Papa Francisco denunció que «el Mediterráneo se está convirtiendo en el cementerio más grande del mundo»

"Los que arriesgan su vida en el Mediterráneo, en el Egeo, camino a las Canarias, tienen una sola obsesión: salir"; planteó Jorge Bergoglio.

El papa Francisco llamó hoy a la juventud a no caer «en lo socialmente correcto» y tener «creatividad», al tiempo que en un encuentro con más de 70 jóvenes de 40 países del mundo denunció que «el Mediterráneo se está convirtiendo en el cementerio más grande del mundo».

«La condición de refugiado siempre indica que vos saliste de un lugar y te pusiste en camino por alguna necesidad. Tus padres vivieron ese horroroso genocidio de Ruanda, y vos viviste la necesidad de escapar, desde el Congo», le dijo el pontífice a un joven ruandés durante un encuentro con chicos y chicas que participan en Roma de una experiencia de la fundación pontificia Scholas Occurrentes.

Francisco recordó así la necesidad de los refugiados «de salir de una tragedia, de una prisión, de algo que no te dejaba vivir como hombre libre», dijo al reunirse en el Pontificio Colegio Maria Mater Ecclesiae del Vaticano con los jóvenes que participan esta semana de programas de la fundación, creada por el pontífice en 2015 y dirigida por los argentinos José María del Corral y Enrique Palmeyro. .

«Los que arriesgan su vida en el Mediterráneo, en el Egeo, camino a las Canarias, tienen una sola obsesión: salir»; planteó Jorge Bergoglio.

La semana próxima, acompañado por Télam y otros medios a bordo del avión papal, el Papa irá a Chipre y a Grecia a visibilizar la cuestión de los migrantes y refugiados, con una ida confirmada a la isla de Lesbos, símbolo del drama migratorio.

«Hoy en día la vida de un refugiado es muy dura. Estuve viendo y estudiando lo que sucede en las costas líbicas, con aquellos que son tomados después por las mafias y los explotan, los torturan, a las mujeres las venden», denunció el Papa en referencia a la situación del país del Norte africano.

«Cuando hablamos de refugiados no hablemos de cifras, hablemos de hermanos y hermanas nuestras que tuvieron que escapar y algunos no pudieron y fueron agarrados en esos campos de concentración que hay en la costa líbica», reclamó Francisco en esa dirección.

Para el Papa, «es un momento muy duro. Ser refugiado es caminar sin suelo seguro», describió.

En ese marco, recordó que los refugiados le contaron «cuántos años tardaron en llegar a Europa»

«Ser refugiado es vivir en la calle. Pero no en la de tu ciudad: en la calle de la vida, donde te ignoran , te pisotean te tratan como la nada», lamentó.

«Por eso tenemos que abrir nuestro corazón a la vida de los refugiados. No, no es una persona que vino a hacer turismo en nuestro país, es alguien que se escapó para vivir, y arriesga su vida para vivir», agregó.

Así, «el egoísmo nuestro nos lleva a la psicología de nuestra indiferencia», añadió el Papa, y denunció que «el Mediterráneo se está convirtiendo en el cementerio más grande del mundo».

Planteó en otro tramo del encuentro con los jóvenes que «lo que mantiene abierta una comunidad es la capacidad de encuentro. Cuando perdemos la capacidad de encuentro con el otro nos vamos fosilizando»

De esta manera, se fosilizan «el alma, el corazón, y caemos en lo que es socialmente correcto, que son gestos almidonados sin originalidad».

«Cuando no hay originalidad es como calmar la sed con agua destilada. La creatividad es aquello que te impulsa, es un riesgo. Pero una comunidad sin creatividad es una máscara como esta donde todos tiene uniformada no solo la cara sino también el corazón y se apagan los sentimientos»

«Se hace lo que está mandado, lo que hacen todos, y vos perdés tu personalidad. A veces se reacciona contra esto y uno se puede ir para el otro lado y es un enfant terrible», describió.

Según el pontífice, «cuando uno ve a un joven que hace travesuras de algún modo está llamando la atención, está pidiendo auxilio a una sociedad que tiene la cara blanca, todo políticamente correctos, todos iguales», planteó.

Durante toda la semana, jóvenes de 41 países conviven convocados por la fundación compartiendo presencialmente las diversas experiencias vividas hasta hoy durante la pandemia.

La actividad de este jueves fue una forma de «cumplir» el anuncio que la fundación había hecho en mayo junto al Papa para involucrar a jóvenes de los cinco continentes en los programas desarrollados en Italia durante 2020 para mitigar los efectos de la difusión del coronavirus, explicó Del Corral a Télam.

La visita del Papa a los jóvenes de la fundación sirvió también como lanzamiento de actividades de una escuela de formación que, con la participación de Scholas y otras organizaciones, toma como modelo la encíclica papal de 2020 Fratelli Tutti, en la que Jorge Bergoglio dedica gran parte de la obra a la que denomina la «buena política» basada «en el bien común».

Creada por el papa Francisco en base a las experiencias de Escuela de Vecinos y Escuelas Hermanas que promovió durante su época de arzobispo porteño, Scholas es una organización internacional de derecho pontificio presente en 190 países y que, a través de su red, integra medio millón de redes educativas. (Télam)

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El Periodista