Justicia británica autoriza a Assange a recurrir contra su extradición a EEUU
Los abogados de Assange argumentan que su cliente no debería haber sido acusado porque actuaba como periodista y está protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, ganó hoy la primera etapa de su batalla para anular un fallo del Reino Unido que en diciembre pasado abrió la puerta a su extradición a Estados Unidos para ser juzgado por cargos de espionaje, al obtener el permiso de elevar su caso ante el Tribunal Supremo británico
El Tribunal Superior de Londres autorizó hoy a Assange a apelar el caso ante el Tribunal Supremo del Reino Unido, pero la Corte Suprema debe estar de acuerdo en aceptar el caso antes de que pueda seguir adelante.
Assange ganó otra vital etapa de su enconada batalla para recuperar su libertad y proteger el derecho de información en un «punto de ley» de importancia pública.
«Se admite la petición de la defensa para certificar un punto de ley», afirmaron los jueces en su pronunciamiento reproducido por la agencia de noticias AFP.
El Tribunal Superior dictaminó hoy que existe un punto de derecho discutible, por lo que permitió a Assange solicitar al Tribunal Supremo que escuche el caso.
El punto de apelación se refiere a las «garantías» dadas por Estados Unidos sobre cómo Assange sería tratado por el sistema de justicia estadounidense si fuera extraditado.
Lord Burnett, presidente del Tribunal Supremo, dijo que el caso había planteado una cuestión legal sobre las circunstancias en las que los jueces recibieron y consideraron las garantías de Estados Unidos sobre cómo sería tratado en prisión.
Los abogados de Assange tienen 14 días para apelar a la Corte Suprema.
El pronunciamiento del Alto Tribunal se basa en un problema técnico.
Hace poco más de un año, un juez de un tribunal de distrito de Londres rechazó una solicitud de extradición de Estados Unidos con el argumento de que era probable que Assange se suicidara si se le recluía en las duras condiciones carcelarias en ese país. Posteriormente, las autoridades estadounidenses aseguraron que el fundador de WikiLeaks no enfrentaría el trato severo que, según sus abogados, pondría en riesgo su salud física y mental.
El mes pasado, el Tribunal Superior revocó la decisión del tribunal inferior y dijo que las promesas de Estados Unidos eran suficientes para garantizar que Assange sería tratado con humanidad.
Esas garantías fueron el foco del fallo de este lunes del Tribunal Superior.
«El Sr. Assange respetuosamente afirma que esta Corte debe certificar que esta apelación involucra puntos de derecho de importancia pública general, en relación con el enfoque de la Corte sobre las garantías, y que también debe conceder permiso para apelar ante la Corte Suprema», afirma el documento judicial.
El Tribunal Superior autorizó a Assange a apelar para que la Corte Suprema pueda decidir “en qué circunstancias puede un tribunal de apelaciones recibir garantías de un estado requirente… en procedimientos de extradición”.
Los abogados de Assange buscan apelar porque Estados Unidos ofreció sus garantías después de que el tribunal inferior emitiera su fallo, al argumentar que la promesa del Gobierno estadounidense de que el fundador de Wikileaks no será sometido a condiciones extremas no tiene sentido porque es condicional y podría modificarse a discreción de las autoridades estadounidenses.
Estados Unidos ha pedido a las autoridades británicas que extraditen a Assange para que pueda ser juzgado por 17 cargos de espionaje y un cargo de uso indebido de computadoras vinculado a la publicación de WikiLeaks de miles de documentos militares y diplomáticos filtrados.
Assange, de 50 años, ha estado recluido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh desde 2019.
Antes de eso, pasó siete años encerrado en la Embajada de Ecuador en Londres. Assange buscó protección en la embajada en 2012 para evitar la extradición a Suecia para enfrentar acusaciones de violación y agresión sexual.
Suecia abandonó las investigaciones de delitos sexuales en noviembre de 2019 porque había transcurrido mucho tiempo.
Los fiscales estadounidenses dicen que Assange ayudó ilegalmente a la analista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos Chelsea Manning a robar cables diplomáticos clasificados y archivos militares que WikiLeaks publicó más tarde, poniendo vidas en peligro.
Los abogados de Assange argumentan que su cliente no debería haber sido acusado porque actuaba como periodista y está protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos que garantiza la libertad de prensa, y aseguran que los documentos que publicó expusieron las irregularidades militares estadounidenses en Irak y Afganistán.(Télam)