Santa Sede centralizará compras e inversiones a partir de septiembre para frenar irregularidades

Según ha informado el Vaticano, habrá un periodo de moratoria para que los distintos organismos se adapten a los criterios propuestos.

La Santa Sede ha concluido las operaciones para centralizar todas las compras e inversiones en una sola gestión a partir del 1 septiembre para frenar irregularidades financieras como la detectada en la compra de un edificio de lujo en Londres con fondos de la Secretaría de Estado, que ha sentado por primera vez a un cardenal de la Curia en el banquillo de los acusados.

«El 1 de septiembre se pondrá en marcha una nueva política unificada para las inversiones financieras de la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano», ha anunciado la Oficina de prensa del Vaticano en un comunicado de la Secretaría Económica.

Esta nueva política prohibirá las inversiones que puedan acabar financiando actividades que tengan que ver con la pornografía, la prostitución, el juego, la industria armamentística y de defensa, los centros sanitarios proabortistas o las empresas farmacéuticas que fabrican productos anticonceptivos o que utilizan células madre embrionarias.

En cambio, se priorizarán las inversiones sostenibles. Asimismo, se excluirán «las operaciones financieras propias de las estrategias especulativas», tal y como se señala en la nota de prensa de la Secretaría para la Economía, dirigida por el jesuita español, Juan Antonio Guerrero, que es precisamente la encargada de perfilar la nueva política de inversiones, tras un largo debate en el Consejo para la Economía, dirigido por el cardenal alemán Reinhard Marx.

El Vaticano espera que para octubre, un mes después de la puesta en marcha de la centralización de compras, la liquidez que aún conservan los distintos entes y dicasterios, y que está destinada a la inversión, sea transferida a la cuenta bancaria de la Administración del Patrimonio de la Santa Iglesia Apostólica (Apsa), dirigida por monseñor Nunzio Galantino, en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), el llamado «banco vaticano», dirigido por el francés Jean-Baptiste de Franssu. El Apsa tendrá una cuenta bancaria para cada institución y será la encargada de hacer todos los pagos.

En el centro de las decisiones sobre las inversiones a ejecutar está el Comité de Inversiones, que inauguró hace dos meses el Papa y que delegó en el cardenal estadounidense Kevin Farrell, antiguo responsable del comité de los obispos estadounidenses para las colectas nacionales.

El nuevo sistema de compras, que fue debatido en el Consejo de Economía junto con especialistas en materia financiera, fue dirigido a los responsables de los distintos Dicasterios de la Curia y a los responsables de las instituciones y entidades vinculadas a la Santa Sede por el Prefecto de la Secretaría de Economía, el Padre Juan Antonio Guerrero Alves.

La nueva Política de Inversiones pretende garantizar que las inversiones tengan como objetivo contribuir a la «creación un mundo más justo y sostenible». Además, tiene el objetivo de «proteger» el valor real del patrimonio de la Santa Sede, generando un rendimiento suficiente para contribuir de forma sostenible a la financiación de sus actividades. Por último, se trata de armonizar la parte económica con las enseñanzas de la Iglesia Católica, en concreto la doctrina social de la Iglesia, con exclusiones específicas de inversiones financieras que contradigan sus principios fundamentales, como la santidad de la vida, la dignidad del ser humano o el bien común.

Según ha informado el Vaticano, habrá un periodo de moratoria para que los distintos organismos se adapten a los criterios propuestos. Las instituciones curiales deberán confiar sus inversiones financieras al APSA, transfiriendo la liquidez de la que disponen para hacer inversiones, así como los valores depositados en bancos extranjeros o en el banco del Vaticano al APSA, la institución que administra el patrimonio de la Santa Sede. El APSA creará un fondo único para la Santa Sede al que irán a parar todas las inversiones en los distintos instrumentos financieros, y tendrá una cuenta para cada institución, tramitando los informes y pagando los rendimientos.

El nuevo Comité de Inversiones, creado a partir de la Constitución Apóstolica Praedicate Evangelium, realizará -a través de la APSA- las consultas oportunas para aplicar la estrategia de inversión y evaluar la idoneidad de las opciones, con especial atención a la conformidad de las inversiones. (Europa Press)

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