Migrantes haitianos rechazan abandonar campamento en México fronterizo con EEUU
Washington comenzó a deportar la semana pasada vía aérea a cientos de haitianos que habían ingresado desde México.
Agentes migratorios mexicanos ingresaron anoche a un campamento de haitianos en Ciudad Acuña (fronteriza con Estados Unidos) para instarlos a salir de allí y continuar con sus solicitudes de refugio, pero la mayoría de los migrantes se negaron.
«No queremos ir a Tapachula, jefe», dijo uno de los haitianos ante la «invitación» de un funcionario del Instituto Nacional de Migraciones (INM) que ingresó al parque donde acampan los extranjeros.
«Allá estamos sufriendo, durmiendo en la plaza, en la calle», agregó el hombre, sin identificarse, de acuerdo con un reporte de la agencia de noticias AFP.
Tapachula, en la frontera sur con Guatemala, está colapsada por decenas de miles de centroamericanos y haitianos solicitantes de refugio, un estatus que les permite permanecer legalmente en el país sin ser deportados, a la espera de poder cruzar a Estados Unidos.
Pero muchos migrantes que llevaban meses esperando respuesta a su solicitud decidieron continuar su marcha hacia Ciudad Acuña, donde cientos acampan en un parque o bajo un puente fronterizo.
El ingreso de los agentes fue el segundo episodio de una tensa jornada en el improvisado campamento, que amaneció sobresaltado por lo que parecía ser un intento de desalojo.
A primera hora de ayer decenas de policías irrumpieron en unas 50 patrullas que se desplegaron en la ribera del río Bravo por donde cientos de haitianos van y vienen diariamente entre ambos países trasladando alimentos y provisiones.
«¿Por qué están con policías? ¿Por qué están estacionados allá afuera? ¿Nos van a deportar o echar de acá?», preguntó angustiado un hombre tras la llegada del convoy.
El operativo fue desplegado luego de que el INM anunciara que los extranjeros deben retornar a los lugares donde radicaron sus solicitudes.
«Deberán seguir estos trámites (…) en la entidad donde fueron iniciados», declaró el comisionado nacional del INM, Francisco Garduño, desde Ciudad Acuña.
Unos 19.000 haitianos, en su mayoría provenientes de Brasil y Chile, están varados en la frontera entre Colombia y Panamá, esperando continuar su viaje por la selva del Darién, donde operan narcotraficantes del Cartel del Golfo.
La crisis impactó de lleno en el Gobierno de Estados Unidos tras la renuncia este jueves de su enviado especial a Haití, en rechazo a las deportaciones de haitianos.
«No me asociaré con la decisión inhumana y contraproducente de Estados Unidos de deportar a miles de refugiados y migrantes ilegales haitianos», dijo el enviado especial del Departamento de Estado, Daniel Foote, en su carta de renuncia.
Washington comenzó a deportar la semana pasada vía aérea a cientos de haitianos que habían ingresado desde México.
Según Unicef, 40% de los migrantes haitianos son menores de edad.
Haití está sumergida en la pobreza y el caos, una situación que se agravó tras el terremoto del 14 de agosto y el asesinato del presidente del país, Jovenel Moïse, el 7 de julio pasados.(Télam)