Sánchez de España y Mohamed VI de Marruecos mantienen un encuentro histórico en Rabat

El respaldo español al plan de autonomía marroquí para el Sáhara permite pasar página y enfocarse en una nueva etapa.

La cena con la que ha agasajado Mohamed VI al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no solo marca para el monarca alauí la ruptura de su ayuno sino que también sella una reconciliación entre dos países llamados a entenderse por sus muchos intereses compartidos y que esperan haber dejado atrás definitivamente una de las peores crisis bilaterales hasta la fecha.

La invitación del rey de Marruecos no habría sido posible de no haber mediado por medio la carta que le envió Sánchez el pasado 14 de marzo en la que se expresaba el respaldo explícito del Gobierno español al plan de autonomía para el Sáhara que Rabat presentó en 2007 y que ahora considera como «la base más seria, realista y creíble» para una solución.

Estas palabras, escogidas con esmero y muy celebradas por Rabat que quiere ahora que otros países como Francia emulen, supusieron el colofón a meses de esfuerzos por revertir una crisis nunca vista y cuyo telón de fondo era precisamente la cuestión de la antigua colonia española y la postura del Gobierno al respecto.

El reconocimiento por parte de Estados Unidos, con Donald Trump aún de presidente y vía Twitter, de la marroquinidad del Sáhara el 10 de diciembre de 2020 dio alas a Rabat que, reafirmado en su postura, se lanzó a tratar de empujar a otros países a seguir los pasos de los estadounidenses.

Ese mismo día, y con el argumento de la pandemia, se cancelaba la cumbre bilateral que España y Marruecos iban a celebrar una semana después en Rabat. El plan inicial era que se celebrara en febrero, pero a día de hoy sigue sin fecha, aunque podría salir de la visita de Sánchez.

A VUELTAS CON EL SÁHARA

En noviembre del año pasado, con motivo del aniversario de la Marcha Verde Mohamed VI volvió a la carga con el tema del Sáhara. El monarca avisó «a quienes mantienen posiciones vagas o ambivalentes» de que Marruecos «no se comprometerá con ellos en ningún planteamiento económico o comercial que excluya al Sáhara marroquí».

«La marroquinidad del Sáhara es una realidad inmutable e indiscutible», recalcó días después su ministro de Exteriores, Naser Burita, insistiendo en que la única solución posible pasaba por el plan de autonomía que Rabat plantea para sus llamadas provincias del sur.

El Gobierno marroquí volvió a insistir en pedir «claridad» a España respecto al Sáhara después de que el Rey Felipe VI interviniera en enero por primera vez desde el estallido de la crisis, animando a «materializar ya» la nueva relación para el siglo XXI que ambos países buscaban forjar.

Esas aclaraciones llegaron en forma de carta y después de meses de negociación en los que, según contaron fuentes gubernamentales, el acuerdo estuvo varias veces muy cerca. El Ejecutivo marroquí se apresuró a celebrar la postura constructiva de España y a incidir en que se abre ahora una nueva etapa en la relación en el marco de «una hoja de ruta clara y ambiciosa».

El Gobierno español esgrime que se trata de un buen acuerdo y que garantiza la integridad territorial y la soberanía de España. Este fue precisamente el mensaje que trasladó Sánchez durante su visita del 23 de marzo a Ceuta y Melilla y el que ha repetido este mismo jueves Albares: «La integridad territorial de España y la soberanía de España está fuera de toda duda y fuera de todo tipo de discusión».

Asimismo, el Ejecutivo niega que haya habido «giro» en su postura sobre el Sáhara, remitiéndose una y otra vez a la necesidad de una solución mutuamente aceptable para las partes en el marco de la ONU, como había mantenido hasta ahora, y asegurando que ya con José Luis Rodríguez Zapatero en Moncloa y luego con Mariano Rajoy el Gobierno manifestó su respaldo al plan de autonomía.

Declaración conjunta

El presidente del Gobierno y Mohamed VI han acordado una declaración conjunta al término de su encuentro en Rabat en la que se indica que celebración de la pospuesta Reunión de Alto Nivel (RAN) antes de que termine el año.

Así, en el primer punto España reconoce «la importancia de la cuestión del Sáhara Occidental para Marruecos» y vuelve a reiterar que «la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver este diferendo», como ya expresó Sánchez en su carta al monarca, lo que ha permitido iniciar esta nueva era en la relación.

Sin embargo, en ninguno de los puntos aparece mencionada la necesidad de garantizar la integridad territorial y la soberanía, uno de los puntos mencionados por el gobierno español en sus comunicados en estas dos últimas semanas y de los argumentos que había ofrecido para respaldar su nueva postura.

En todo caso, el presidente del Gobierno y el monarca marroquí han pactado que «los temas de interés común serán tratados con espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados».

Por lo que se refiere a cuestiones más tangibles, se ha decidido el restablecimiento «inmediato y gradual» de las conexiones marítimas y de pasajeros hasta la apertura de todas las frecuencias así como iniciar los preparativos para la operación ‘Paso del Estrecho’.

Asimismo, han pactado que la normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo.

(Europa Press)

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