CONAF confirma presencia de 4 especies de felinos nativos en Parque Nacional Cerro Castillo

Cámaras trampas registran ahora la presencia de gato güiña y gato colocolo, que se suman a gato de Geoffroy y puma.

El buen trabajo de conservación en el Parque Nacional Cerro Castillo, Región de Aysén, administrado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF), queda reflejado con la confirmación de la presencia de cuatro de los cinco felinos nativos presentes en el país, luego que el sistema de monitoreo de cámaras trampas registraron la existencia en esta área protegida del gato güiña (Leopardus guigna) y del gato colocolo (Leopardus colocolo).

Estas especies se suman, según detalló el guardaparques y encargado de monitoreo del Parque Nacional Cerro Castillo, Mario Alegría, a las ya detectadas hace varios años y ratificadas ahora por los registros de las cámaras trampas, que son el gato de Geoffroy (Leopardus geoffroyi) y el puma (Puma concolor).

Como lo señaló Alegría, que cuatro de los cinco felinos del país -sólo falta el gato andino (Leopardus jacobita), cuya distribución corresponde a la zona norte del país- es un “buen indicador de que los ecosistemas del parque se encuentran en equilibrio y en buen estado de conservación”.

Además, los estudios a través de estos registros permitieron determinar que el gato colocolo, en estado de conservación casi amenazado, tiene presencia en la zona sur del parque, sector asociado a la estepa patagónica; el gato de Geoffroy, también en estado de conservación casi amenazado, su presencia está asociada al bosque de lenga. En tanto, el gato güiña, en estado de conservación vulnerable, se encuentra en el bosque siempreverde y transición a bosque de lenga, mientras que el puma se moviliza por todo el parque nacional, observándose una mayor frecuencia de aparición en los sectores donde hay mayor abundancia de guanacos, una de las principales bases de su alimentación.

En el caso de la güiña, se destacó también la detección de gatos moteados y melánicos. En la descripción de expertos, se determinó que esta especie, la más pequeña de Sudamérica y uno de los más pequeños del mundo, pesa en promedio de 1,8 a 2,5 kg, su pelaje es café a café amarillento, con pequeñas manchas circulares que se extienden hasta el vientre, describiéndose además individuos melánicos (animal que presenta una coloración o pigmentación de color negro o café). Posee una cola muy corta, relativamente gruesa y provista de anillos más oscuros, que mide casi un cuarto del animal.

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El Periodista