Macron, ante ardua tarea de gobernar una Francia sin mayoría absoluta
El presidente francés y sus aliados de centro-derecha siguen siendo la lista más votada y han evitado tener que nombrar al líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, primer ministro del país, el hemiciclo será escenario de una profunda fragmentación política en un caso sin precedentes en la historia de la V República.
Los resultados de las elecciones legislativas celebradas el domingo en Francia colocan al presidente del país, Emmanuel Macron, en una tesitura delicada: aunar esfuerzos para lograr apoyos y poder gobernar un país sin mayoría absoluta y ante la fuerte irrupción de la izquierda en el Parlamento.
Aunque Macron y sus aliados de centro-derecha siguen siendo la lista más votada y han evitado tener que nombrar al líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, primer ministro del país, el hemiciclo será escenario de una profunda fragmentación política en un caso sin precedentes en la historia de la V República.
Con 244 diputados, la coalición ‘macronista’ Juntos tendrá que hacer frente a las izquierdas aglutinadas por Mélenchon en una sola candidatura bajo el nombre de Nueva Unión Popular Ecologista y Social (conocida como Nupes) y los ultraderechistas de Agrupación Nacional, que se erigirán como las principales fuerzas opositoras tras hacerse con 131 escaños y 89, respectivamente.
Macron y sus aliados de centro necesitarían unir fuerzas para sacar adelante sus proyectos y regulaciones, ya sea mediante la formación de una coalición de gobierno o recabando los votos necesarios en cada ocasión, lo que podría llevar a una alianza con la derecha moderada de Los Republicanos.
Este escenario requiere un mayor compromiso de las partes para sacar adelante la agenda de gobierno, y formar una coalición podría implicar dejar algunas carteras en manos de partidos rivales en aras de la cooperación.
No obstante, ya son muchas las voces que piden la disolución de la Asamblea Nacional, especialmente entre los diputados de Francia Insumisa y Agrupación Nacional, que contaba con tan solo ocho escaños hasta el momento. El bloque de izquierda, por su parte, no ha tardado en anunciar que presentará una moción de censura contra el Gobierno el próximo 5 de julio.
Los diputados elegidos este domingo comenzarán su mandato oficialmente este miércoles, antes de que comience la legislatura el próximo 28 de junio, fecha en la que elegirá al presidente de la cámara. Los políticos franceses tendrán una semana para decidir sus posturas de cara a la formación de posibles alianzas.
La alianza de izquierda ha sido la gran vencedora y se ha convertido en el principal grupo opositor, si bien muchos han lamentado el avance del partido de Marine Le Pen y temen una alianza entre Macron y la derecha, especialmente en cuestiones sociales.
EL ASCENSO DE AGRUPACIÓN NACIONAL
Agrupación Nacional ha logrado casi los 90 escaños, un resultado que ni siquiera su líder esperaba y que es diez veces superior al obtenido en 2017. «No podéis imaginar la emoción que siento», dijo Le Pen tras conocer los resultados.
En este sentido, ha prometido una oposición «firme, responsable y respetuosa con las instituciones», además de «constructiva». «Nuestro único objetivo es trabajar en el interés de Francia y del pueblo francés», ha proclamado.
Sin embargo, ha anunciado que no presidirá la formación dado que su intención es «entregarse al liderazgo del grupo parlamentario», según ha informado el diario ‘Le Figaro.
«En nuestros mejores cálculos esperábamos tener 60 diputados. Es verdad que estamos gratamente sorprendidos por la movilización de nuestros compatriotas y por esta esperanza de que la migración, la inseguridad y la lucha contra el islamismo no desaparecerá de la Asamblea Nacional», ha destacado antes de señalar que su padre, Jean-Marie Le Pen, ha dicho sentirse «muy feliz por la situación».
Estos comicios ponen el broche final a una secuencia electoral que comenzó en 2019 con las europeas y que ha dejado constancia de la baja participación de los franceses en los procesos electorales.
Con una abstención del 53,77 por ciento, la segunda ronda de las legislativas ha supuesto un nuevo récord que ahonda la crisis institucional que atraviesa el país y que, para algunos analistas, se remonta a las protestas de los ‘chalecos amarillos’.
Esto pone de manifiesto la «apatía» del electorado francés, que según las encuestas ya no confía de la misma forma en el jefe de Estado pero tampoco alberga esperanzas de que la alianza de izquierdas tenga un mayor éxito allí donde el actual Gobierno ha cosechado fracasos.
RENOVACIÓN DE ESCAÑOS
Como ya había avisado el presidente, los resultados electorales han supuesto la salida del Gabinete de varios ministros que no han logrado renovar su escaño en el Parlamento, como la ministra de Sanidad, Brigitte Bourguignon, la secretaria de Estado del Mar, Justine Bénin, y la ministra de Transición Ecológica, Amélie de Montchalin.
Queda en el aire el futuro de la primera ministra, Elisabeth Borne, que será sujeta a una moción de censura y podría ser obligada a dejar el Gobierno. Los partidos de izquierda ya han abogado por impulsar su salida y han asegurado que «lo lógico» es que dimita, si bien se necesita mayoría absoluta para sacar adelante una moción de censura, algo improbable dada la nueva configuración del Parlamento.
Todo apunta a que Macron y su alianza tendrán que trabajar para recuperar el control perdido ante un panorama incierto de discordia nacional que podría desembocar en una Francia ingobernable. (Europa Press)