Postergado juicio contra imputados de planificar atentados del 11-S se reanudó hoy
Los cinco detenidos, recluidos en la base de Guantánamo, Cuba, están acusados de ayudar los 19 hombres que secuestraron los cuatro aviones de pasajeros y los estrellaron contra el World Trade Center, el Pentágono y un campo de Pensilvania
El juicio contra cinco hombres acusados de participar en los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos, que avanza lentamente en las comisiones militares de la bahía de Guantánamo y fue varias veces demorado, la última por el coronavirus, se reanudó hoy con un nuevo juez en una corte de alta seguridad en la base naval estadounidense en territorio cubano.
La defensa intenta demostrar que las pruebas presentadas por el gobierno están teñidas por la tortura a la que fueron sometidos los acusados mientras estuvieron bajo custodia de la CIA.
Los cinco detenidos, recluidos en la base de Guantánamo, Cuba, están acusados de ayudar los 19 hombres que secuestraron los cuatro aviones de pasajeros y los estrellaron contra el World Trade Center, el Pentágono y un campo de Pensilvania, informó el diario The New York Times.
Entre los acusados está Khalid Sheik Mohammed, el supuesto autor intelectual de la tragedia.
Desde el anuncio de los cargos en febrero de 2008, el caso fue primero desestimado y luego readmitido. La primera audiencia fue el 5 de mayo de 2012.
A fines de agosto de 2019, la corte militar estadounidense en la base de Guantánamo estableció que Mohammed y otros cuatro acusados serían juzgados a partir de la selección de los jueces, el 11 de enero de 2021.
Pero las demoras de la Justicia han sido frustrantes, sobre todo para los familiares de las víctimas de los familiares del 11-S, que monitorean todo el armado judicial, señaló el diario USA Today.
Además de Mohammed, están acusados Ali Abdul Aziz Ali, Ramzi Binalshibh, Walid bin Attash, Mustafa al Hawsawi.
Todos fueron arrestados entre 2002 y 2003 en Pakistán, y luego transferidos a la prisión de Guantánamo, acusados de «crímenes de guerra» punibles con la muerte por presuntamente ayudar a los 19 secuestradores a llevar a cabo los atentados.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha prometido cerrar la prisión de Guantánamo, donde permanecen alojados 39 de los 779 hombres que fueron traídos a dicha base militar estadounidense, tras los atentados del 11-S.
Según Human Rights First, una organización independiente con sede en Nueva York y Washington D.C que también protege a los refugiados afganos, unos 500 detenidos fueron transferidos o liberados durante el Gobierno del expresidente George W. Bush.
Más tarde, un total de 197 detenidos fueron transferidos o liberados durante el Gobierno del exmandatario Barack Obama, muchos de ellos a sus países de origen para continuar presos allí.
Al menos nueve detenidos murieron bajo custodia estadounidense en Guantánamo.
Los cinco acusados de los atentados del 11-S se enfrentarán a la pena de muerte si son declarados culpables, aún si sus abogados estadounidenses han demostrado un cúmulo de irregularidades y violaciones al Estado de derecho a lo largo de estas dos décadas.
Fueron acusados en junio de 2011 de cargos de terrorismo, secuestro aéreo, ataque contra civiles y objetivos civiles además de homicidio. Mohhamed manifestó ante una corte militar que aceptaría ser condenado, si lo declaran culpable, y convertirse en «mártir».
Tras el cúmulo de denuncias de organizaciones de derechos humanos y abogados estadounidenses, el Gobierno del expresidente Obama trató de llevar a los detenidos ante una corte civil en el territorio estadounidense, pero fracasó en su intento por la oposición principalmente de la oposición republicana.
Mohammed, como muchos otros presos en Guantánamo, denunció haber sido torturado repetidamente en esa base, una afirmación que no logró afectar la imagen que había construido de él el Estado norteamericano.
El Pentágono sostuvo que Mohammed admitió que era responsable «de la A a la Z» de los ataques del 11 de septiembre, según informes de la cadena pública británica BBC, y según los fiscales especiales de la causa, estuvo además involucrado en varias actividades «terroristas», que incluyen el bombardeo del club nocturno de 2002 en Bali, Indonesia y el fallido atentado del World Trade Center de 1993.
También se lo vinculó con el asesinato del periodista estadounidense Daniel Pearl en 2002 y con el intento fallido de 2001 de hacer estallar un avión con una bomba escondida en un zapato.
En total, 2.977 personas murieron en los ataques ocurridos en Nueva York, Washington y en las afueras de Shanksville, Pensilvania.
Los atentados fueron cometidos por Al Qaeda, un grupo extremista liderado entonces por el millonario saudita Osama Ben Laden, abatido por fuerzas especiales estadounidenses el 2 de mayo de 2011, en Abbottabad, Pakistán.(Télam)