Scholz, Laschet y el futuro de Europa sin Merkel
Merkel se prepara para hacer una "pausa" en su carrera política, según admitió en julio durante una visita a Washington, luego de conducir desde 2005 los destinos de Alemania
Por Alberto Galeano
Antes de retirarse del Gobierno, la canciller Angela Merkel busca diferenciarse de Olaf Scholz, un político socialdemócrata potencialmente inclinado a formar alianzas con la izquierda si gana las elecciones legislativas del 26 de septiembre, lo cual genera un dilema para el futuro de Alemania y de Europa.
Esta semana, en un intento por defender al postulante de la gobernante Unión Cristiano Demócrata (CDU), Armin Laschet, Merkel rechazó la posibilidad de que si ella continuara en el poder hubiera una coalición con fuerzas de izquierda que critican a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
«Si esto lo comparte o no Olaf Scholz, queda en el aire. Y en ese sentido sencillamente existe ahí una diferencia inmensa para el futuro de Alemania, entre él y yo», afirmó Merkel, de 67 años, el pasado 31 de agosto.
El apoyo expresado por Merkel a Laschet (60), primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, jefe de la CDU y exdiputado entre 1994 y 1998, ocurre en momentos en que el postulante aparece debilitado en las encuestas frente a Scholz, actual ministro de Finanzas, del Partido Socialdemócrata (SPD).
Según la consultora «Politbarometer» de la cadena pública ZDF, Scholz lidera las intenciones de votos con el 25%.
La encuesta, realizada el viernes, ubica a la SPD por delante del boque conservador de la CDU y de la bávara Unión Socialcristiana (CSU), que con un 22 por ciento cae a su peor respaldo desde 2002.
Merkel se prepara para hacer una «pausa» en su carrera política, según admitió en julio durante una visita a Washington, luego de conducir desde 2005 los destinos de Alemania.
Preocupada por las últimas encuestas, la jefa del Gobierno alemán ha pedido a sus seguidores que apoyen a Laschet para que los conservadores continúen en el poder.
Durante una entrevista con la cadena Deutsche Welle, realizada a principios de agosto cuando su fuerza marchaba tercera en las encuestas, Scholz, del Partido Socialdemócrata (SPD) señaló: «Es importante tener principios claros».
«Entre los míos se cuenta, por ejemplo, el reconocimiento de la responsabilidad alemana en el marco de la alianza transatlántica de la OTAN», afirmó.
Pero durante un debate televisivo con Laschet, Scholz evitó desestimar explícitamente una alianza con el partido La Izquierda.
El socialdemócrata podría quedar en condiciones de formar una alianza de Gobierno con los Verdes y dicha agrupación que considera a la OTAN «anacrónica» y, en consecuencia, busca disolverla.
Justamente, Scholz explicó que si llega a ser canciller reconocería el papel de la Alianza Atlántica, pero no ha descartado expresamente futuros acuerdos con Die Linke.
«Las diferencias entre Merkel y el candidato Scholz abrieron más dudas que certezas y plantea un escenario político de incertidumbre, tanto en Alemania como Europa», opinó a Télam Gustavo Cardozo, profesor de profesor en Relaciones Internacionales de la Universidad Regional del Noroeste del Estado brasileño de Rio Grande do Sul (Unijui).
El analista reflexionó que «el principal dilema está en la posible inclinación del socialdemócrata hacia la ultraizquierda, aunque se autodefine continuador del legado de Merkel».
«Estas diferencias, aún no marcadas claramente, indefectiblemente van a generar un vacío de poder en Alemania que se perfila a una coalición política, asumiendo que los candidatos a reemplazar a la canciller no gozan de alta popularidad», dijo Cardozo.
El académico comentó que esta circunstancia, además, «genera un escenario complejo para Europa, la cual ya no contara con la previsibilidad y estabilidad que caracterizaba a Merkel en sus intervenciones. Los desafíos sin la canciller son enorme, y las posibles soluciones a los mismos pocos claros».
A tres semanas de las elecciones alemanas, muchos analistas se preguntan cuál es el legado que deja Angela Merkel, y algunos de ellos recuerdan las palabras que pronunció la canciller alemana, el 30 de mayo de 2019, ante los graduados en la Universidad de Harvard, Estados Unidos.
«Nada es obvio. Nuestras libertades individuales no son obvias. La democracia no es algo obvio, como tampoco la paz y el bienestar», señaló la jefa del Gobierno alemán.
En aquella oportunidad, pensando seguramente en sus diferencias con el expresidente estadounidense, Donald Trump, Merkel afirmó: «Más que nunca, nuestras acciones deben ser multilaterales y no unilaterales».
Merkel, nacida en Hamburgo, hará una pausa tras su retiro de la Cancillería en 2021, para descansar, leer y dormir «un poco más».
También cocinará sopa de papas y horneará tortas de ciruela, como ella misma confesó a la prensa.(Télam)