Hezbolá advierte a Israel de «problemas» si extrae gas de Karish, en el Mediterráneo
Las negociaciones giran en torno a un área de 860 kilómetros cuadrados que, según ambos países, se sitúan en sus respectivas Zonas Económicas Exclusivas.
El líder del partido-milicia chií Hezbolá, Hasán Nasralá, ha advertido a Israel contra la extracción de gas en el campo de Karish, situado en una zona del mar Mediterráneo en disputa entre ambos países, y ha subrayado que estas actividades derivarían en «problemas».
«Si la extracción de petróleo y gas de Karish empieza en septiembre, antes de que Líbano obtenga sus derechos (en las conversaciones indirectas entre ambos países), nos dirigiríamos a un problema y haríamos todo lo necesario para lograr nuestro objetivo», ha manifestado. «Nadie desea la guerra y la decisión está en manos de Israel, no en las nuestras», ha agregado.
«El presidente de Estados Unidos (Joe Biden) no quiere una guerra en la región y esa es nuestra oportunidad para que presionemos y logremos nuestro petróleo», ha argüido en una entrevista a la cadena de televisión libanesa Al Mayadín, antes de alertar a Israel de que «todos los campos están bajo amenaza, no sólo el de Karish».
Así, Nasralá ha apuntado que «ningún objetivo israelí en mar o tierra está fuera del alcance de los misiles de precisión de la resistencia». «Una acción así, ya sea en Karish o más allá, depende de la decisión del enemigo israelí y de Estados Unidos. Líbano ofreció grandes concesiones», ha argumentado, al tiempo que ha hecho hincapié en que «la pelota no está en el tejado libanés».
El líder de Hezbolá ha recordado que Líbano «es la parte que tiene prohibido extraer petróleo y gas en la zona que no está en disputa», por lo que ha manifestado que «lo que es necesario es ceñirse a los límites reclamados por el Estado libanés y retirar el veto a las compañías que extraerán el petróleo», tal y como ha recogido el portal libanés Naharnet.
De esta forma, ha reclamado a la población libanesa que «confíe en las capacidades de la resistencia». «No hemos pedido a nadie que se una nosotros para una guerra futura pero no se sabe si otras partes se sumarían a esta guerra, lo que es algo probable», ha explicado, en aparente referencia a los lazos de Hezbolá con Irán y Siria.
Israel y Líbano –que están técnicamente en guerra y no mantienen relaciones diplomáticas– iniciaron en octubre de 2020 un proceso de conversaciones indirectas que cuentan con la mediación de Estados Unidos y que se celebran bajo auspicios de Naciones Unidas en la sede del organismo internacional en la ciudad libanesa de Naqura.
Las negociaciones giran en torno a un área de 860 kilómetros cuadrados que, según ambos países, se sitúan en sus respectivas Zonas Económicas Exclusivas, un asunto de especial importancia después del hallazgo de reservas de gas en esta zona que tanto Israel como Líbano esperan poder explotar. (Europa Press)