Afganistán busca convencer con su nuevo Gobierno mientras combate protestas en el país

Todos los miembros de este ejecutivo, dirigido por Mohammad Hasan Akhund, un excolaborador cercano del fundador del movimiento, el mullah Omar, son talibanes. Y casi todos pertenecen a la etnia pashtun.

El nuevo Gobierno talibán, de línea dura pese a las promesas de que sería más «inclusivo», busca convencer a sus potenciales aliados del mundo de que ha cambiado, mientras combate una serie de protestas desatadas en las últimas horas en las grandes ciudades del país, muchas de ellas encabezadas por mujeres.

Mientras el Ejecutivo talibán despierta preocupación en la mayoría de la comunidad internacional occidental, en China fue recibido como el «fin de la anarquía» y una «etapa importante para restablecer el orden en el país».

«Esto pone fin a más de tres semanas de anarquía en Afganistán y constituye una etapa importante para el restablecimiento del orden en el país y su reconstrucción», dijo ante la prensa Wang Wenbin, vocero de la diplomacia china.

La potencia asiática, que comparte 76 kilómetros de frontera a gran altura con Afganistán, es uno de los pocos países que mantiene abierta su embajada en Kabul a pesar de las incertidumbres en materia de seguridad.

En el poder desde mediados de agosto y dos décadas después de haber impuesto un régimen fundamentalista y brutal en Afganistán entre 1996 y 2001, los talibanes anunciaron ayer la composición de un Gobierno interino.

Todos los miembros de este ejecutivo, dirigido por Mohammad Hasan Akhund, un excolaborador cercano del fundador del movimiento, el mullah Omar, son talibanes. Y casi todos pertenecen a la etnia pashtun.

Varios nuevos ministros, algunos de los cuales ya eran muy influyentes en el anterior régimen talibán, figuran en las listas de sancionados de la ONU. Cuatro de ellos pasaron por la cárcel estadounidense de Guantánamo.

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, mantendrá hoy, desde Alemania, una reunión en línea con ministros de otros 20 países aliados para intentar trazar una estrategia común frente a este Gobierno.

La Unión Europea (UE), por su parte, lamentó que el nuevo Gobierno no sea un grupo «inclusivo y representativo» del país, tal y como habían prometido los talibanes.

Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, y su par bielorruso, Alexandr Lukashenko, dialogarán mañana sobre el asunto, informó el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, quien desestimó que por el momento Moscú vaya a mantener conversaciones con el Gobierno provisional de Afganistán.

Desde que llegaron al poder, los talibanes han querido mostrarse más abiertos y moderados, pero sus promesas no acaban de convencer y muchos temen que vuelvan a imponer el régimen fundamentalista de los años 1990, especialmente atroz con las mujeres.

Pramila Patten, responsable de ONU Mujeres, agencia sobre la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, consideró que su ausencia en este Gobierno de dirigentas «ponía en duda el reciente compromiso (de los talibanes) para proteger y respetar los derechos» de las afganas.

En un comunicado, el líder supremo del movimiento talibán, Hibatullah Akhundzada, afirmó que el Gobierno «trabajará fuerte para defender las reglas del islam y la sharia», unas declaraciones con las que acrecentó la inquietud ante el temido régimen.

Pero el país que gobiernan ahora no es el mismo que hace dos décadas y los talibanes se ven confrontados a unas manifestaciones que no tenían lugar entonces.

Hoy, un grupo de manifestantes fue reprimido y dispersado rápidamente en la capital, Kabul, y otro en Faizabad, en el oeste del país, un día después de que dos personas murieran por disparos en manifestaciones en Herat, en el oeste del país.

El vocero de los talibanes, Zabihullah Mujahid, calificó estas marchas de «ilegales» mientras «no se hayan proclamado las leyes» y llamó a la prensa a «no cubrirlas».

Ayer también se escucharon disparos en Panjshir, el reducto de la resistencia afgana, donde los talibanes dispararon para dispersar unas manifestaciones.

Según la Asociación Afgana de Periodistas Independientes (AIJA), 14 reporteros, afganos y extranjeros, fueron detenidos brevemente ayer por los talibanes durante las manifestaciones, protagonizadas en su mayoría por mujeres.

La rebelión en el valle del Panjshir, tradicional bastión antitalibán, está liderada por el Frente Nacional de Resistencia (FNR) y su jefe Ahmad Masud, hijo del famoso comandante Ahmed Shá Masud, asesinado en 2001 por Al Qaeda.

Los talibanes aseguran que controlaban todo el territorio, pero el FNR afirma que la lucha continúa.

Según el FRN, el nuevo gabinete talibán es «ilegítimo» y pronto creará un Gobierno propio, tras haber consultado a «importantes personalidades afganas».

«El relato respecto al moderno talibán ha perimido, no existe talibán que esté a favor de un Gobierno inclusivo», señaló el vocero del FNR, Ali Maisam Nazary. «Se convertirá en un gobierno paria, ilegítimo (…) basta con mirar el número de terroristas que integran el gabinete», añadió.(Télam)

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El Periodista