EEUU reiteró su apoyo a Ucrania y a sus aliados de OTAN en caso de ataque ruso

Reino Unido y Francia también se unieron al coro de voces europeas llamando a Putin a la moderación.

Luego de que el presidente ruso, Vladimir Putin, dijera hoy que en el este de Ucrania está ocurriendo un «genocidio», el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, reiteró a su par ucraniano, Volodimir Zelenski, y hará lo propio con nueve aliados de la OTAN en Europa del Este, el apoyo estadounidense ante un eventual ataque ruso.

Biden señaló en este sentido que en caso de un ataque ruso se concretarían las severas sanciones económicas prometidas contra Moscú.

Esas comunicaciones se producen en momentos en que Estados Unidos y sus socios europeos presionan a Putin para que se aleje de la frontera de Ucrania, donde concentró a unos 100.000 soldados en las últimas semanas, aumentando los temores de una posible invasión.

Más temprano, Putin afirmó que lo que ocurre en el este de Ucrania se parece a un «genocidio», una zona envuelta en una tensa situación desde la guerra desatada en 2014 y que fue uno de los ejes de la cumbre virtual del martes con Biden.

Biden habló con Zelenski para transmitirle su respaldo frente a un eventual ataque ruso.

Zelenski agradeció a Biden su «apoyo constante, firme y decidido a la soberanía y la integridad territorial» de Ucrania y reafirmó su compromiso inquebrantable con la «búsqueda de la paz», dijo la presidencia ucraniana en un comunicado tras la conversación.

Biden debía hablar luego con el grupo de los Nueve de Bucarest -Bulgaria, República Checa, Hungría, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania y Eslovaquia- que, a diferencia de Ucrania, se unieron a la OTAN tras el colapso soviético de 1991.

El mandatario demócrata dijo ayer a periodistas, tras una videoconferencia de dos horas con Putin, que le había dejado a su colega «muy en claro que, si invade Ucrania, habrá graves consecuencias, consecuencias económicas como nunca jamás ha visto ni se han visto».

Kiev recibió el apoyo de los principales aliados europeos de Estados Unidos. El nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, amenazó con posibles «consecuencias» sobre el desarrollo y activación del gasoducto Nord Stream II que conecta a Rusia con Alemania si las tropas de Moscú invaden Ucrania.

«Nuestra posición es muy clara, queremos que todos respeten la inviolabilidad de las fronteras, de no ser así, todos deberían entender que eso tendría consecuencias», declaró en su primera entrevista tras asumir el poder.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, coincidieron «en la necesidad de imponer sanciones rápidas y severas a Rusia» si se intensifica la escalada militar.

Reino Unido y Francia también se unieron al coro de voces europeas llamando a Putin a la moderación.

Rusia, que anexó la península de Crimea en 2014, niega cualquier intención bélica hacia su vecino, pero se opone categóricamente al ingreso de Kiev a la OTAN.

Putin le dijo a Biden que Rusia tiene «derecho a defender su seguridad» y que permitir que la OTAN se acerque a sus fronteras sin una reacción sería «criminal».

«No podemos sino estar preocupados por la eventualidad de una admisión de Ucrania en el seno de la OTAN, porque eso se acompañaría sin duda alguna de un despliegue de contingentes militares, de bases y de armamentos que nos amenazan», añadió.

Biden expresó que la «obligación sagrada» que lo une a los países de la alianza atlántica «no se extiende a Ucrania», excluyendo por el momento el envío de tropas, pues a Estados Unidos no le interesa una confrontación directa con los rusos.

Pero advirtió que un ataque ruso provocaría un refuerzo de la presencia militar estadounidense en los países miembros de la OTAN de Europa del Este

También garantizó «claramente a Ucrania» que de haber un ataque, Estados Unidos le proporcionará «medios de defensa».

Ucrania estaba abocada esta semana antes de las fiestas navideñas a negociaciones de un cese del fuego, liberación de detenidos y reapertura de viajes en las zonas en disputa en el este.

Las relaciones entre Ucrania y Rusia, durante años aliados, estallaron por el aire con el derrocamiento del presidente Viktor Yanukovich a principios

de 2014 por una ola de protestas de nacionalistas ucranianos contrarios a Rusia.

Rusia invadió y se anexionó luego su antigua península de Crimea, que estaba en manos de Ucrania, después de que los crimeos rechazaran el nuevo Gobierno nacionalista ucraniano que reemplazó a Yanukovich y votaran en referendo incorporarse a Rusia.

Crimea es además, el lugar donde está anclada la flota rusa del mar Negro y es clave para la salida al Mediterráneo.(Télam)

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El Periodista