Putin dice que sanciones contra Rusia costarán más de 400.000 millones a la UE
"Los políticos europeos han asestado un duro golpe a su economía. Lo hicieron con sus propias manos", ha afirmado Putin en referencia al aumento de los problemas sociales y económicos en Europa.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, considera que la ‘guerra relámpago’ económica lanzada contra el país euroasiático por las potencias occidentales estaba abocada al fracaso y ha advertido de que las sanciones son un arma de doble filo, ya que se estima que acabarán suponiendo un coste de más de 400.000 millones de dólares (382.000 millones de euros) para la Unión Europea, que ha perdido su soberanía política a costa de su propia población y economía «para bailar al son de otros».
«La ‘blitzkrieg’ económica contra Rusia no tenía posibilidades de éxito», ha afirmado Putin en el marco del Foro Económico Internacional de San Petersburgo, donde ha defendido que el arma de las sanciones «es de doble filo» e inflige un daño comparable «e incluso mayor» a los mismos ideólogos de estas.
«Según los expertos, solo las pérdidas directas de la Unión Europea por la fiebre de las sanciones durante el próximo año pueden superar los 400.000 millones de dólares», ha añadido el presidente ruso, para quien esta es la factura a pagar por adoptar «decisiones divorciadas de la realidad y contra el sentido común».
A juicio de Putin, el cálculo de las potencias occidentales pretendía, «con un golpe», aplastar la economía rusa, mediante la destrucción de las cadenas comerciales, la retirada forzosa de las empresas occidentales del mercado ruso, la congelación de los activos nacionales, golpeando así la industria, las finanzas y los estándares de vida de las personas.
«No funcionó. Obviamente, no funcionó», ha asegurado, añadiendo que poco a poco se está normalizando la situación económica en Rusia, con la estabilización primero de los mercados financieros, el sistema bancario y la red comercial, que ha permitido inyectar liquidez a la economía y capital de trabajo para mantener la estabilidad de las empresas y los puestos de trabajo.
De este modo, los pronósticos sombríos sobre las perspectivas de la economía rusa de principios de la primavera no se hicieron realidad, ha presumido Putin, para quien la campaña de propaganda sobre el desplome del rublo y el colapso de la economía rusa «fue y sigue siendo un instrumento de guerra de información».
En este sentido, el presidente ruso ha recordado que tres meses después del paquete masivo de sanciones aplicado contra el país, la tasa de inflación rusa ha comenzado a moderarse y, aunque ha reconocido que el 16,7% de la última lectura sigue siendo demasiado elevada, ha señalado que varias economías de la eurozona registran subidas de precios superiores al 20%.
«Los políticos europeos han asestado un duro golpe a su economía. Lo hicieron con sus propias manos», ha afirmado Putin en referencia al aumento de los problemas sociales y económicos en Europa, así como al aumento del coste de los bienes, los alimentos, la electricidad y el combustible para automóviles, y cómo empeora la calidad de vida de los europeos y se deteriora la competitividad de las empresas europeas.
«El aumento de los costes de las empresas europeas y su pérdida del mercado ruso también tienen graves consecuencias a largo plazo: la pérdida de competitividad global y una desaceleración sistémica en el crecimiento de la economía europea en los años venideros», ha apostillado.
«Estos costes corren directamente a cargo de la población y las empresas de la Unión Europea», ha añadido el presidente ruso, para quien una consecuencia directa de las decisiones de los políticos europeos será «un mayor agravamiento de la desigualdad en estos países», lo que, a su vez, dividirá aún más sus sociedades.
Todos los discursos sobre costes supuestamente aceptables en nombre de la pseudo-unidad no pueden ocultar lo principal: la Unión Europea finalmente ha perdido su soberanía política y sus élites burocráticas están bailando al son de otros, aceptando todo lo que les digan desde arriba, causando daño a su propia población y a su propia economía», ha concluido. (Europa Press)