Desde antibióticos hasta clonazepam: laboratorios explican los peligros tras el comercio informal de medicamentos

Según datos del Instituto de Salud Pública, los decomisos de fármacos de venta ilegal van al alza, con un aumento de 29% entre el año 2020 y 2021

Cualquier medicamento falsificado puede contener ingredientes que ponen en grave riesgo la salud, pudiendo incluso, ser mortales. Un producto farmacéutico ilegal puede ser de apariencia muy similar al original, diferenciándose por sutiles diferencias o en ocasiones sólo con la confirmación de análisis.

La creciente venta ilegal de medicamentos en ferias libres es una práctica de alto riesgo que genera preocupación en la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Asilfa), ya que fomenta un mercado informal de remedios falsificados y de baja calidad terapéutica, a la vez que se ha transformado en una importante fuente de automedicación.

Según cifras del Instituto de Salud Pública, los decomisos por venta ilegal de medicamentos van al alza, con un aumento de 29% entre el año 2020 y 2021, los que incluyen antibióticos y medicamentos con receta retenida como el Clonazepam, cuyo comercio ilegal transgrede la Ley 20.000, por lo que es considerado tráfico de drogas.

Desde el gremio de los laboratorios este incremento en las cifras es visto con gran preocupación, ya que significa un problema de salud para la población chilena. Al respecto, Elmer Torres, vicepresidente ejecutivo de Asilfa, sostiene que “el primer gran peligro de este tipo de comercio es que se trata de medicamentos cuyas condiciones de almacenamiento no están garantizadas, por lo que es muy probable que la calidad terapéutica de los mismos se encuentre en riesgo”.

Falsificaciones y vencimientos

Otro de los peligros que se corre al comprar medicamentos de manera informal es acceder a productos falsificados, cuyas propiedades medicinales sean inexistentes o incluso contengan sustancias nocivas. Según el experto de Asilfa esto “se convierte en un doble riesgo cuando se trata de remedios para pacientes en condiciones crónicas, ya que no solo está consumiendo un producto adulterado, sino que también elimina la eficacia del tratamiento”.

Para Torres, químico farmacéutico de la Universidad de Chile, los remedios que se compran fuera de los establecimientos formales aumentan el riesgo de acceder a medicamentos vencidos, por lo que pasada su fecha de caducidad no existen garantías en cuanto a su calidad y eficacia.

“Además, detrás de este explosivo aumento hay un riesgo oculto y es la creciente automedicación de la población chilena, ya que la venta ilegal de medicamentos se ha convertido en una fuente importante de acceso a remedios sin consulta ni prescripción médica”, agrega el ejecutivo de Asilfa.

Aunque el ISP fiscaliza y cursa multas, la venta ilegal de medicamentos es una práctica que sigue el alza a pesar de los riesgos que conlleva, por lo que la decisión final depende de la conciencia que puedan tomar las personas sobre los peligros tras esta decisión de compra.

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El Periodista