Hong Kong celebra sus primeras elecciones con reglas impuestas por Beijing
Beijing defiende que el sistema electoral "mejorado" expulsará los elementos "anti-China", arreglará los males de la ciudad y evitará que el consejo legislativo se vea condicionado por las tácticas de filibusterismo del campo prodemocracia.
La élite política de Hong Kong elegirá el domingo a los nuevos miembros del Consejo Legislativo de esta ciudad semiautónoma, en las primeras elecciones que celebra desde la adopción de unas nuevas reglas electorales impuestas por China.
Son los primeros comicios legislativos en esta antigua colonia británica tras las masivas y a menudo violentas protestas prodemocráticas de 2019. Desde entonces, mucho cambió en la ciudad, donde la oposición fue aplastada con una ley de seguridad nacional introducida también desde Beijing.
Unos 4,5 millones de los 7,5 millones de residentes de la ciudad están llamados a las urnas, aunque sus votos solo servirán para elegir 20 escaños de los 90 del consejo legislativo, la mitad respecto al antiguo sistema.
La mayoría de cargos (40) serán elegidos por un comité selecto conformado por 1.500 fieles a Beijing. Los otros 30 saldrán de comités también fieles al Gobierno comunista que representan grupos económicos y con intereses especiales en la ciudad.
Además, los 153 candidatos que optan a los puestos de sufragio directo han sido objeto de un escrutinio por parte de las autoridades para evaluar su lealtad política y su patriotismo. En concreto, que no sean opositores al dogma «Un país, dos sistemas»
Según esta doctrina, si bien se reconoce que China constituye un solo país, bajo el mando de la República Popular China, se acepta que dentro de ese Estado chino unificado coexistan sistemas económicos y políticos diferentes en determinadas zonas, incluido el capitalismo en algunas regiones del país que históricamente lo han venido practicando en paralelo con el sistema nacional socialista.
Beijing defiende que el sistema electoral «mejorado» expulsará los elementos «anti-China», arreglará los males de la ciudad y evitará que el consejo legislativo se vea condicionado por las tácticas de filibusterismo del campo prodemocracia.
Pero es incierto cómo reaccionará la ciudadanía. La campaña ha tenido un perfil muy bajo y los sondeos preelectorales apuntan a una abstención récord.
Kenneth Chan, politólogo de la Universidad Bautista de Hong Kong, dijo que el entusiasmo público decayó por la amplia represión de China tras la ley de seguridad nacional impuesta el año anterior.
Entre el centenar de personas acusadas bajo esta ley, hay más de una decena de diputados prodemocracia que ganaron escaños en las elecciones legislativas de 2016, la mayoría actualmente en la cárcel. Además, otros tres abandonaron la ciudad.
«Como (los candidatos prodemocracia) están ausentes, me temo que sus militantes también lo estarán», dijo Chan, citado por la agencia de noticias AFP.
Ante posibles boicots, las autoridades impulsaron una ley criminalizando cualquier llamado a votar en blanco o abstenerse en los comicios que llevó al arresto de 10 personas y la emisión de órdenes de detención para otros dos en el extranjero.
Sin embargo, numerosos activistas hongkoneses exiliados llamaron abiertamente al boicot.
El exlíder estudiantil Alex Chow dijo la semana pasada que era «evidente» la necesidad de abstenerse, mientras que su compañero Sunny Cheung describió la votación como un «velo seudodemocrático».
Algunos usuarios de Twitter usaron la etiqueta «Liberad a mi candidato» para subrayar el encarcelamiento de políticos prodemocracia.
En contraste a las elecciones de 2016, en las que algunos candidatos incluso defendieron la autodeterminación de Hong Kong, la campaña fue muy gris por la uniformidad de los candidatos y los pocos puestos en juego. (Télam)