Principal acusado de atentados de París quita responsabilidad a otros tres acusados
Cuatro años de investigación permitieron reconstruir gran parte de la logística de los atentados y del recorrido que siguieron los miembros del comando: por una ruta migratoria desde Siria hasta sus escondites alquilados en Bélgica y cerca de París.
El principal acusado de los atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015 (13-N) en París que dejaron 130 muertos, el francomarroquí Salah Abdeslam, liberó hoy de responsabilidad a otros tres acusados de la matanza, durante la segunda jornada del juicio, que comenzó ayer.
«Me ayudaron sin saber nada de nada» sobre los atentados del 13 de noviembre, aseguró Abdeslam desde el banco de los acusados.
«Están en prisión y no han hecho nada», reiteró, antes de que le cortaran el micrófono, citó la agencia de noticias AFP.
El principal acusado se refería a Mohammed Amri, Hamza Attou y Ali Oulkadi, tres de sus allegados en Bruselas que lo ayudaron durante su huida tras los atentados cometidos en París y la vecina Saint-Denis.
El presidente del tribunal francés, Jean-Louis Périès, suspendió la audiencia del proceso, que también registró en su primera jornada intempestivas intervenciones de Abdeslam.
Ayer, tras una pausa de alrededor 30 minutos por la indisposición de uno de los acusados, Farid Kharkhach, que según su abogado se encontraba en «estado depresivo» por el trato recibido en prisión, Abdeslam lanzó una diatriba contra el tribunal.
«Somos tratados como perros. Aquí es muy bonito, hay pantallas planas, pero allí atrás…», subrayó interrumpiendo y señalando con el dedo al presidente del tribunal. «Hace seis años que me tratan como un perro y nunca me he quejado», agregó.
Hoy, al inicio del segundo día de audiencia, el hombre de 31 años interrumpió nuevamente.
«¿Las víctimas en Siria y en Irak podrán hablar?», gritó Abdeslam, de pelo oscuro y sweater blanco a rayas, y agregó: «En principio, se presume que uno es inocente antes de ser juzgado, aunque no avalo su justicia».
El presidente del tribunal respondió inmediatamente: «Nos desviamos del debate, señor Abdeslam», pero el acusado arremetió: «No sea egoísta, señor, hay otras personas aquí que quieren escucharme».
Sin embargo, Périès le recordó que durante cinco años no quiso dar explicaciones sobre lo ocurrido y, antes de suspender la vista, expresó: «Ahora quiere hacerlo, está muy bien, pero no es el momento».
El juicio, que se desarrolla en el céntrico Palacio de Justicia de París y se extenderá durante unos nueve meses, cuenta con casi 1.800 partes civiles y 20 acusados.
El primer momento importante del proceso comenzará a fines de septiembre con los testimonios de los sobrevivientes y allegados de las víctimas, durante cinco semanas.
El interrogatorio de los acusados llegará en 2022 y la principal incógnita será si Abdeslam -quien antes de convertirse al EI cometía delitos menores- abandonará el mutismo en el que se ha instalado desde su detención en Bélgica en 2016, más allá de sus referencias al Islam.
Ese 13 de noviembre de 2015, un atacante suicida activó sus explosivos cerca del Estadio de Francia, donde tenía lugar un partido amistoso de fútbol entre Francia y Alemania, con miles de personas en las gradas, entre ellos el entonces presidente Francois Hollande y la canciller alemana Angela Merkel.
Dos kamikazes más siguieron minutos después provocando la muerte de un conductor de un micro.
Abdeslam también debía volarse pero acabó huyendo a Bélgica, porque, según los investigadores, su cinturón de explosivos era defectuoso.
Luego, en el centro de París, dos comandos de tres hombres cada uno dispararon contra terrazas de bares y restaurantes y balearon a los asistentes a un concierto en el Bataclan, donde las fuerzas de seguridad lanzaron un asalto pasada la medianoche.
Doce de los 20 acusados se enfrentan a cadena perpetua por los 130 muertos y más de 350 heridos, el peor ataque en París después de la Segunda Guerra Mundial.
Cuatro años de investigación permitieron reconstruir gran parte de la logística de los atentados y del recorrido que siguieron los miembros del comando: por una ruta migratoria desde Siria hasta sus escondites alquilados en Bélgica y cerca de París.
Los investigadores descubrieron una célula yihadista mucho mayor y responsable también de los atentados que dejaron 32 muertos el 22 de marzo de 2016 en el metro y en el aeropuerto de Bruselas, otro de los ataques que ensangrentaron Europa durante esos años.(Télam)