Detectan una figura oculta en cuadro del artista holandés Vermeer que fue misteriosamente tapada
En realidad, la presencia de esta figura que luego fue tapada ya había sido detectada en los años 70 al ser estudiada con rayos X, pero ahora se verifica el contorno preciso de la figura y la autoría del artista holandés
El desgaste que sufren las obras de arte con el paso el tiempo sumerge a los museos en ciclos de restauración que cada tanto dan lugar a hallazgos inesperados, como el que se acaba de producir con «Joven leyendo una carta frente a la ventana abierta», un cuadro del pintor holandés Johannes Vermeer (1632-1675), que tras ser restaurado ha desvelado un secreto oculto que cambia el significado de la obra.
La obra, uno de los poquísimos óleos de Johannes Vermeer de Delf, reaparece ahora en sociedad después de un largo proceso de estudio y restauración. Lo que acaba de confirmar la tecnología con su cada vez más avezados métodos de visualización son las condiciones que rodearon la inclusión de un retrato del dios romano Cupido en un lateral de la obra, que pertenece a la Gemäldegalerie Alte Meister de Dresde, Alemania.
En realidad, la presencia de esta figura que luego fue tapada ya había sido detectada en los años 70 al ser estudiada con rayos X, pero ahora se verifica el contorno preciso de la figura y la autoría del artista holandés, según revela el portal BBC Mundo.
Por una investigación realizada en 1982, científicos y expertos creyeron que fue el mismo Vermeer el que rechazó la imagen de Cupido porque cambió la composición del cuadro. ¿Por qué había sido borrado? Quizás porque así lo dictaban los gustos de la época; tal vez, para restarle erotismo a la obra, o por mero capricho.
Luego se determinó que esa lectura era errónea, tal como quedó evidenciado por el laboratorio de arqueometría de la Universidad de Bellas Artes de Dresde, que demostró que el repintado no fue hecho por el artista porque se hizo mucho después de su muerte, algo que confirmó el Rijksmuseum.
El dilema que durante años confrontó a los expertos fue si convenía restaurar esa parte del cuadro como si fuera una pared o bien con el Cupido oculto tras el muro, pero en esta nueva etapa, la Gemäldegalerie Alte Meister en Dresde, Alemania, revalorizó la existencia de la imagen oculta del dios romano del amor y decidió dejarla visible tras llegar a la conclusión de que otorga un plus de significado a la obra.
La obra en cuestión muestra a una joven rubia bañada por la luz que entra por una ventana, entregada a uno de los actos más íntimos: la lectura de una carta. Se cree que el pintor holandés captó la imagen desde una distancia prudencial, pero tampoco hay demasiados datos sobre este trastienda ya que cuando apareció por primera vez en un inventario, en 1747, fue descrita como una pintura «a la manera de Rembrandt», y más tarde, fue atribuida a otros artistas de la escuela del maestro holandés.
Tras su muerte, Vermeer había caído en el olvido, particularmente fuera de Holanda. Nunca había logrado gran celebridad, aunque tuvo un éxito moderado y fue admirado por su magistral tratamiento de la luz en sus pinturas, pero era apenas uno de los muchos artistas de la llamada Edad de Oro neerlandesa, en la cual las Provincias Unidas de los Países Bajos experimentaron un extraordinario florecimiento político, económico y cultural.
En torno al contenido de «Joven leyendo una carta frente a la ventana abierta», durante décadas se debatió cuál podría ser el contenido de la carta. Antes de que se supiera del cuadro en la pared, el historiador de arte Norbert Schneider, por ejemplo, interpretó la ventana abierta como símbolo del mundo exterior, argumentando que la pintura representaba el «anhelo de la chica por ampliar su esfera doméstica».
Cuando se descubrió a Cupido, Schineider concluyó que la carta era de amor. Y no cualquier amor, sino de un amor prohibido. La obra será expuesta a partir del 10 de setiembre en una exposición junto a otras nueve del artista holandés, así como 50 obras de pintura de género holandesa de la segunda mitad del siglo XVII, que mostrarán el entorno artístico en el que Vermeer trabajó y con el que estuvo en estrecho contacto.(Télam)