Ucrania anunció que desmantelará cualquier estructura política prorrusa que busque «desestabilizar»

Los países occidentales acusan a Rusia de desplegar tanques, artillería y unos 100.000 soldados en la frontera con Ucrania para preparar un ataque.

El Gobierno ucraniano anunció este domingo que seguirá combatiendo a las personas y entidades prorrusas que pretendan «desestabilizar al país» o «ayudar a los invasores», al emitir unas declaraciones públicas un día después de que el Foreign Office británico acusara a Rusia de querer instalar un líder prorruso en Kiev.

Ayer, el Reino Unido acusó al Gobierno de la Federación Rusa de «tratar de instalar a un dirigente prorruso en Kiev», en referencia al exdiputado Yevgen Murayev, mientras Moscú «sopesa si invade y ocupa» Ucrania.

Este domingo, tras las acusaciones británicas, el Gobierno de Ucrania aseguró que «continuará su política de desmantelamiento de cualquier estructura oligárquica y política que pueda estar trabajando para desestabilizar Ucrania o ayudar a los invasores», según indicó Mykhailo Podolyak, asesor del jefe de gabinete del presidente Volodimir Zelensky, en declaraciones reproducidas por la agencia de noticias AFP.

El nombre del exdiputado Yevgeny Murayev, a quien Londres mencionó como el posible líder que Moscú buscaría instalar en Kiev, «no es una sorpresa», dijo Podolyak.

«Los gobiernos de nuestros socios han empezado a llamar a las cosas por su nombre y a desenmascarar a los ‘amigos de Rusia'», añadió el funcionario ucraniano.

El integrante del Gobierno de Kiev recordó la reciente decisión de Washington de sancionar a cuatro ucranianos, entre ellos dos diputados en activo, acusados de colaborar con los servicios secretos rusos.

Por su parte, Murayev, el exdiputado de 45 años acusado desde Londres y Kiev, afirmó este domingo que «se acabaron los tiempos de los políticos prooccidentales o prorrusos».

«Dejen ya de dividirnos entre prorrusos y prooccidentales», exhortó Murayev, quien apuntó desde su cuenta de Facebook que «el pueblo ucraniano necesita un Estado de Derecho, paz, políticas económicas y sociales sólidas y pragmáticas, y nuevos líderes políticos».

Para la Cancillería (Foreign Office) británica, «numerosos políticos» ucranianos mantienen «vínculos» con los servicios de inteligencia rusos, incluidos agentes presuntamente involucrados en los planes de invasión de Moscú.

Entre los candidatos a «líder prorruso en Kiev», la Cancillería británica señaló particularmente a Murayev, que hoy figura en la lista de individuos sancionados por la administración ucraniana.

Londres apuntó también contra el ex subsecretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Volodymyr Sivkovich, quien se encuentra en la lista de ciudadanos ucranianos sancionados por Estados Unidos.

Estas acusaciones de Londres, que no están respaldadas por prueba alguna, se produjeron tan solo horas después de que el Ministerio de Exteriores de Rusia alertara sobre inminentes provocaciones informativas y militares por parte de Occidente en relación con la crisis ucraniana.

En una primera reacción, la Cancillería rusa instó al Reino Unido a cesar las provocaciones y dejar de difundir «disparates», al tiempo que destacó que la desinformación del Gobierno británico es otra prueba de que son los países de la OTAN los que azuzan las tensiones en torno a Ucrania.

Estados Unidos, entretanto, calificó las acusaciones de Reino Unido de «profundamente preocupantes» mientras que Rusia las calificó de «absurdas».

El exdiputado ucraniano Murayev, que encabeza el partido «Nachi» («Nuestros» en ucraniano) figura entre los diez políticos más populares del país.

Es propietario de una cadena de TV en ese país, Nach, que las autoridades intentan cerrar acusándola de «incitar al odio» y de divulgar «propaganda rusa».

Los países occidentales acusan a Rusia de desplegar tanques, artillería y unos 100.000 soldados en la frontera con Ucrania para preparar un ataque.

El Kremlin niega cualquier intención bélica, pero condiciona la desescalada a tratados que garanticen la no expansión de la OTAN, en particular a Ucrania, así como la retirada de la alianza atlántica del este de Europa, algo que los occidentales consideran inaceptable. (Télam)

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