Alemania advierte de «severas consecuencias» para gasoducto ruso-alemán si Rusia invade Ucrania

En caso de escalada del conflicto en Ucrania, Baerbock amenazó simplemente con "parar" el gasoducto, un proyecto de gas natural que está siendo construido en alta mar desde Víborg en Rusia hasta Greifswald en Alemania.

El ministro de Economía alemán, el ecologista Robert Habeck, advirtió hoy de las «severas consecuencias» que podría sufrir el proyecto del gasoducto Nord Stream 2 en caso de que Rusia invada Ucrania, en medio de tensiones en esa región por los movimientos de tropas rusas en respuesta a los planes de la OTAN de expandirse a la exrepública soviética.

«Cualquier nueva acción militar no puede quedar sin graves consecuencias. Y no hay que excluir nada» en caso de que haya una «nueva violación de la integridad del territorio» de Ucrania, expresó el Ministro en una entrevista que mañana se publicará completa en el Frankfurter Allgemeine Zeitung.

El flamante Gobierno alemán dirigido por el socialdemócrata Olaf Scholz se mostró firme ante Moscú en relación con el gasoducto Nord Stream 2, aunque el nuevo Canciller se presentó hasta ahora más evasivo que sus aliados verdes como Habeck o la nueva ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock.

En caso de escalada del conflicto en Ucrania, Baerbock amenazó simplemente con «parar» el gasoducto, un proyecto de gas natural que está siendo construido en alta mar desde Víborg en Rusia hasta Greifswald en Alemania.

El gasoducto de 1.200 kilómetros siempre fue defendido por la antigua canciller conservadora Angela Merkel, pese a críticas de sus socios europeos y estadounidenses.

Los occidentales acusan desde hace varias semanas a Rusia de haber concentrado a miles de soldados cerca de las fronteras ucranianas para preparar un ataque.

Rusia rechaza todas las acusaciones y asegura en cambio que se encuentra bajo amenaza de la OTAN, que según Moscú, apoya militarmente a Ucrania.

«De un punto de vista geopolítico, Nord Stream 2 fue un error», estimó en la entrevista Habeck.

«Todos los países han estado siempre en contra, salvo Alemania y Austria», recordó, según recogió la agencia de noticias AFP.

«El gasoducto ya está construido. Y la cuestión de su puesta en marcha sigue abierta y debe decidirse de acuerdo con la legislación europea y alemana», agregó.

Formalmente, no se espera una decisión sobre su certificación antes de mediados de 2022, según el regulador energético alemán, que suspendió temporalmente el procedimiento este otoño por un obstáculo legal.

Antes de su puesta en servicio, las autoridades alemanas deberán dar su luz verde. Además, la Comisión Europea (CE) -el órgano Ejecutivo de la Unión Europea (UE)- también debe aprobarlo. (Télam)

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El Periodista