Victorias en Roma y Turín refuerzan al Partido Democrático dentro del Gobierno italiano
Con las victorias de Roberto Gualtieri en Roma y de Stefano Lo Russo en Turín, el PD arrebató dos de las principales ciudades del país al Movimiento Cinco Estrellas (M5E).
Por Hernán Reyes Alcaide
Las victorias en las elecciones comunales de Roma y Turín, con candidatos apoyados en segunda vuelta por toda la centroizquierda, reforzó al Partido Democrático (PD) dentro del Gobierno que a nivel nacional encabeza Mario Draghi y pone en carrera al actual secretario general de la fuerza, el expemier Enrico Letta, como contendiente de peso para volver a ganar las elecciones en 2023 y pasar a encabezar el Ejecutivo.
Con las victorias de Roberto Gualtieri en Roma y de Stefano Lo Russo en Turín, el PD arrebató dos de las principales ciudades del país al Movimiento Cinco Estrellas (M5E), sus socios dentro del Gobierno que encabeza Draghi, y con quienes compiten hace años por el voto de centroizquierda.
Los caminos electorales del PD y el Cinco Estrellas, de hecho, parecen destinados a no coincidir y alejarse cada vez más en los últimos años: en 2018, cuando se votó para elegir la composición actual del Parlamento, el M5E fue la fuerza más votada y la que obtuvo más legisladores, mientras que el PD alcanzó el peor resultado electoral desde su fundación en 2007.
Este año, el renacer del PD se dio al tiempo que el Cinco Estrellas, nacido en 2009, vio fracasar sus primeras dos experiencias de gestión en grandes ciudades, con dos alcaldesas de menos de 40 años elegidas en 2016 que este fin de semana no llegaron a la segunda vuelta (Virginia Raggi en Roma) o no pudieron siquiera postularse para la reelección por las graves críticas a su mandato (Chiara Appendino en Turín).
«Los resultados del fin de semana muestran que el modelo de grandes alianzas que propusimos a inicios de año funcionó», planteó hoy el secretario general de la fuerza, el expremier entre 2013 y 2014 Enrico Letta, que asumió el control partidario en marzo con la por entonces difícil tarea de relanzar al partido.
Tanto Gualtieri como Lo Russo alcanzaron cerca del 60% de los votos en el balotaje tras haber logrado los apoyos de las fuerzas con las que comparten el Gobierno de Draghi, desde el Cinco Estrellas hasta Italia Viva, una escisión del PD fundada en 2019.
«La de Letta fue una apuesta que funcionó. El PD nace reforzado de las elecciones en Turín y especialmente en Roma», aseveró a Télam el politólogo y exsenador Gianfranco Pasquino.
Además, el vicesecretario general del PD, Giuseppe Provenzano, afirmó a Télam que «el resultado es importante porque sirve para iniciar un camino hacia 2023», la fecha prevista para las elecciones que renovarán las dos cámaras del Parlamento y derivarán en la elección de un nuevo premier.
Pese al fortalecimiento de la fuerza, Provenzano consideró que «no hay porqué» buscar adelantar los comicios.
«No tenemos la tentación de capitalizar o explotar este momento: el interés del país va por arriba del nuestro y no es momento de apurar las elecciones para cambiar a Mario Draghi, que el año que viene deberá afrontar varias discusiones a nivel europeo», argumentó Provenzano.
La victoria de los candidatos del PD en Roma y Turín complementó además un escenario en el que, junto a la primera vuelta de inicios de mes, la centroizquierda obtuvo un pleno en las cinco ciudades importantes que se ponían en juego, al retener también los Gobiernos de Nápoles, Milán y Bolonia.
Para Letta, explicó Povenzano, la victoria es doble porque además de los triunfos de sus candidatos y del «relanzamiento» partidario, había obtenido en la primera vuelta la banca de diputado que se ponía en juego por la sección uninominal de Siena, en Toscana.
Esta banca le permitirá regresar al Parlamento y convertirse «sin dudas» en la voz fuerte de su bancada.
Para Pasquino, la posibilidad de que el PD y Letta refuercen sus perfiles para pelear por la Presidencia del Consejo de Ministros en 2023 «es una aspiración legítima».
«Quizás es demasiado pronto para pensar en un candidato del PD a primer ministro. Ciertamente es una expectativa legítima. Y creo que, por su experiencia, habilidades y cultura, el candidato en 2023, no antes, debería ser Letta», explicó.
El renacer de Letta, cuyo mandato como premier terminó a inicios de 2014 tras un movida del entonces joven secretario del PD Matteo Renzi para desplazarlo, mueve además las aguas en toda la centroizquierda italiana.
Hoy, el diputado de Italia Viva Luciano Nobili planteó que su fuerza espera que Draghi pueda continuar como premier «más allá de 2023».
Este claro intento por bloquear un posible regreso de Letta al poder tiene como origen la disputa abierta entre el PD e IV, fuerza fundada por Renzi en 2019 para intentar vaciar el bloque de los democráticos.
Por el momento, tanto Letta como otros referentes han aclarado que lo más importante es que los resultados de las elecciones «refuerzan a Draghi», sobre quien empiezan las presiones de algunos sectores para que en febrero de 2022 opte por la Presidencia de la República en reemplazo de Sergio Mattarella, quien ya anunció que no buscará reelegirse en ese cargo principalmente simbólico.
Si bien por el momento las presiones más fuertes para que Draghi opte por la Presidencia y no la jefatura de Gobierno llegan desde la centroderecha y la derecha opositora al Gobierno, el adelantamiento electoral que provocaría la salida del premier en los próximos meses puede entusiasmar a otras fuerzas oficialistas en el futuro, según indicaron analistas.
De todos modos, según plantearon fuentes parlamentarias y hasta del Vaticano, cada vez gana más fuerza la posibilidad de que, a partir de febrero, una mujer se haga cargo de la Presidencia italiana por primera vez en la historia, con la actual ministra de Justicia Marta Cartaba como candidata única con nombre y apellido.(Télam)