Marruecos: lecciones de un escrutinio histórico
Por Roberto León Ramírez, abogado, presidente Fundación Global Chile-Marruecos.
El aliento electoral marroquí aún no se ha terminado por completo. Este experimento democrático marroquí y sus resultados han sido el centro de atención mundial. El evento dio la impresión de ir mucho más allá del marco nacional para proyectar reverberaciones regionales e internacionales.
Las elecciones generales (legislativas, municipales y regionales) celebradas el 8 de septiembre de 2021 en Marruecos se desarrollaron en un contexto muy concreto. La crisis socioeconómica generada por la pandemia Covid-19, que no se ha saltado a ningún país, no impidió una bastante buena movilización del electorado con una tasa de participación de 50,35%, superior a la de las legislaturas de 2011 (45,40%) y 2016 (42,29%).
La transparencia con la que se celebraron estas elecciones refleja el sereno y firme compromiso de Marruecos con la democracia. Pero el elemento a recordar de esta elección es la dura derrota sufrida por el PJD que perdió 112 escaños respecto a 2016.
Los resultados del escrutinio del 8 de septiembre, todos, no han dejado de referirse a ello. Los ganadores (RNI, PAM, PI, USFP e incluso PPS) no dudan en destacar sus respectivos puntajes.
Por tanto, para el PJD habrá que esperar a la sesión extraordinaria del Consejo Nacional fijada para el sábado 18 de septiembre, seguido del próximo congreso para poder aprehender tan dolorosa derrota. La formación islamista ha visto su número de diputados en la Cámara de Representantes dividido en diez, pasando de 125 miembros a 13.
En todo caso, es útil sin duda poner en perspectiva los resultados del 8 de septiembre en el transcurso de la vida política nacional, al menos a partir de la última década y quizás incluso de la que la precedió.
En las próximas semanas, se formará un nuevo gabinete encabezado por el presidente del RNI, Aziz Akhannouch, que luego será investido por la Cámara de Representantes.
El RNI ganó la confianza del mayor número de votantes. Se Destacó por la actuación de sus ministros en el último gobierno que lograron resultados loables en su gestión pública.
El elector marroquí entendió y expresó a través de las urnas que la implementación del nuevo modelo de desarrollo requiere de un nuevo impulso institucional y una nueva dinámica política.
Entendió, sin duda, que Marruecos necesita una renovación política y una alternancia tan eficaz como armoniosa.