Falta de accesos para personas con discapacidad y para videoconferencias opacaron cumbre

La ministra israelí se moviliza en silla de ruedas y no pudo asistir ayer a la cumbre de la COP26 debido a la falta de rampas de acceso.

La cumbre de la COP26, que se desarrolla desde ayer en Glasgow, Reino Unido, estuvo plagada de infortunios y descuidos en la organización, desde la imposibilidad de proyectar las declaraciones por videoconferencia de los mandatarios hasta la falta de accesos para personas con movilidad reducida, que impidió la participación de la ministra de Energía de Israel, Karine Elharrar.

La ministra israelí se moviliza en silla de ruedas y no pudo asistir ayer a la cumbre de la COP26 debido a la falta de rampas de acceso, por lo que decidió abandonar la cumbre dos horas después de haber intentando ingresar a las instalaciones desde varios puntos.

«He venido a la conferencia internacional sobre el clima para promover la lucha conjunta en la crisis climática a través de reuniones con mis homólogos de todo el mundo», dijo. «Por desgracia, eso no ha sido posible por problemas de accesibilidad que no tienen justificación en el año 2021», tuiteó Elharrar.

Johnson se disculpó hoy personalmente con Elharrar por el incidente, según un alto funcionario de la delegación israelí en la COP26.

“Él (Boris Johnson) fue muy amable y muy amistoso y se disculpó. Por supuesto, acepté», dijo Elharrar a la cadena de noticias CNN durante una entrevista realizada hoy en la ciudad escocesa de Glasgow.

“En lugar de tratar con energías verdes, con colaboraciones entre países para luchar contra el cambio climático, promocioné la accesibilidad”, continuó Elharrar.

“No estoy a favor de las disculpas. Solo quiero que para la próxima vez no suceda nada de eso», concluyó.

Elharrar, quien sufre de distrofia muscular y usa una silla de ruedas, viajó a la sede de la COP26 en la caravana del primer ministro israelí Naftali Bennett y lo acompañó a la conferencia.

Bennett criticó duramente a los organizadores de la COP 26 por la falta de accesibilidad y había amenazado con cancelar su aparición en el evento.

Esta no fue la única anomalía de la cumbre de la COP26. Al igual que ayer con Rusia, hoy, el presidente chino, Xi Jinping, quien semanas atrás había avisado que estaría ausente del evento, alegó que los organizadores de la conferencia no le proporcionaron un enlace de video para poder dirigirse a la reunión, lo que lo llevó a enviar una declaración por escrito.

China es el país que produce mayores emisiones de gases con infecto invernadero en el mundo.

La misma situación técnica determinó que Putin decidiera directamente no participar de la cumbre, cuando se había anunciado que accedería por videoconferencia.

El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió ayer que el presidente Vladimir Putin «lamentablemente, no intervendrá (en la conferencia) porque en Glasgow no hay posibilidad de participar mediante videoconferencia».

Putin también había adelantado su ausencia en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

La explicación de hoy del vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, fue la misma que la de Peskov: » Los organizadores de la conferencia no proporcionaron el enlace del video».

En su declaración a la COP26, Xi hizo un llamado a todos los países a tomar «acciones más fuertes» para enfrentar conjuntamente el desafío climático y propuso un plan de tres frentes para alcanzar un consenso multilateral, enfocándose en acciones concretas y acelerando la transición verde para reducir las emisiones de carbono.

Además, ayer en la apertura de la cumbre, miles de diplomáticos, periodistas y ambientalistas de todo el mundo se vieron obligados a hacer enormes colas, una situación que describieron como un «caos total», como consecuencia de las estrictas medidas de seguridad, al punto que muchos de ellos se perdieron las reuniones debido a los retrasos para entrar en el Scottish Event Campus, donde se celebra la COP26.

Medios locales describieron que mientras la gente esperaba en el frío, los vientos arrancaban de los andamios los carteles de bienvenida a la cumbre y las calles que rodean el recinto estaban tapadas de vehículos, una situación que recordó para muchos de los presentes a la desastrosa conferencia sobre el cambio climático de Copenhague de 2009.(Télam)

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El Periodista