Europa contiene el aliento antes de la esperada reunión entre EEUU y Rusia por Ucrania

Biden advirtió dos veces a Putin de que si invade Ucrania las consecuencias serán duras.

En medio de sombrías perspectivas, Estados Unidos y Rusia celebrarán desde mañana cruciales conversaciones estratégicas que tienen a Ucrania como eje y que podrían determinar el futuro de sus relaciones bilaterales y las de Washington con el resto de sus aliados de la OTAN.

La posibilidad de una invasión rusa de Ucrania encabezará la agenda de los diálogos de alto nivel de esta semana en Europa, pero mezclada con varias crecientes disputas en otros ámbitos, desde armas nucleares a ciberdelito y cuestiones diplomáticas diversas, que ambas partes también deberán superar para que se alivien las tensiones.

En un hecho que complica aún más las cosas, el reciente envío de tropas rusas a Kazajistán en apoyo al Gobierno ante una ola de protestas podría ensombrecer todo el ejercicio diplomático y hacer más difícil el hallazgo de un consenso mínimo.

Con mucho en juego y ambos advirtiendo de funestas consecuencias si el proceso fracasa, Estados Unidos y Rusia han dejado en claro posiciones tan divergentes que hacen casi imposible imaginar una pronta solución a niveles de desconfianza con pocos precedentes desde la caída de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría.

Funcionarios del Gobierno estadounidense del presidente Joe Biden revelaron ayer algunos detalles de las propuestas que llevará Washington a las conversaciones en Ginebra, Suiza, que no parecen satisfacer las exigencias del Gobierno del mandatario ruso Vladimir Putin.

Los funcionarios dijeron a periodistas que Estados Unidos estaba abierto a discutir la limitación de un posible despliegue de armas ofensivas en Ucrania en el futuro y de ejercicios militares de la OTAN en Europa del Este si Moscú está dispuesto a hacer concesiones sobre Ucrania.

No obstante, también dijeron que Estados Unidos estaba listo a imponer sanciones económicas a Rusia si interviniera en Ucrania, incluyendo penalidades directas a entidades rusas e inclusive restricciones a las exportaciones de algunos productos estadounidenses y aun de productos extranjeros sujetos a jurisdicción estadounidense.

El vicecanciller ruso, Serguei Riabkov, quien encabezará la delegación rusa en Ginebra, se dijo hoy «decepcionado» por las señales provenientes tanto de Estados Unidos como de la OTAN, consultado por medios rusos sobre las declaraciones de ayer a la prensa de los funcionarios estadounidenses.

«No aceptaremos (que se nos imponga) ninguna concesión. Está totalmente descartado», dijo Riabkov a Sputnik y otras agencias de noticias de Rusia.

Pero el mismo Riabkov dijo después que “todo fue estupendo” en su diálogo previo con la subsecretaria de Estado norteamericana, Wendy Sherman.

«La conversación fue difícil, pero práctica», resaltó el funcionario ruso, que se mostró seguro de que las partes no perderán tiempo. «Nunca pierdo el optimismo», añadió, según la agencia Sputnik.

Rusia quiere que las conversaciones den como resultado garantías vinculantes y por escrito de que la OTAN no se expandirá más hacia el Este y de que Estados Unidos retirará armamentos desplegados en partes de Europa.

Estados Unidos y sus aliados de la OTAN y la Unión Europea (UE) dicen que esas demandas son inaceptables y que Rusia las presenta de manera intencional para distraer y dividir.

Para evitar lo que Washington ve como esfuerzos de Rusia de sembrar discordia entre los aliados occidentales, el Gobierno de Biden ha insistido en subrayar que ni Ucrania ni Europa serán excluidos de cualquier discusión con Rusia sobre la seguridad en el Viejo Continente.

El encuentro de alto nivel marca el inicio de un maratón diplomático que durará toda la semana, durante el cual Rusia se reunirá con la OTAN el miércoles en Bruselas y también con la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) el jueves en Viena para explorar todas las cuestiones, quizás con mayor profundidad.

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, ha desestimado muchas de las exigencias de Moscú y advirtió que será difícil que progrese el diálogo mientras Rusia tenga «una pistola apuntando en la cabeza a Ucrania».

«Estamos dispuestos a responder con fuerza a una nueva agresión rusa. Pero una solución diplomática aún es posible, y preferible, si Rusia la elige», dijo Blinken, secretario de Estado estadounidense, el viernes pasado.

En junio, el presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió con su par estadounidense, Joe Biden, en Ginebra y acordaron establecer un diálogo regular encabezado por Sherman y Riabkov.

En dos conversaciones telefónicas posteriores, Biden advirtió a Putin de que si invade Ucrania las consecuencias serán duras.

Las tensiones van en aumento desde que Rusia comenzó a apostar a decenas de miles de soldados en la frontera con Ucrania, a cambio de garantías de que la OTAN no seguirá expandiéndose hacia sus fronteras.

Putin ha advertido varias veces que Moscú tomará medidas «técnico-militares» no precisadas en caso de que Occidente desoiga sus exigencias o evite dar pronta respuesta a ellas. También dijo que la adhesión de Ucrania a la OTAN y el despliegue de armas de la alianza en suelo ucraniano eran «líneas rojas» que no debían cruzarse.

«No tenemos adónde retirarnos», dijo el presidente ruso el mes pasado, y agregó que la OTAN podría desplegar misiles en Ucrania que tardarían cinco minutos en llegar a Moscú.

«Nos han empujado a una línea que no podemos cruzar. Nos han llevado a un punto en el que tenemos que decirles: «¡Basta!», protestó. (Télam)

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El Periodista