Eliminar las barreras laborales que enfrentan las mujeres en el Cono Sur americano supondría un impulso de entre el 4% y el 15% del Producto Interior Bruto (PIB) en los países de esta subregión, según un nuevo informe publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay la tasa de ocupación femenina es del 49%, 21 puntos porcentuales por debajo de la de los hombres. Chile tuvo la tasa de empleo femenino más baja en la década de 1990, por debajo del 35%, con un aumento pronunciado desde principios de la década de 2000, alcanzando casi el 48% en 2019. Paraguay tiene la tasa de empleo femenino más alta de la región en todo el período, en torno a 55% con datos actualizados a cierre de 2019.
Si además de las barreras de género también se eliminaran las relacionadas con motivos étnicos, en Brasil las ganancias podrían alcanzar hasta un 30% del PIB, según el estudio elaborado por el organismo multilateral.
Algunas de las soluciones para cerrar estas brechas pasan por potenciar el desarrollo de mujeres a nivel educativo y profesional, apoyar el desarrollo profesional de las mujeres en carreras tecnológica y potenciar políticas públicas sensibles al género, que consideren las perspectivas, aspiraciones y retos que enfrentan las mujeres en la región.
En lo que se refiere a potenciar el capital humano de las mujeres, el estudio sostiene que las inversiones en este área pueden tener un efecto multiplicador en el avance de la igualdad de género.
El informe también concluye que, si bien es necesario incentivar que más mujeres se ocupen en el sector de tecnología e ingeniería, que son algunas de las ocupaciones mejor remuneradas, también es imperativo eliminar barreras culturales y normas sociales que dificultan que las mujeres tengan éxito en campos dominados por hombres. Por ejemplo, en Chile las mujeres que desarrollan su actividad en carreras tecnológicas podrían estar sujetas a un mayor grado de discriminación en el mercado laboral que mujeres en otros campos.
En última instancia, el informe subraya la necesidad de impulsar políticas urbanas sensibles al género para fomentar su participación en el mercado laboral y su autonomía económica. Esto se debe a que, según el estudio, las mujeres realizan más viajes diarios que los hombres, además de viajar más en horarios pico y utilizar más el transporte público, sobre todo para realizar labores de cuidado de terceros.
En Buenos Aires, por ejemplo, las mujeres tienen peor acceso al trabajo que los hombres debido a los mayores costes de viaje y las distancias más largas.