Bachelet matiza que su visita a Xinjiang no ha sido una investigación sobre el trato de China a los uigures
La expresidenta visitó China para analizar in situ la situación de los DDHH en el país comunista.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas y expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, ha indicado este sábado que su esperada visita a la región china de Xinjiang para evaluar las acusaciones contra las autoridades de Pekín sobre abusos a la minoría uigur no ha tenido un carácter de investigación.
A finales de agosto de 2018, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU denunció que hasta un millón de personas de la etnia uigur podrían estar recluidas en «campos de reeducación» en Xinjiang.
China ha desmentido categóricamente cualquier acusación de «genocidio» y «trabajos forzosos» contra la minoría uigur y ha matizado que no es una cuestión de Derechos Humanos sino de luchar contra la violencia, el separatismo y el extremismo. No obstante, Estados Unidos, como la Unión Europea y otros países han impuesto sanciones al gigante asiático en este sentido.
Bachelet sí ha indicado que ha planteado «cuestiones» sobre las medidas «antiterroristas y contra la radicalización», además de solicitar a China que se abstenga de adoptar «medidas arbitrarias» contra la población de estos centros, así como otros uigures que están siendo vigilados en sus propias residencias.
En particular, Bachelet ha asegurado que ha planteado al Gobierno chino su preocupación ante «la falta de supervisión judicial» del programa que regula estos centros de reasentamiento.
«Durante mi visita, el Gobierno me aseguró que este sistema ha sido desmantelado», ha añadido Bachelet, sin dar más detalles, antes de insistir en la necesidad de regular la respuesta ante lo que el Gobierno percibe como una amenaza extremista.
«Es fundamental que las respuestas antiterroristas no den lugar a violaciones de los Derechos Humanos», ha indicado Bachelet, antes de añadir que «la aplicación de las leyes y políticas pertinentes, y cualquier medida obligatoria impuesta a las personas, debe estar sujeta a una supervisión judicial independiente, con una mayor transparencia de los procedimientos judiciales».
De igual modo, la Alta Comisionada ha pedido a las autoridades chinas que proporcionen información a las familias de los internados sobre su situación. «En mis conversaciones con las autoridades, les pedí que tomaran medidas para brindar información a las familias como una cuestión prioritaria», ha explicado.
No obstante, Bachelet ha reconocido que ha sido «incapaz de evaluar» la situación a «gran escala» dada la naturaleza de su visita. «Esta visita no ha sido una investigación», ha hecho saber Bachelet, «porque una visita de un alto oficial no es propicia para un trabajo detallado, metódico y discreto de carácter investigador».
En su lugar, Bachelet ha indicado que su visita ha sido «una oportunidad para dialogar con los líderes chinos sobre Derechos Humanos». «A quienes me habéis pedido que les traslade vuestra preocupación», se ha dirigido Bachelet a las ONG que denuncian a las autoridades chinas, «vuestra labor importa y seguiré de cerca estas cuestiones».
Con un tono más positivo, la alta comisionada ha aplaudido ciertos logros «tremendos» del Gobierno chino, «en particular la erradicación de la pobreza extrema, diez años antes de la fecha prevista», sus «importantes reformas legislativas y judiciales», así como la llamada Ley de Protección de los Derechos e Intereses de la Mujer, la reciente reforma del Código Civil — que introdujo disposiciones sobre el acoso sexual — y la ley contra la violencia doméstica que establece órdenes de alejamiento para proteger a las mujeres y los niños en situación de riesgo.
HONG KONG
La situación en Hong Kong, donde China ha sido acusada de reprimir a la disidencia merced a una durísima ley de Seguridad Nacional, también ha ocupado un espacio de crítica en la evaluación de Bachelet.
«Es importante que el Gobierno chino haga todo lo posible para fomentar, y no sofocar, el tremendo potencial de la sociedad civil y los académicos de Hong Kong para contribuir a la promoción y protección de los derechos humanos en el territorio y más allá», ha indicado.
En este sentido, Bachelet ha considerado que «los arrestos de abogados, activistas, periodistas y otros en virtud de la Ley de Seguridad Nacional son profundamente preocupantes».
CRÍTICAS A BACHELET
Tras la comparecencia de Bachelet, organizaciones no gubernamentales han criticado a la alta funcionaria de la ONU por no cargar contra las autoridades chinas por el tratamiento de la minoría uigur.
«Parece que la jefa de Derechos Humanos de la ONU cree que es tan persuasiva que su conversación de cuarto trasero convencerá a Pekín para que relaje la represión», ha afirmado el director de Human Rights Watch, Kenneth Roth. «Pero Pekín estará encantado de seguir hablando en privado hasta que se canse. Solo responde a la presión pública», ha advertido a través de Twitter.
Para el Congreso Mundial Uigur que representa a los uigures en el exilio, «la visita (de Bachelet) se ha convertido en una oportunidad para la propaganda china, que blanquea sus crímenes contra la humanidad y el genocidio del pueblo uigur».
La visita de Michelle Bachelet ha sido «una catastrófica dejación de funciones» para Luke de Pulford, de la ONG antiesclavista Arise, mientras que Iniciativa Tíbet Alemania ha denunciado la propaganda china y la utilización de Bachelet.