A horas de anunciar su Gobierno, talibanes dicen que conquistaron bastión de la resistencia

En este contexto dramático, los temores de una nueva guerra civil como la que ganaron los talibanes en 1996 parecieron disiparse hoy

Mientras se espera para mañana el anuncio de la conformación del nuevo Gobierno afgano, los talibanes, la nueva fuerza en el poder, anunciaron hoy una victoria que algunos desmentían: la conquista de la provincia de Panjshir, el último foco de resistencia de las fuerzas afganas que se oponen a un nuevo régimen islamista y un paso clave para garantizar el control total del territorito del país.

En paralelo, la comunidad internacional parece ir mostrando su lista de demandas para con el régimen: Rusia anunció que espera una conducta “civilizada” de los talibanes, Qatar reclamó «corredores humanitarios» funcionando en los aeropuertos afganos y mujeres líderes de todo el mundo pidieron respeto para los derechos de mujeres y niñas.

Además, el secretario general de la ONU Antonio Guterres anunció hoy en un comunicado que el próximo lunes 13 encabezará una cumbre mundial para aumentar la ayuda humanitaria a Afganistán de manera urgente, dada la creciente crisis humanitaria que se vive en el país de Asia Central y que obliga a la mitad de la población a necesitar asistencia para subsistir.

En este contexto dramático, los temores de una nueva guerra civil como la que ganaron los talibanes en 1996 parecieron disiparse hoy.

Bilal Karimi, vocero del grupo radical ya totalmente en el poder tras la retirada de todas las tropas occidentales que ocuparon militarmente el país por 20 años, anunció en Twitter que Panjshir “cayó bajo el control del Emirato Islámico”, como llaman al nuevo régimen talibán.

Una fuente de la agencia de noticias Sputnik en la sede de la Policía de Kabul confirmó esta información.

«La provincia de Panjshir cayó; todas las personas o soldados de la resistencia fueron capturados por los combatientes. Amrullah Saleh y Ahmad Massoud huyeron», dijo la fuente.

Sin embargo Saleh, el vicepresidente primero de Afganistán y uno de los principales dirigentes políticos de la resistencia armada, afirmó que no abandonó el país y que el movimiento de resistencia a los talibanes continúa.

«La resistencia continúa y continuará. Estoy aquí en mi tierra, por mi tierra y defendiendo su dignidad», tuiteó.

Situada en el noreste de Afganistán, la provincia montañosa de Panjshir era el último bastión de resistencia a los talibanes que retomaron el poder el 15 de agosto.

En paralelo, un vocero de la resistencia, Ali Maisam Nazary, informó que sufrieron nuevos ataques de las fuerzas talibanes durante la noche, pero esquivó confirmar si perdieron el control de la estratégica región al noreste de Kabul.

En la noche del 30 al 31 de agosto, Estados Unidos dio por concluida su intervención en Afganistán y retiró sus últimas tropas, lo que marcó el inicio del fin de la transición. Desde entonces, los islamistas anuncian la inminencia de un nuevo Gobierno afgano que, al parecer, revelarán mañana, porque aún mantienen negociaciones.

El anuncio del gabinete se esperaba inicialmente para después de la plegaria de esta tarde, pero un vocero talibán indicó que este no llegaría al menos hasta mañana, informó la agencia de noticias AFP.

Mientras la milicia radical enfrenta al desafío de pasar de ser un grupo insurgente a administrar el poder por segunda vez en su historia, la cautela y recelo de la comunidad internacional se mezclan con muestras de interacción con los nuevos líderes.

China confirmó la información de un vocero talibán según el cual el canciller chino se comprometió a mantener abierta su embajada en Kabul y a mejorar las relaciones bilaterales.

«Esperamos que los talibanes establezcan una estructura política inclusiva y abierta, lleven a cabo una política interior y exterior moderada y estable y rompan con todos los grupos terroristas», indicó el vocero de la Cancillería china, Wang Wenbin.

Y desde Rusia, el presidente Vladimir Putin dijo hoy que espera que los talibanes se comporten de forma «civilizada» para que los otros países puedan tener relaciones diplomáticas normales con Kabul y aseguró que no está interesado en la «desintegración» del país.

«Cuanto más rápido entren los talibanes en la familia de los pueblos civilizados, más fácil será mantener contactos, comunicarse» con ellos y así «influir de un modo u otro, plantear preguntas», sostuvo Putin, que habló en el Foro Económico del Este, en Vladivostok.

Rusia, que en la época soviética ocupó Afganistán por una década y luchó contra guerrillas islamistas apoyadas por Washington, mantiene abierta su embajada en Kabul e intensificó sus contactos con los talibanes después de que Estados Unidos se retirara.

Aunque no comparten frontera, Moscú teme que la región se vuelva inestable y que crezca en Asia Central el grupo yihadista Estado Islámico (EI), al que aplastó en Siria y que es rival de los talibanes.

Qatar, en tanto, hizo saber que espera tener «corredores humanitarios» funcionando en los aeropuertos afganos que estén operativos, incluyendo el de Kabul, en 48 horas, un despliegue necesario para continuar con las evacuaciones de extranjeros y afganos que Estados Unidos cortó de manera abrupta el 30 de agosto.

Mutlaq al Qahtani, un emisario para Afganistán, expresó que Doha aspira a que “en las próximas 24 o 48 horas se asista a la apertura de corredores humanitarios para que la ayuda pueda entrar”.

Qatar desempeñó un papel de mediador en el proceso de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes, antes de que estos tomaran el poder el 15 de agosto.

Más allá de los vuelos comerciales, urge la llegada de asistencia humanitaria: la ONU alertó que la ayuda alimentaria podría agotarse en Afganistán en el próximo mes, mientras que la OMS advirtió sobre la escasez de suministros médicos.

Entre los reclamos a los talibanes estuvo el de la presidenta de Eslovaquia, Zuzana Caputova, y la primera ministra de Islandia, Katrin Jakobsdottir, que encabezaron un llamado de varias líderes políticas para que se respeten los derechos de las mujeres y niñas en Afganistán tras la toma del poder.

«La presidenta de Eslovaquia y la primera ministra de Islandia iniciaron un llamamiento conjunto de mujeres líderes políticas de sus países a las nuevas autoridades afganas en defensa de los derechos y las oportunidades de las mujeres y niñas de este país», dijo el vocero de la mandataria eslovaca, Martin Strizinec.

A la exhortación también se sumaron las presidentas de Grecia, Georgia, Estonia y Moldavia, así como las primeras ministras de Dinamarca, Finlandia, Noruega, Nueva Zelanda y Lituania.(Télam)

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El Periodista