Países de la UE más dependientes del petróleo ruso piden tiempo para adaptarse al embargo
El plan europeo depende del consenso de los Estados miembro y el Gobierno húngaro ya ha dado a entender que, tal como está redactado a día de hoy, no lo apoyará.
La propuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, de incluir en el próximo paquete de sanciones contra Rusia el veto al petróleo ruso ha generado dudas en países como Hungría, Eslovaquia y República Checa, que reclaman medidas específicas y, en general, más tiempo para adaptarse al potencial embargo.
«Seamos claros, no será fácil», ha dicho Von der Leyen, al asumir las complicaciones de aplicar unas sanciones que, en cualquier caso, no serán inmediatas. Bruselas plantea una transición hasta finales de año, en una idea inicial que no sería inamovible.
El plan europeo depende del consenso de los Estados miembro y el Gobierno húngaro ya ha dado a entender que, tal como está redactado a día de hoy, no lo apoyará. «Siendo responsables, no podemos apoyar esta versión del paquete de sanciones de Bruselas», ha reconocido el ministro de Exteriores, Peter Szijjarto, en un vídeo publicado en Facebook.
Szijjarto ha apuntado que el plan europeo «destruiría» la seguridad energética de Hungría, país que recibe más del 60 por ciento de su petróleo desde Rusia, en línea con lo que también ha dicho el portavoz del Ejecutivo de Viktor Orbán, Zoltan Kovacs.
«No vemos planes en la propuesta actual para gestionar un periodo de transición ni cómo se garantizaría la seguridad energética de Hungría», ha afirmado Kovacs. El Ejecutivo húngaro, sin embargo, ha evitado contraofertar con plazos más a la hoja de ruta de Von der Leyen.
Sí lo ha hecho, en cambio, el Gobierno de Eslovaquia, que aunque ha dado su apoyo al nuevo paquete de sanciones, ha pedido un periodo de transición más amplio. El ministro de Economía, Richard Sulik, ha pedido que no se compare las peticiones eslovacas con las húngaras y ha negado que quieran una exención indefinida, pero sí ha señalado que la fase de transición debe durar tres años, según declaraciones ante los medios recogidas por el diario ‘Pravda’.
Sulik ha apelado a la «solidaridad» europea para permitir que Eslovaquia pueda «adaptarse» a la nueva situación. Dejar de depender del petróleo ruso le costará a Eslovaquia unos 160 millones de euros, según las estimaciones del Ejecutivo.
Por su parte, el primer ministro de República Checa, Petr Fiala, ha reconocido las reservas de su Ejecutivo con la aplicación de los nuevos castigos y ha planeado en declaraciones a los medios una fase de dos o incluso tres años antes para poder construir nuevos oleoductos, según la televisión pública checa.
UN DESARROLLO «COMPLEJO»
El embargo afectará tanto al petróleo transportado por vía marítima como por oleoductos, sea crudo o refinado, aunque el sistema diseñado por Bruselas el fin de las importaciones de crudo sea «progresiva», de modo que la desconexión del crudo sea en seis meses y la de los productos refinados «a finales de año».
Von der Leyen no ha dado más detalles del contenido de la propuesta, pero la agencia Bloomberg ha precisado que en el caso de Hungría y Eslovaquia se les permitiría un periodo de transición mayor, hasta finales de 2023.
A pesar de los problemas de algunos socios con los tiempos para la desconexión del petróleo ruso, fuentes europeas apuntaron que hubo un amplio apoyo al texto de la Comisión en el primer debate a nivel de embajadores este mismo miércoles, si bien su desarrollo es «complejo» y requiere continuar la negociación técnica. El objetivo es un acuerdo antes de que acabe la semana.(Europa Press)