Publican relatos inéditos al castellano de Anaïs Nin que revelan faceta más naif y menos sexual
Quizá lo más conocido de Nin sean sus diarios: a los once años, empezó a a escribir ese género en el que cultivó más de 35.000 páginas manuscritas -posteriormente recopiladas en varios tomos.
Unos 16 relatos de Anaïs Nin (1903-1977), escritos por la autora de «Delta de Venus» cuando tenía 25 años, los cuales permanecían inéditos al castellano, fueron compilados por el sello Lumen en el libro «La intemporalidad perdida», un volumen que sale al rescate de textos protagonizados por bailarinas de flamenco, músicos y misteriosos extranjeros, que en España ya cautivó a sus lectores y llegará a la Argentina a mediados del año que viene.
La escritora de origen francés, criada entre Cuba, Nueva York, París y Los Ángeles, escribió estos cuentos entre 1928 y 1931 cuando vivía en Francia con su pareja, el banquero norteamericano Hugh Parker Guiler. En esos textos, la autora exploraba algunos de los temas que más tarde definirían mucho del estilo de su obra, como la sexualidad, la belleza y el feminismo, reflejado en títulos como «Delta de Venus» o los cuentos «Pájaros de fuego».
Este libro, que permanecía inédito al castellano y llegará a nuestro país a mediados de 2022, se publicó originalmente en la década del 70 con una tirada corta que no comercializó y con un prólogo en el que reconocía que, aunque los cuentos no mostraban su estilo plenamente desarrollado, ayudaban a entender su evolución como escritora, y eso podía ser valioso e inspirador, tal como reseñó el diario El País.
Quizá lo más conocido de Nin sean sus diarios: a los once años, empezó a a escribir ese género en el que cultivó más de 35.000 páginas manuscritas -posteriormente recopiladas en varios tomos-, lo que la llevó a ser definida como una de las exponentes de la narración íntima o del yo, o, según el escritor Julio Cortázar, impulsora de «de esa literatura marginal que cada día me parece más bella».
A propósito de «La intemporalidad perdida», desde Lumen detallan que «poco después de escribir estos cuentos, Nin conocerá a Henry Miller, que diría de ella: ´Cuando trato de imaginar de quién es deudor tu estilo, me siento frustrado, no recuerdo a nadie con el que tengas el más ligero parecido. Me recuerdas únicamente a ti misma´. Melancólicos y punzantes, revelan ya a una gran autora que hizo saltar por los aires las convenciones literarias y sociales de su época».
En torno a la vida de la autora se ha forjado un gran mito, el de la «protectora del arte y los artistas», principalmente a partir de su relación con Henry Miller, sobre quien ejerció una especie de mecenazgo, sin menoscabo del afecto que ambos se procuraban. El vínculo entre la escritora y el autor de «Trópico de Cáncer» siempre estuvo lleno de matices que fueron desde el mutuo aprecio por el trabajo literario del otro hasta la experiencia sexual en común, la camaradería y una amistad profunda que los unió durante muchos años. (Télam)