Renunció ministro de Defensa de Perú tras escándalo de ascensos militares
Al menos dos bancadas opositoras celebraron el alejamiento de Ayala y reclamaron a Castillo que lo suceda con un funcionario “profesional”.
El ministro de Defensa de Perú, Walter Ayala, informó hoy que renunció “irrevocablemente” al cargo, luego de varios días de tensión causada por la denuncia de supuesto favoritismo político en los ascensos de altos jefes militares.
“He demostrado fehaciente actuación legal y correcta en el proceso de ascenso y relevo militar”, sostuvo Ayala en un mensaje publicado este mediodía en su cuenta de Twitter.
“Asumo total responsabilidad política del mismo; por ello, como demócrata, renuncio irrevocablemente al Ministerio de Defensa”, indicó.
Ayala agradeció en ese texto al presidente Pedro Castillo y agregó: “Basta de politiquería. ¡Dejen gobernar!”
“Yo, como ministro de Defensa, he respetado la propuesta que me han hecho las Fuerzas Armadas, no he presionado a nadie”, dijo ayer Ayala a periodistas, según el diario limeño La República.
Al menos dos bancadas opositoras celebraron el alejamiento de Ayala y reclamaron a Castillo que lo suceda con un funcionario “profesional”.
El bloque de la Alianza Para el Progreso (APP) sostuvo en Twitter que la dimisión del ministro “contribuye a la estabilidad política del país” y agregó que Castillo “deberá reemplazarlo con un profesional conocedor del sector y experiencia pública”.
En tanto, la congresista Norma Yarrow, de Avanza País, también en Twitter, celebró que “Ayala por fin renunció” y advirtió que “seguirán las investigaciones contra (el secretario privado del presidente, Bruno) Pacheco y Castillo” porque “acá no acaba esta historia”.
El caso tomó estado público el fin de semana pasado, cuando los generales José Vizcarra y Jorge Chaparro, recién cesados como comandantes del Ejército y la Fuerza Aérea, respectivamente, denunciaron que Ayala y Pacheco presionaron a las autoridades militares para favorecer el ascenso a generales de dos coroneles (Carlos Sánchez y Ciro Bocanegra) próximos al mandatario.
El escándalo escaló en los días siguientes, en los que Vizcarra entregó al Congreso copias de conversaciones de WhatsApp que supuestamente prueban esas presiones.
Ayala dijo el martes que había puesto su renuncia “a disposición” de Castillo y al día siguiente la jefa del gabinete, Mirtha Vásquez, anunció “novedades” para “las próximas horas” que, sin embargo, no se produjeron.
La prensa peruana afirmó que la situación de Ayala generó tensión dentro del gabinete, y especialmente en relación con la permanencia de Vásquez, que pocos días antes había conseguido el voto constitucional de confianza del Congreso en votación ajustada.
Según varios medios peruanos, Vásquez no estaba de acuerdo con la continuidad de Ayala en el gabinete y por ese motivo no asistió el miércoles a Ayacucho, donde Castillo celebró con un discurso sus primeros 100 días en el gobierno, que había cumplido pocos días antes.
El jueves, el parlamento recibió una acusación constitucional contra Ayala, destinada a autorizar su juicio político, y resolvió citarlo para interpelarlo el martes próximo.
Paralelamente, el Ministerio Público abrió investigaciones a Ayala y Pacheco por el caso, anunció el mismo jueves la fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos.
Hoy se sumó un nuevo elemento a la cuestión de los ascensos, luego de que el diario limeño El Comercio revelara que el subcomandante de la Policía Nacional del Perú (PNP), general Javier Bueno, denunció ayer por escrito supuestas irregularidades en el proceso de promoción a generales de coroneles de esa fuerza.
Bueno afirmó que observó vicios en la evaluación de los coroneles y que lo asentó en un acta pero esta fue retirada por el comandante de la PNP, general Javier Gallardo, por lo que puso en conocimiento de los hechos al fiscal supremo del fuero militar, general Gustavo Corrales.
Otras fuentes de la fuerza dijeron que hubo irregularidades en la conformación de la junta evaluadora -incluso con la función que desempeño Bueno en ella- y que se buscó favorecer a tres coroneles (Wilberto Bernal, Jaime Huatuco y Danny Valderrama) supuestamente cercanos a Castillo, según el periódico.
Por otra parte, el ministro del Interior, Avelino Guillén, cuestionó la decisión del gobierno, anunciada a principios de este mes, de autorizar la intervención de las Fuerzas Armadas en apoyo de la PNP para “asegurar el control y el mantenimiento del orden interno” en las regiones de Lima y El Callao durante 30 días, ante “un incremento significativo” de los delitos.
“Yo señalé que estaba de acuerdo con la intervención de las Fuerzas Armadas en casos extremos, previa declaratoria del estado de emergencia en algunas zonas, como el Vraem (Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro, donde actúa un grupo remanente de Sendero Luminoso)”, dijo Guillén en una entrevista publicada hoy por La República.
El ministro sostuvo que eso “no” ocurre en Lima y El Callao, “tanto es así, que después de que se dio la norma, la Policía ha continuado realizando operativos con bastante éxito”.
“Esa norma está en evaluación por mi despacho y en su oportunidad voy a sustentar ante el presidente y la premiere cuáles son mis razones y consideraciones en relación con los fundamentos de esa norma”, porque “el informa policial al que se hace mención en la resolución suprema no justifica una medida de esa envergadura”, explicó.
En ese contexto, la aprobación a la gestión de Castillo bajó de 42% a 35% y el rechazo a ella aumentó de 48% a 57%, según una encuesta de la firma Ipsos publicada hoy por medios locales.
Se trata de la cifra de rechazo más alta en lo que va de su período de gobierno, después de que registrara 45% de desaprobación en agosto, 46% en septiembre y 48% en octubre, de acuerdo con la serie de sondeos de la misma empresa.
El director de Ipsos, Alfredo Torres, afirmó que “la tolerancia de un sector de la ciudadanía ante un presidente inexperto se transforma en decepción”.
Torres advirtió que “si el gobierno no corrige su rumbo hacia una conducción más profesional del Estado, seguirá perdiendo apoyo popular y socavando su legitimidad”.
Desde que asumiera la primera magistratura el 28 de julio pasado, Castillo ya debió afrontar varias crisis en su gabinete, lo que derivó en sucesivos cambios de ministros.
Incluso, el mandatario se mantiene en tensión con el sector que responde al líder de su partido Perú Libre, Vladimir Cerrón, que en el Congreso votó en contra del voto de confianza al gabinete que encabeza Vásquez.(Télam)