda aterrizar suavemente.
La nave desecha piezas del módulo a medida que desciende, y estas piezas pueden aterrizar en diferentes lugares de la superficie del planeta; puede haber un escudo térmico inferior en un lugar y un paracaídas en otro. Cuando estos escombros caen al suelo, pueden romperse en pedazos más pequeños, como sucedió durante el aterrizaje del rover Perseverance en 2021. Estos pequeños pedazos pueden volar debido a los vientos marcianos.
A lo largo de los años, se ha encontrado mucha basura pequeña arrastrada por el viento, como el material de red que se encontró recientemente. A principios de año, el 13 de junio de 2022, el rover Perseverance detectó una manta térmica grande y brillante encajada en unas rocas a 2 km de donde aterrizó el rover. Tanto Curiosity en 2012 como Opportunity en 2005 también encontraron escombros de sus vehículos de aterrizaje.
Las nueve naves espaciales inactivas en la superficie de Marte son el módulo de aterrizaje Mars 3, el módulo de aterrizaje Mars 6, el módulo de aterrizaje Viking 1, el módulo de aterrizaje Viking 2, el rover Sojourner, el módulo de aterrizaje Beagle 2 anteriormente perdido, el módulo de aterrizaje Phoenix, el rover Spirit y la nave espacial desactivdad más recientemente, el rover Opportunity. En su mayoría intactos, es mejor considerarlos reliquias históricas que basura, según expone el autor del estudio en un artículo publicado en The Conversation.
Las naves espaciales estrelladas y sus piezas son otra fuente importante de basura. Al menos dos naves espaciales se han estrellado y otras cuatro han perdido el contacto antes o justo después del aterrizaje. Descender de manera segura a la superficie del planeta es la parte más difícil de cualquier misión de aterrizaje en Marte, y no siempre termina bien. (Europa Press)