Aumenta tasa de homicidios consumados en Chile y uso armas de fuego es la primera causa de muerte
Las comunas con mayor número de homicidios en Chile son Santiago con 198, Puente Alto con 162, Valparaíso con 131, La Pintana con 130, San Bernardo con 117 y Antofagasta con 109.
Un total de 4.593 personas murieron en Chile como consecuencia del delito de homicidio entre los años 2016 y 2020, según un informe estadístico elaborado por la Fiscalía Nacional y que concluye que la tasa de fallecidos por este ilícito aumentó de 4,2 a 5,7 por cada 100 mil habitantes.
Del total de víctimas fallecidas, un 87,3% corresponde a hombres y un 12,6% a mujeres. Mayoritariamente las víctimas son adultos, concentrándose en el tramo de 30 a 59 años (51,7%) y entre los 18 a 29 años (35,1%). Si bien los niños, niñas y adolescentes (0-17 años) representan el 4,9% del total de víctimas, se advierte que a medida que va aumentando la edad, se incrementa la tasa de víctimas fatales. Por ejemplo, en el año 2020 falleció menos de 1 niño por cada 100 mil habitantes de los tramos de 0 a 13 años, mientras que entre los 14 y 17 años fallecieron 3,1 adolescentes por cada 100 mil habitantes.
El 93,7% son chilenos y el 6,1% son extranjeros, siendo de Colombia, Perú y Haití las nacionalidades más frecuentes de víctimas fallecidas.
Las comunas con mayor número de homicidios en Chile son Santiago con 198, Puente Alto con 162, Valparaíso con 131, La Pintana con 130, San Bernardo con 117 y Antofagasta con 109.
Imputados
Los imputados, al igual que las víctimas, son mayoritariamente hombres (92%) y sólo un 8% son mujeres. Y en cuanto a la edad de los homicidas, el informe muestra que la gran mayoría de los imputados son jóvenes, y confirma la existencia del denominado «desistimiento delictivo», que señala que mientras más edad se tiene disminuye la posibilidad de cometer este tipo de delitos. Según la Fiscalía Nacional, la participación en homicidios aumenta a finales de la infancia, se incrementa en la adolescencia y luego disminuye durante la década de los 20 años. De hecho, 1 de cada 2 imputados por homicidio consumado tiene entre 18 a 29 años de edad.
Sobre la nacionalidad de los imputados, se revela que sólo el 3,8% corresponde a extranjeros, es decir, muy por debajo del promedio de extranjeros que habitan en nuestro país. Y las regiones que presentan mayor proporción de extranjeros imputados por homicidios consumados son las regiones de Antofagasta (15,9%), Tarapacá (15,6%) y Arica y Parinacota (9%).
Contexto y armas
Respecto del contexto en que se cometieron los homicidios, el 37% de las víctimas falleció en medio de un conflicto interpersonal no VIF (por ejemplo conflicto entre amigos o vecinos), el 13,5% falleció en contexto de otras actividades delictivas (como víctima de un robo o mientras cometía un delito), el 12% murió en manos de un familiar (homicidio interpersonal VIF) y un 10% por conflictos entre pandillas o grupos organizados.
El homicidio interpersonal VIF afecta mayoritariamente a las mujeres, es decir, 1 de cada 2 mujeres fue víctima de un familiar. Los hombres, en cambio, fallecen preferentemente por un conflicto interpersonal no VIF, es decir, en contexto de riñas o peleas.
Sobre la edad de las víctimas y el contexto en que se cometió el delito, se desprende que –al igual que las mujeres- los niños de 0 a 13 años fallecen a manos de quienes se suponen deben darle protección, mientras que en el resto de los grupos etarios, el tipo de homicidio de mayor frecuencia está relacionado a conflictos interpersonales no VIF.
Entre los años 2016 y 2020, al igual que la tendencia mundial, el 41% de las víctimas falleció producto de un arma de fuego, proporción similar respecto de un arma blanca (40%), y el 13% producto de un golpe o arma contusa.
Los homicidios consumados con arma de fuego se concentran principalmente en la Región Metropolitana, mientras que en las regiones del extremo sur se aprecia, por el contrario, un alza notoria de la utilización de arma blanca.
En cuanto a las armas utilizadas según la tipología del homicidio, destaca el caso de las víctimas de los grupos organizados o pandillas, donde 8 de cada 10 fallecen producto del uso de un arma de fuego, mientras que el uso de un arma punzante o cortante es más frecuente en los homicidios relacionados con VIF.