Hito histórico en la nueva posición de España ante el Sáhara Marroquí

Por Juvenal Urízar Alfaro, abogado, presidente Fundación Acción Global Sur.

En su mensaje al Rey Mohamed VI, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dio respuestas claras al Discurso Real del 20 de agosto de 2021. La posición que transmitió al Soberano sitúa ahora a España por encima de todos los países europeos en lo que concierne al apoyo a la integridad territorial de Marruecos.

Con este nuevo posicionamiento de España, que supone un hito dado el papel histórico de este país en la génesis de la cuestión del Sáhara marroquí, el Reino de Marruecos, bajo la sabia e ilustrada dirección de Su Majestad EL REY Mohammed VI, recoge los frutos de sus posiciones reflexivas, responsables y asumidas, como conviene recordar en los Discursos pronunciados por el Soberano en agosto y con motivo de la Marcha Verde:

“Algunos afirman que se ataca así a Marruecos porque habría cambiado su orientación política y estratégica, así como su modus operandi en el tratamiento de determinadas cuestiones diplomáticas”.

“No es así. Marruecos sí ha cambiado, pero no en la dirección deseada por sus detractores. Cambió porque no acepta que se abuse de sus mejores intereses. Correlativamente, se esfuerza por establecer relaciones sólidas, constructivas y equilibradas, en particular con los países vecinos”.

“Es esta misma lógica la que rige nuestros dictámenes en la relación que tenemos actualmente con nuestra vecina España. Es cierto que estas relaciones han atravesado recientemente una crisis sin precedentes que ha sacudido gravemente la confianza mutua y ha planteado varias preguntas sobre su futuro.

No obstante, trabajamos con la parte española con la máxima tranquilidad, total claridad y espíritu de responsabilidad.

De hecho, hoy, estamos comprometidos a fortalecer los cimientos tradicionales que sustentan estas relaciones, a través de un entendimiento conjunto de los intereses de nuestros dos países vecinos.

Además, seguí personal y directamente el proceso de diálogo, así como la evolución de las discusiones.

El objetivo no era sólo encontrar una salida a esta crisis, sino también aprovechar la oportunidad para redefinir las bases y parámetros que rigen estas relaciones. Con sincero optimismo, expresamos el deseo de seguir trabajando con el Gobierno de España y su Presidente, Su Excelencia Pedro Sánchez, para inaugurar una etapa sin precedentes en las relaciones entre nuestros dos países. A partir de ahora, éstos deberán basarse en la confianza, la transparencia, la consideración mutua y el respeto de los compromisos”.

También, SM el Rey había comentado en su discurso Real del 6 de noviembre pasado, con ocasión de la emblemática Marcha Verde, lo siguiente:

“Apreciamos ver crecer y expandirse el apoyo concreto que disfruta nuestra Causa Justa. Es el corolario natural del apoyo constante de las administraciones estadounidenses anteriores y la ilustración de su contribución constructiva al proceso de solución del problema del Sáhara.
Esta orientación confirma el carácter irreversible del proceso político en curso: está destinado a poner en marcha una solución definitiva basada en la Iniciativa de Autonomía, bajo soberanía marroquí. Además, la decisión de más de veinticuatro países de abrir un consulado en El Aaiún o Dajla confirma el amplio apoyo del que goza la posición marroquí, especialmente dentro del entorno árabe-africano de nuestro país”.

En cuanto a España, al hacer este anuncio con la voz más autorizada, marca su posición de la forma más clara posible y se acoge así a la postura avanzada que debe tutelar a nivel europeo.

Dado el papel eminentemente histórico de España en la cuestión del Sahara, la palabra de su más autorizada voz, así expresada en el mensaje dirigido a Su Majestad Mohammed VI, por el Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, cobra protagonismo una consonancia profunda muy particular.

El anuncio de la nueva posición de España se enmarca en un impulso que ha llevado a Estados Unidos a reconocer la plena soberanía de Marruecos sobre su Sáhara, al igual que los países de la Liga Árabe, los Estados del Golfo, además de la apertura de más de una veintena de consulados en las ciudades de Layoune y Dajla.

También es oportuno subrayar la evolución de la posición de Alemania, cuyo Presidente había afirmado en un mensaje dirigido al Soberano, que su país “considera el plan de autonomía marroquí presentado en 2007 como un esfuerzo serio y creíble de Marruecos y como una buena base para llegar a un acuerdo” a esta disputa.

Esta nueva posición española, que no adolece de ambigüedades en cuanto a su profundo significado histórico y geoestratégico, constituye un revés mordaz para Argelia y su creación, el Polisario, que consideraba a España como su zona de confort psicológico. Argelia y el Polisario están cada vez más aislados.

La nueva posición de España demuestra que los detractores de Marruecos, que no dudaron en criticar las posiciones firmes e intransigentes de un Marruecos, de pies a cabeza, frente a sus socios europeos, se engañaron plenamente.

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El Periodista