Editan diarios personales de escritora ícono del policial, Patricia Highsmith

Highsmith (1921-1995) empezó a escribir esos diarios con 20 años y en ellos refleja las tensiones que marcaron su vida y una cuantiosa producción literaria que traspasó las barreras del papel.

A 100 años del nacimiento de la escritora estadounidense Patricia Highsmith, ícono del policial negro de ese país en una forma poco convencional -sus criminales son gente ordinaria arrastrada al crimen por cuestiones también ordinarias-, se publicaron en Estados Unidos los diarios íntimos de la autora, resultado de un minucioso y extenso trabajo de Anna von Planta, quien recopiló, ordenó, transcribió y editó más de ocho mil páginas manuscritas durante años.

Las versión en español llegará en la primavera de 2022 a Europa, aún no se informó si el lanzamiento será conjunto con Latinoamérica. Von Planta trabajó sobre 18 diarios y 38 cuadernos donde Highsmith escribía también en francés, alemán, italiano y castellano, sin dominar necesariamente cualquiera de esos idiomas, lo que sofisticó mucho más el trabajo de interpretación.

Highsmith (1921-1995) empezó a escribir esos diarios con 20 años y en ellos refleja las tensiones que marcaron su vida y una cuantiosa producción literaria que traspasó las barreras del papel y llegó al cine con adaptaciones de mercado exitosas como «Tirar a mamá del tren», «El talentoso Mr. Replay» y «Extraños en un tren», también traducida en español como «Pacto siniestro», cuyos derechos fueron comprados por el rey del suspenso en el celuloide, Alfred Hitchcock.

En esos cuadernos se acumulan romances, vínculos tortuosos, infidelidades, sexo casual y muchos nombres, nada distinto a la escritora genial y torturada, lésbica, controvertida, libertina, con inclinaciones racistas, agresiva y terriblemente lúcida que fue.

«Era una persona mala, dura, imposible de amar y nada afectuosa -había dicho su editor estadounidense, Otto Penzler- Nunca pude entender cómo un ser humano podía ser tan implacablemente desagradable. Pero, ¿sus libros? Brillantes», reproduce el diario ABC de España.

Aunque las entradas de los diarios de Highsmith la describen como alguien con una complejidad que da varias vuelta y profundidad a una simple intención de crueldad o maledicencia: «Mi brindis de fin de año: a todos los demonios, lujurias, pasiones, ambiciones, envidias, amores, odios, deseos extraños, enemigos fantasmales y reales, al ejército de memorias con el que batallo: nunca me dejéis en paz», escribió en la madrugada del 1 de enero de 1948, a los 27 años.

«El sexo, para mí, debería ser una religión. Yo no tengo otra -escribió en una entrada del 7 de agosto de 1941, todavía estudiante en Barnard College, en Nueva York-. No siento ningún otro deseo, a una devoción, a algo, y todos necesitamos una devoción hacia algo más allá de nosotros mismo, fuera incluso de nuestras ambiciones más nobles», dando cuenta de una lucidez e intensidad muy disonante con el puritanismo patriarcal del territorio donde le tocó existir.

Algunos de los nombres resonantes que se leen en los diarios son los de Truman Capote, Dylan Thomas y Wim Wenders. Esas páginas también hablan del éxito de sus novelas, de las adaptaciones cinematográficas, sus derroteros nocturnos, sus relaciones amorosas con mujeres generalmente no disponibles, de su percepción de soledad constante y de sus excentricidades crecientes. La escritura finaliza en 1995 cuando muere en Suiza, de anemia aplásica por cáncer de pulmón.

«Mar de fondo», «Crímenes imaginarios», «Gente que llama a la puerta» y «El grito de la lechuza» son algunas de sus más de 20 novelas. Entre sus libros de cuentos, cerca de una decena, están «Crímenes bestiales», «Sirenas en el campo de golf», «Pájaros a punto de volar» y los «Pequeños cuentos misóginos». La novela «Carol» la escribió bajo el seudónimo de Claire Morgan.

Entre las principales distinciones que recibió están el Premio O. Henry 1946, el Gran Premio de literatura policíaca 1957, el Edgar 1963, el Gold Dagger 1964, el Premio del Humor Negro 1975 y la Orden de las Artes y las Letras 1990. (Télam)

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El Periodista