Trabada lucha por la democracia en universidades estatales chilenas

Por Héctor Vera V. Periodista, Dr. en Comunicación Social.

En todos los niveles de la sociedad chilena, incluyendo las universidades, se está jugando la modalidad de poner en práctica la democracia, así como ocurre en la Convención Constitucional que está estableciendo los principios y las orientaciones globales que tendrá la vida pública del país.

En las universidades estatales de Chile hay una prolongada, dura y trabada lucha, casi desconocida, por la igualdad de derechos entre los académicos jerarquizados y los profesores por hora. Se discute el lugar que deben tener los profesionales, los administrativos y los estudiantes en la estructura de poder como en los procesos de generación de conocimientos y de la educación.

A la hora de hacer un balance del estado de desarrollo democrático de las universidades estatales chilenas, habría que ubicarlas junto con las viejas estructuras de las fuerzas armadas, del sistema judicial o de la iglesia católica. En todas estas instituciones, bajo diferentes banderas o apelaciones, existen marcadas diferencias de jerarquía de sus componentes con una asimétrica distribución de derechos y obligaciones, frecuentemente reñidas con los principios básicos de la participación democrática que se les reconoce a todas las personas en la vida cotidiana.

Para elegir Presidente de la República se exige tener más de 18 años. Para elegir a un rector de universidad se exigen condiciones de contrato laboral especiales y se establecen jerarquías entre académicos que poco tienen que ver con la naturaleza del cargo en disputa. Y se margina de estas votaciones a la inmensa mayoría de sus componentes, todos implicados en el funcionamiento de la institución.

Los rectores no pertenecen a la alta dirección pública, pero están a medio camino de la elección democrática.

En la Universidad de Santiago, por ejemplo, hay 745 académicos de un cuarto de jornada, media jornada o jornada completa que tienen derecho de elegir a sus autoridades, frente a 2.200 profesores por hora de clase, que no tienen, por ahora, derecho a voto y posiblemente no lo tendrán en la próxima elección de Rector prevista para fines de junio del presente año. Una paradoja, puesto que en la ley 21.094, articulo 21, señala: “ que las universidades del Estado deberán garantizar que en esta elección tengan derecho a voto todos los académicos con nombramiento o contratación vigente y que desempeñen actividades académicas de forma regular y continua en las respectivas instituciones“. Tampoco podrán votar, esta vez, los profesionales, los administrativos y los 21 mil estudiantes.

Se espera que a finales de este año entre en vigor en la Universidad de Santiago un nuevo Estatuto Orgánico que reemplace el Decreto con Fuerza de Ley 149 generado en dictadura el año 1981 y se le conceda un derecho a voto ponderado y restringido a los profesores horas según la carga horaria que posean por contrato.

Se discute actualmente si los profesores horas son o no académicos o solo son colaboradores, pero las autoridades no tienen impedimento para sumarlos en los ranking por sus investigaciones y papers de estos profesores, sin que se les reconozca su aporte ni en las remuneraciones ni en sus derechos civiles de votar.

Con el propósito de hacer cambiar esta situación, acudiendo a la ley de lobby, la Asociación de Académicos de la USACH, presidida por Bruno Jeraldino Wiesenborn, tendrán audiencia con María Elisa Quinteros, Presidenta de la Convención Constitucional esta semana. Será acompañado de los dirigentes académicos de la Universidad de Chile y de la Universidad de Talca. Estos, pedirán que se garantice el financiamiento estatal para las universidades, derechos civiles y laborales plenos por sobre las jerarquías y dar paso a un Estatuto Orgánico, común a todas las universidades en concordancia con la democracia que se exige a nivel nacional.

Hasta ahora es la USACH la única universidad estatal que tiene dirigentes mayoritariamente compuesto por profesores horas en su asociación de académicos. Y esto muestra lo difícil que ha sido el reconocimiento dentro de las propias organizaciones gremiales del rol de estos académicos, que son ampliamente mayoritarios en las organizaciones universitarias de Chile.

La próxima elección de Rector de la Usach será un momento fuerte en la lucha por la democratización. Los candidatos tendrán que tomar clara posición frente al rol, los derechos y las obligaciones que tendrán en los nuevos estatutos los tres estamentos que componen sus comunidades: académicos, administrativos y estudiantes y se jugará también el nivel de participación que lograrán con el nuevo ordenamiento que está estableciendo la Convención Constitucional.

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El Periodista